Ilustres prendas
Hizkuntza Gaztelera
2012. urtea
416 or.
145 irudi koloreetan
Muchos personajes ilustres que nos han precedido en la historia eran, en realidad, mentirosos, perjuros, asesinos, traidores, ingratos, cerebros demediados y, también, orates perdidos. A pesar de esta injuria, a algunos de ellos se les sigue honrando la memoria dedicándoles nombres de calles y de plazas.
Personajes, a quienes hemos tenido por santos, héroes, verdaderos ciudadanos, padres honorables, políticos y periodistas honrados, obispos piadososy humanísimos, militares justos y alcaldes bondadosos, han sido, si no todo lo contrario, también: crápulas, violadores, inmorales, y crueles hasta la vesania.
No sólo transgredieron las normas más comunes de la convivencia, aquellas que derivan de una concepción plural de la vida a ras de suelo, sino que, incluso, lo que ellos consideraban lo más sublime, su fe en Dios y en su santísima Madre, se la pasaban cuantas veces fuera necesario por la esfera de su estómago y de su infinita ambición… con tal de conseguir sus efímeros objetivos.
Desgraciadamente, estas prendas, «¡menudas prendas!», diría el argot coloquial, abundan en todos los ámbitos posibles de la degradación humana: religioso, militar, político, periodístico, educativo, sexual, familiar y social. Ramón Lapesquera rescata del tiempo olvidado de la historia algunas piezas mayores y menores que revelan lo mucho que tardó Navarra en entrar en la modernidad de la penicilina, a no ser que por modernidad se entienda esa portentosa capacidad para producir ilustres prendas a manta. En esto, Navarra, si no fue de las primeras, lo fue ex aequo… con quien lo fuera.
Lapesquera rescata las andanzas de curas, militares, políticos y otras «Ilustres prendas»
Ana Oliveira Lizarribar. Diario de Noticias (19-09-2012)