Pamiela edita en euskera esta novela que se ubica en la etapa colonial del Congo belga
Más que con la denuncia explícita, el autor guipuzcoano prefiere hacer reflexionar al lector a través de la alusión sutil
San Sebastián. El escritor vasco Bernardo Atxaga, Premio Nacional de Literatura en 1989, ha publicado una nueva novela en euskera, titulada Zazpi etxe Frantzian (Siete casas en Francia), en la que el autor rompe con su estilo habitual y recurre al "humor negro", a la "comicidad trágica" y a la alusión.
Atxaga presentó ayer en una rueda de prensa en San Sebastián esta obra, publicada por la editorial navarra Pamiela, que transcurre a principios del siglo XX en diferentes lugares de Europa y África, con un protagonista llamado Chrysostome Liège que en 1903 se alista para servir en la Force Publique del rey belga Leopoldo y es trasladado al corazón del continente africano.
Según precisó el escritor, el lector se sumerge en la trama siguiendo un hilo que recuerda a un relato de aventuras pero que, a medida que avanza, se ve trasladado a unas circunstancias que, a pesar de ser ficticias, están llenas de dramatismo al estar enmarcadas en la etapa colonial del antiguo Congo Belga, durante la cual entre 10 y 15 millones de personas murieron.
Sin embargo, el argumento y la forma rehuyen la elegía, la denuncia y el lamento en aras de un humor que roza lo siniestro y la sutil alusión, ya que Atxaga ha considerado que son maneras más efectivas de provocar reacciones más fuertes en el lector y de que se vea más conmocionado ante hechos dramáticos.
El objetivo que persigue es que las personas que lean la novela, llegado a un punto, echen la vista atrás para reflexionar y preguntarse qué es lo que ha ocurrido para llegar a semejante situación y que se percaten de que tras todas las injusticias existe un mundo que no escucha.
¿Una nueva saga?
Proyectos futuros
La intencionada distancia entre la figura del narrador y los acontecimentos que ocurren a lo largo del relato es también patente, como demuestra un pasaje que Atxaga desveló para ilustrar este alejamiento; un episodio en el que se describe una competición de tiro organizada por militares en la que utilizan a niños como blanco, pero la única alusión que el lector recibe ante este hecho son las palabras "acertó, a pesar de que el niño se movió".
El escritor vasco expresó, asimismo, que espera seguir con esta tónica literaria en ulteriores novelas, para las que ya tiene ideas en mente, entre las que destacó la posibilidad de narrar las vivencias del sobrino de uno de los personajes que aparecen en el libro presentado ayer.
Bernardo Atxaga (Asteasu, Guipúzcoa, 1951) es el seudónimo de Joseba Irazu Garmendia, un licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Bilbao, que desempeñó oficios variopintos, como maestro de euskera, guionista de radio o librero, hasta que a comienzos de la década de los ochenta pudo dedicarse exclusivamente a la literatura.
Hasta la fecha, Atxaga ha sido distinguido con multitud de galardones como el Premio Euskadi, el Premio de la Crítica y el Prix Millepages, mientras que sus obras han sido traducidas a más de veinte idiomas.
El escritor adelantó ayer que Zazpi etxe Frantzian será publicado en breve en castellano, catalán y gallego, con grandes probabilidades de que a corto plazo lo sea en portugués y más adelante en italiano e inglés.
Obabakoak, que además de una novela supuso el nacimiento de todo un recurrente universo literario en la trayectoria del autor, fue la obra que lo consagró como uno de los literatos vascos contemporáneos más emblemáticos.
La lectura de obras de escritores como Jonathan Swift o Ambrose Bierce a la hora de escribir Zazpi etxe Frantzian ha formado parte de la inspiración del autor, quien se trasladó hasta Nevada para encontrar, lejos de sus preocupaciones cotidianas en el País Vasco, "la fuerza y el valor" para redactar las 246 páginas que componen su nuevo trabajo. >efe