La barca de Caronte
Hizkuntza Gaztelera
1999. urtea
269 or.
(Epístolas para la otra orilla)
Al morir mi hermano Julio, mi primer impulso fue ir a hablar con mis padres para decirles que había muerto su hijo mayor. Después, con un inmenso dolor, necesité conversar con mis seres queridos y con mis amigos, pero como se habían ido decidí escribirles como si estuvieran vivos, contándoles cosas de las que habíamos hablado en otras ocasiones y que les interesarían saber. Así curé mi dolor.
Estas cartas se las entregaba a un supuesto correo para que las llevara a sus destinatarios, aunque a veces pensé que hubiera sido mejor llevarlas ya en mano, llegado el caso.
Sin saber quién podría ser mi correo, me acerqué a la orilla del Prado, en Madrid, donde algunas veces había visto a Caronte sobre su barca, remando camino de la otra orilla, y le susurré mi empeño. Aceptó llevarlas, una a una, pero con la condición de que se las entregara de noche. Noche a noche, sin que nadie me viera, fui dejando mi correspondencia en el sitio convenido, así durante muchos años.
Quiero aclarar que estas epístolas que intitulo La barca de Caronte, también podrían llamarse Aquella relación vivida, y que han sido ordenadas sin atender a la fechas en que fueron dirigidas como aparecen impresas. También, que algunas partes de estas cartas han aparecido misteriosamente en algún diario, sin que sepamos cómo fueron a parar allí ni quién las envió.