Noventa poemas de Catulo
/ año 1999
/ 230 páginas
Catulo pertenece, con el imprescriptible derecho que sólo otorga la genialidad, a esa suerte de poetas, como Garcilaso, que viven poco, pero intensamente, y mueren dejando tras sí una breve obra maestra, plena de fecundidad en su ulterior desarrollo. Esos ciento dieciséis poemas que de él se conservan van a provocar una estela de admiración y entusiasmo, detectable desde el momento en que son conocidos en la Roma de César hasta nuestros días. Salvo en nuestro país. Hay que llegar hasta las postrimerías del XIX para contar con una versión completa de Catulo, expurgada, por supuesto, de los pasajes tenidos como obscenos por la castrante moralina del puritanismo español de cualquier época. En esta pretendida obscenidad puede que radique la maligna razón de su desvalimiento en nuestra lengua, aspavientos aparte.