Bien por el hecho de ser un símbolo, bien por aquello de que allí dijimos adiós a la independencia de Navarra, o bien porque detrás de aquella gesta hoy vemos dos bandos identificados con la realidad política actual, lo cierto es que el castillo de Amaiur no deja indiferente a nadie. Es evidente que hay parcelas de nuestra historia que incomodan a algunos sectores; y eso que tenemos parcelas para todos los gustos y colores.
En la medida que he podido he tratado de seguir de cerca las excavaciones que estos últimos años se están realizando en el lugar en donde siglos atrás alzó sus muros aquella fortaleza. Encomiable, sin duda, la labor de Aranzadi. He visto trabajar con pala y con pincel, incluso excavar con los dedos, todo fuese por no dañar lo que durante siglos se hallaba oculto bajo tierra. Toda una labor arqueológica desarrollada, afortunadamente, con auténtica profesionalidad.
Poco a poco los cimientos de la fortaleza de Amaiur se nos van mostrando dibujando por dentro y por fuera los perfiles de aquellos muros en donde hace casi cinco siglos Navarra perdió su libertad y su independencia, o por lo menos se perdió el último intento por conservar esos valores. Nunca nos han de faltar, lo sé bien, historiadores que cuestionen, no el hecho histórico en sí -pues eso es incuestionable-, sino el marco en el que se desenvuelve todo ello, dando a entender que el asedio de Amaiur fue tan solo el último episodio armado de una guerra civil iniciada en 1451; que a aquellos agramonteses y beaumonteses de la época no les movía la defensa de un territorio sino la fidelidad a una persona o a una dinastía. Pero lo cierto, lo real, interpretaciones a un lado, es que en 1522 Navarra dijo definitivamente adiós a su condición de estado soberano e independiente.
En cualquier caso, sorprende, ciertamente, ver cómo, poco a poco, fase a fase, van saliendo a la luz lienzos de muralla, paredes, fosos, escalones, huecos de puerta, herrajes... De repente, lo que hasta ahora había sido un castillo mítico, está pasando a convertirse en un vestigio real, palpable, visible, como si fuese una figura que emerge de la niebla hacia la claridad. Y creo que tenemos que felicitarnos todos de que esto sea así.
Arqueología literaria Pero, si realmente sorprendente es este esfuerzo arqueológico, no menos sorprendente es el esfuerzo que en los últimos años algunos investigadores e historiadores están realizando por sacar a la luz, no los muros del castillo de Amaiur, sino la historia que ellos encierran.
Acabo de comprar el último libro de Iñaki Sagredo Garde, editado por Pamiela, y dedicado íntegramente al castillo de Amaiur; su título es El castillo de Amaiur a través de la historia de Navarra , y creo que es, sencillamente, impresionante. Es de justicia empezar por reconocer que el autor, con gran acierto, ha sabido apoyarse en el trabajo previo de Pedro Esarte, o Peio Monteano, entre otros. Pero, pese a ello, Sagredo, tal y como ya nos tiene acostumbrados, nos ofrece en esta obra un trabajo ímprobo, libre de esos apasionamientos que tantas veces sirven únicamente para seleccionar y exponer tan solo aquello que interesa. Estamos ante una abrumadora avalancha de datos, expuestos de forma amena y clara, inéditos muchos de ellos. Ha sabido ir a las fuentes documentales y exprimirlas al máximo para contarnos lo que ellas nos aportan.
Queda en las páginas de este libro una historia completa, al menos hasta donde los viejos legajos nos permiten llegar. Y queda también en este libro una sabia interpretación de la arqueología, porque Iñaki Sagredo es ratón de archivo, y también ratón de campo; y sabe combinar a la perfección estas dos facetas a las que une un profundo amor a su tierra y un gusto extremado por hacer las cosas bien.
Nos introduce este castillólogo (esta palabra hubo que inventarla para definirle a él) en la época de la conquista de Navarra, a la vez que nos la muestra desde una perspectiva a la que no estamos muy acostumbrados; concretamente desde el hecho histórico de la batalla de Amaiur, en 1522, y desde los valiosos testimonios de varios de sus protagonistas.
Por lo demás, tal y como era de esperar de Iñaki Sagredo y de su labor por reconstruir la memoria de los castillos que un día defendieron el Reino de Navarra, en esta ocasión hace un repaso exhaustivo a la historia completa de este castillo; una historia que abarca desde la Alta Edad Media hasta los trabajos arqueológicos actuales, pasando por el asedio y la famosa batalla del mes de julio de 1522, sus últimos momentos como fortaleza en el siglo XIX, los documentos, la construcción del monolito u obelisco, o la actual recuperación arqueológica que en este momento se está realizando. Más completa no puede ser la historia, hasta el punto de que creo no equivocarme si digo que éste es el trabajo mejor y más completo que hasta ahora se había escrito sobre el castillo de Amaiur. Esa es mi modesta opinión. Y esta es mi felicitación a Iñaki Sagredo, acompañada del deseo de que siga en la brecha y en la misma línea.
Ficha El castillo de Amaiur a través de la historia de Navarra