Carro compra

 x 

Carro vacío
  • Paradisuaren kanpoko aldeak
  • Guía del GR 225. Fuerte de Ezkaba - Urepel
  • Xabier Lete. Poema eta abesti guztiak
  • Dinosauro-ametsak
  • Harizko zubiak. Haiti, Pernambuco, Mexiko eta Tangerreko jasokinak
  • Munduari bira eman zion ontzia
  • Sorgin dibertigarria
  • Castejón (1931-1945). Historia, represión y conculcación de derechos humanos
  • Zazpi munstro eta katu bat
  • Ele eta hitz, ahoz eta idatziz
  • Arturo eta Klementina
  • Nor naiz ni? Animalien kumeak - Poloetako lurrak
  • Heldu garen guztiak
  • Burutik behatzetara
  • Hartz Arre, Hartz Arre, zer ikusmira?
  • Eguna argitzeko zain
  • Bonobo betaurrekodunen egiazko historia
  • Plazas con frontón en Euskal Herria

La barca de Caronte

Ensayo y Testimonio nº 34
/ Castellano
/ año 1999
/ 269 páginas
17,50 €
Descripción

(Epístolas para la otra orilla)

Al morir mi hermano Julio, mi primer impulso fue ir a hablar con mis padres para decirles que había muerto su hijo mayor. Después, con un inmenso dolor, necesité conversar con mis seres queridos y con mis amigos, pero como se habían ido decidí escribirles como si estuvieran vivos, contándoles cosas de las que habíamos hablado en otras ocasiones y que les interesarían saber. Así curé mi dolor.

Estas cartas se las entregaba a un supuesto correo para que las llevara a sus destinatarios, aunque a veces pensé que hubiera sido mejor llevarlas ya en mano, llegado el caso.

Sin saber quién podría ser mi correo, me acerqué a la orilla del Prado, en Madrid, donde algunas veces había visto a Caronte sobre su barca, remando camino de la otra orilla, y le susurré mi empeño. Aceptó llevarlas, una a una, pero con la condición de que se las entregara de noche. Noche a noche, sin que nadie me viera, fui dejando mi correspondencia en el sitio convenido, así durante muchos años.

Quiero aclarar que estas epístolas que intitulo La barca de Caronte, también podrían llamarse Aquella relación vivida, y que han sido ordenadas sin atender a la fechas en que fueron dirigidas como aparecen impresas. También, que algunas partes de estas cartas han aparecido misteriosamente en algún diario, sin que sepamos cómo fueron a parar allí ni quién las envió.

Compra

 x 

Carro vacío

Acceso

El sitio empleará cookies para recordar su idioma y opciones de navegación, si usted está de acuerdo: