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Toponimia navarra. III. Cuenca de Pamplona. Cendea de Zizur

Como se refiere en las notas a la presente edición, esta es la primera obra de entidad en el campo de la toponimia que elaboró el autor y, como es normal en estos casos, se ve que no había desarrollado totalmente la metodología que luego empleó. Esta es una de las razones que me han llevado a escribir los topónimos eusquéricos en esta edición con grafía vasca, siguiendo la práctica que el añorado Jose Mari utilizó a partir de 1991.

Está claro que los topónimos eusquéricos son mayoría en esta obra, y aunque algunos se consignan únicamente en castellano, hay bastantes ejemplos de topónimos con dos variantes, la vasca empleada por los que hoy llamaríamos "informantes", y la castellana empleada por el escribano o notario que redactaba el documento. Esto quiere decir, claro está, que estos últimos eran bilingües, que entendían las dos lenguas, pues en épocas pasadas sería, de otro modo, imposible poder entenderse con los monolingües vascos de la zendea. Siempre se puede emplear traductores, algo de lo que tenemos constancia, pero si la frecuencia de trabajo es elevada parece improbable que habitualmente se hiciera de esta manera.

Ejemplos de topónimos recogidos en las dos lenguas son los siguientes: Camino de Etxauri / Etxauribidea (Eriete), Camino de Otazu / Otazubidea (Eriete), Camino de Paternain / Paternainbidea (Eriete), Iberomuga / Muga de Ibero (Eriete), pero sólo Paternainbideondoa y Paternainmuga, en la misma localidad. En Eultza tenemos Barañainmuga únicamente en euskera, en Gazolatz Ara(t)zuribidea / Camino de Arazuri, Araz(t)zurimuga / Muga de Arazuri, pero Ara(t)zurisakana "la vaguada, la barrancada de Arazuri", Camino de Ororbia / Ororbiabidea, Erdiko bidea / Camino de medio, Gendulainmuga / Muga de Gendulain... A veces el topónimo eusquérico se mantiene hasta el siglo XIX, pero perdiendo parte de su carácter vasco: Jaundonejoanisondoa -> Sanjuanondoa, Jaundonesalbatorebidea -> Sansalbadorbide, etc., ambos en Gazolatz. Esto último puede deberse a la propia evolución del euskera, influido siempre por factores externos.

He intentado respetar, al normativizar los topónimos, los rasgos lingüísticos del euskera propio de la zendea, a pesar de que esto no resulte siempre fácil de llevar a cabo. Presenta problemas, pero es factible, en lo que respecta a los verbos (atratzen dela 'ateratzen dela, que sale', dagona 'dagoena, el que está', dagola 'dagoela, que está', datxiola 'datxekiola, pegante a') y a otras características como la desinencia del caso instrumental en –s (larreas onat "del prado hacia aquí, a la parte de aquí del prado") o a variantes léxicas como sario (< saroi < saroe < sare 'red' + ohe 'cama', como arratoi > arratio 'rata', montoi > montio 'montón', pozoi > pozio 'veneno'), término relacionado con la ganadería,propio de Pamplona, la Cuenca y una gran zona de la Navarra central, oriental y meridional.

En cambio, no he respetado el cierre de a en e por acción de una vocal alta anterior (Ubitarte -> Ubiterte), o la caída de vocales fruto seguramente del fuerte acento de intensidad (lehenbiziko -> lenbisko, Iturri gaineko aldean -> Iturri gainko aldean...) propio de la zona, fenómeno todavía vivo en las hablas de gran parte de Navarra (aberatsa > abratsa 'rico', batere > batre 'ninguno, nada', etc.), siguiendo la práctica habitual en este tipo de trabajos, a pesar de que establecer límites claros en este terreno es difícil.

He dicho antes que los "informantes", los que compraban, vendían o ponían en censo un terreno, hablaban en euskera y en esa lengua explicaban al escribano dónde estaba la pieza o el terreno en cuestión. Esto está muy claro en muchos de los topónimos recogidos en esta obra que no son nombres de lugar en sentido estricto, sino explicaciones referentes a la situación del terreno. Estos son algunos de los numerosos ejemplos que podemos encontrar en el libro:

Arrizabal, iturri denekoan "la piedra ancha, donde está la fuente"; Arrizabala, euntzekoaren aldean "la piedra ancha, al lado del pradico, del sotico"; Bi errekak batzen diren lekuan (pronunciado Bi errekak patzen diren lekuan, a la vasca, con ensordecimiento de la b- por efecto de la –k sorda anterior, es decir, con paso -k + b- > -kp-) "en el lugar donde se juntas las dos regatas"; Bustazuriko datxiola "pegando a Bustazuri"; Bustazuriko erreka pasatu eta berala ("en seguida de pasar la regata de Bustazuri"); Bustazuriko erreka Urriztibide aldetik ("la regata de Bustazuri por la parte de Urriztibide"; Domingoren itxaur xabalkoaren gaineko aldean "en la parte de arriba del llanico de los nogales de Domingo / en la parte de arriba del nogal anchico de Domingo"; Domingoren itxaur zabal ondoan "al lado del llano de los nogales de Domingo / al lado del nogal ancho de Domingo"; Domingoren itxaurra denekoan "en el término donde está el nogal de Domingo"; Domingoren itxaurraren saetsean, Elordi ondoan "en el costado del nogal de Domingo, junto a Elordi ('espinal')"; Erreka biok batzen direnekoan, gaineko aldean "en el término donde se juntan las dos regatas, en la parte de encima / de arriba", Euntze herriaren ondoan dagona "el prado que está al lado del pueblo", Euntze Zarikegierrekabazterra "el prado qué está a un lado de la regata de Zariquiegi", Euntzeberrierreka pasatu eta berala "pasar la regata de Euntzeberri y en seguida", Urdeak etzaten direnekoa erraialde, Urdeak etziten direnekoan / Donde duerme el ganado de cerda, etc.

Desde el punto de vista lingüístico el libro está lleno de "perlas" (en el buen sentido de la palabra) muy interesantes para el dialectólogo, toponimista o historiador de la lengua. Por mencionar un ejemplo, el topónimo o descripción Euntze errekareki bitartea (Astrain, 1683) puede ser una coordinación sociativa del tipo de «zuk zure balio handiaz harekin nere artean bitarteko gozagarri izan behar dezu» (Kardaberatz), es decir, “zuk zure balio handiaz haren eta nere artean bitarteko gozagarri izan behar dezu”. El mencionado topónimo es parecido al del nombre de la facería Garaiko larrearekin goiko berroen bitartea que había en un tiempo entre Larraintzar y Lizaso, es decir, “Garaiko larrearen eta goiko berroen bitartea, lo que está entre el prado de arriba y las rozas (artigas) de arriba”. Además de eso, en este caso, parece que en lugar de ser "X-rekin Y", "con X Y", es decir, "X e Y", tenemos el modelo empleado por el alavés Lazarraga en el s. XVI, o sea, "X Y-rekin", "X con Y". Quiero decir que lo esperado era Euntzeareki erreka bitartea 'euntzearen eta errekaren bitartea', no Euntze errekareki bitartea.

Otro ejemplo es Euntze herriaren ondoan dagona "el prado que está al lado del pueblo" que constituye una oración de relativo con orden seguramente antiguo, común en nuestra literatura clásica. Tendría que ser, según lo habitual, Herriaren ondoan dagon euntzea, pero el orden corresponde al utilizado, por ejemplo, por Francisco Elizalde de Muzki en su catecismo vasco de 1735 (euskaldun puro leitzen ez dakitenei "a los euskaldunes puros [monolingües] que no saben leer"; el orden más habitual es leitzen ez dakiten euskaldun puroei). Euntze es un término muy común en Pamplona y la Cuenca que está vivo todavía en Larraun y que equivale al belar-soroa o belagia de otras partes. Es el segundo elemento del topónimo Talluntxe de Noain, que debería ser escrito (y pronunciado) Talluntze "el prado tallazón", "el prado donde se corta la hierba".

Se podrían decir mucha cosas más, pero creo que con esto es suficiente. Los topónimos recogidos en la obra, como señala Joxemiel Bidador en el prólogo, reflejan la lengua hablada en la zendea hasta casi el siglo XX y por eso son tan importantes para nosotros.

Patxi Salaberri (UPNA – Euskaltzaindia)

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