Leer con los cinco sentidos
Hizkuntza Gaztelera
2004. urtea
213 or.
50 irudi
Siempre se ha dicho que en las actividades complejas que hacemos es necesario poner los cinco sentidos para no incurrir en la inconsciencia, en la chapuza y en la negligencia más ruinosa. Pero una cosa es decirlo y otra bien distinta es ponerla en práctica. Leer es, sin duda alguna, una actividad muy compleja. Mucho más que escribir, desde luego. De ahí que, al enfrentarnos con un libro, requiramos la concitación de los cinco sentidos. El problema práctico radica en saber con cierta proximidad qué es lo que se puede hacer realmente con la vista, con el oído, con el olfato, con el gusto y con el tacto, mientras leemos. ¿Lo sabemos?
El presente libro es, precisamente, eso: una originalísima invitación a afrontar la lectura de un libro poniendo en movimiento cada uno de los cinco sentidos, dando trato especial a los considerados como menos nobles, el gusto, el olfato y el tacto. El cúmulo de actividades que el autor propone, partiendo de ellos, es, además de original y divertido, un ejercicio intelectual tan riguroso como despejar incógnitas de segundo grado.
En el fondo, lo que el libro sugiere y afirma es que leer es un acto de la sensibilidad compleja del individuo y, por tanto, lo que de verdad educa la lectura, más que improbables valores transcendentales, es la sensibilidad artística de cada persona, sin la cual, el ser humano deja demasiado al descubierto su mediocridad y, posiblemente, su falta de ética.
Julia Ochoa. Entrevista a Víctor Moreno
«La lectura no cotiza en la bolsa de la vida, por eso falla su fomento»
«Hay una confusión de términos que causa sistemas deficientes en el desarrollo del interés por los libros»
Ericka Montaño. La Jornada. 15 de octubre de 2012