Navarra, Gipuzkoa y el Euskera
/ Castellano
/ año 1999
/ 254 páginas
Siglo XVIII
Jose Mª Jimeno Jurío nos sorprende ahora con esta monografía que responde, sin duda, a algunos felices hallazgos del buen escudriñador de archivos que él es, pero sobre todo a que el Siglo de las Luces se nos muestra, cada vez más, como decisivo para los dos siglos de política lingüística que han seguido hasta nuestros días. […]
Este libro presenta en sus métodos de trabajo una cuidada meticulosidad documental y cronológica que da cuerpo y fijeza a cuanto se afirma. Viene avalado con numerosos estudios propios que lo han precedido, y se enriquece, además, con las aportaciones de otros trabajos puntuales de diversos investigadores oportunamente citados. Y, sin embargor, es un libro nuevo, bien nuevo, basado en el expurgo y análisis pormenorizado de fondos documentales, en parte conocidos pero insuficientemente explorados, y otros, hasta hoy desconocidos.
El autor nos dibuja tanto unn momento señalado del Despotismo Ilustrado borbónico como la forma en que se manifestaron, bajo su acción, los intereses contrapuestos de la sociedad navarro-guipuzcoana en relación a su propio patrimonio lingüístico.
[…] Desearíamos que la lectura del texto resultara más apasionante, si cabe: ¿cómo actuó en Euskal Herria y frente al euskera el Despotismo Ilustrado? Y ¿cuál o cuáles fueron las reacciones dadas en Navarra y Gipuzkoa, a las propuestas hechas desde el poder? La respuesta a estas preguntas adquiere aquí rasgos vivos y concretos: las afirmaciones de los legajos de archivo son cotejadas, pueblo a pueblo, con los actuales conocimientos sobre la geografía histórica de las lenguas del Reino y la Diócesis.
El análisis que ofrece esta obra mejora con creces nuestro conocimiento de la historia institucional de la engua, y apunta hacia algunos de los problemas actuales de la normalización del euskera: ¿cómo conjugar la fidelidad política al patrimonio cultural heredado con el presente y porvenir de la comunidad lingüística?, ¿cuál es la compresión del trabajo funcionarial, como servicio también a esa comunidad?, ¿qué podemos o debemos esperar de las coberturas políticas exteriores, en ocasiones claramente opresivas?; finalmente, ¿qué decir de las dificultades o la desidia internas –pasadas y presentes– de la propia comunidad lingüística en la salvaguarda de su patrimonio?
Sólo desearía que el lector acometiera con redoblado interés la lectura del presente libro, que muestra una coyuntura ciertamente importante de la historia de nuestras Instituciones.
Joseba Intxausti