«[…] Y con su prosa potente da paso a los recuerdos, a los momentos, vividos, a los viajes, a alguna vecina malencarada, homenajea a amigos y autores fallecidos, se refiere a librerías, estaciones, cafés, bares, hoteles y sus amigos, en torno a su editorial Pamiela y a su aventura, saca a relucir su labor como abogado, y por las páginas campan los nombrados de Maistre, Cendrars, y muchos más, leídos y/o conocidos: Carmen Martín Gaite, Daniel Defoe, Gaston Bachelard, Marcel Proust, Juan Marsé, Ramón Irigoyen, Gregorio Morán, Álvaro Cunqueiro, Jaime Gil de Biedma, Carlos Pujol, Gracía Hortelano, Martín Santos, y… ¡no sigo! Y la promesa de felicidad en Zamarrenea, su casa baztanesa de Arizkun, con la que concluye el libro.
No es fácil dar cuenta de todos los vericuetos por los que discurre la prosa de Sánchez-Ostiz, y no por defecto sino por exceso, que discurre en rizoma ofreciendo atractivas píldoras, más bien pildorazos, que por si no fueran suficiente van acompañados de ilustraciones de libros, edificios, carteles de propaganda, obras de arte, fielmente reproducidas… siguiendo el modelo de Gonzague Saint-Bris, «todo un modelo de lo que puede ser un diario y no un teatrillo de variedades vanidosas». […]»
«[…] el libro recoge una setentena de entradas en las que se combinan episodios autobiográficos y un gran despliegue de referencias, fundamentalmente literarias, que articulan la formalización de vivencias y recuerdos reververados durante el reciente confinamiento (se fecha su composición entre marzo de 2020 y julio de 2021).
Dotado de una artesanía indudable a la hora de escribir –y que ha sido reconocida también por numerosos premios- Viaje alrededor de mi cuarto se lee con gusto y se relee con regusto y no solo como un testimonio más de este annus horribilis […]»