Diccionario histórico del carlismo
/ Castellano
/ año 2007
/ 590 páginas
Una obra sin precedentes
Dice Josep Carles Clemente que este libro es “una modesta aportación” a la que él considera insuficiente historiografía sobre el carlismo. Yo no estoy de acuerdo, porque, gracias a esta obra, podemos contar, a partir de hoy, con el primer diccionario histórico del movimiento político más antiguo de Europa; un movimiento que nació en Navarra, tuvo en Navarra su territorio de mayor influencia y que, sorprendentemente, ha logrado sobrevivir hasta nuestros días.
Tal vez su principal valor y novedad estriba en que es un trabajo sin precedentes. Solamente tres autores han intentado hacer anteriormente algo parecido. El primero fue Jaime del Burgo con su “Bibliografía de las Guerras Carlistas”. Se trata de una obra muy voluminosa y de gran formato que recoge muchos de los términos y personajes citados también por Clemente. Sin embargo, como su propio título indica, la recopilación de Del Burgo está orientada a describir los documentos y publicaciones que tratan esos conceptos y nombres.
El otro “diccionario” apareció en la época de la transición. En realidad fue un pequeño folleto divulgativo escrito por Cecilia de Borbón-Parma, hermana del Carlos Hugo, que de ninguna forma se puede comparar con la presente obra.
Solamente hay un precedente equiparable al de Clemente. Fue el diccionario que comenzó a escribir Melchor Ferrer Dalmau, que, lamentablemente, jamás llegó a publicarse. Precisamente, Melchor Ferrer pidió, antes de morir en 1965, a Josep Carles Clemente que impulsara la publicación de una obra de estas características. Se puede decir, por lo tanto, que con esta edición se ha realizado el proyecto que en su día inició Melchor Ferrer.
La utilidad del libro
El “Diccionario histórico del carlismo” tiene la ventaja y la virtud, por encima de todas las demás, de ser un libro útil, didáctico y con un formato práctico y manejable. Sus numerosas entradas lo convierten en una obra de consulta y referencia no solamente para los historiadores sino también para el público en general. Cualquier persona que busque un nombre, un personaje o un acontecimiento relacionado con el carlismo, lo podrá encontrar en estas páginas. Por eso es una gran aportación que no debería faltar en ninguna biblioteca pública o privada, ni en ningún centro de enseñanza, bien sea secundaria o superior; tanto de Navarra como de aquellas regiones donde el carlismo ha jugado un papel determinante en la Historia, como son la Comunidad Autónoma Vasca, Cataluña, Levante y algunas zonas de Aragón y Andalucía.
Un trabajo por completar
El propio autor reconoce en su introducción que puede haber lagunas y términos no incluidos. No me cabe duda de que esta obra tendrá que completarse en el futuro, sobre todo porque hay muchos aspectos en la historia del carlismo que todavía no han sido estudiados suficientemente.
Pondré solamente cuatro significativos ejemplos como botón de muestra:
* He echado en falta el apellido Lasuen, una familia legitimista que ya combatió en la primera guerra carlista y que después mantuvo siempre su fidelidad a la dinastía. Su último representante, Jaime de Lasuen, murió como consecuencia de las torturas sufridas a manos de la Gestapo y de la policía secreta franquista en la Dirección General de Seguridad, a donde lo trasladaron en 1943 tras secuestrarlo en Lisboa porque Lasuen colaboraba con la Resistencia francesa.
* Tampoco he encontrado el nombre de Luis María Olaso Junyent, que fue teniente de requetés en la Guerra Civil y que después se hizo jesuita. Está considerado como uno de los teólogos de la liberación en América Latina, fue decano en las universidades de Caracas y en la Católica Venezolana, llegando a presidir la Comisión de Derechos Humanos en la Fiscalía de Venezuela.
* De época más reciente es el término FOS (Federación Obrera Socialista), que en el diccionario está recogido como una revista, cuando, además de publicación, fue una organización sindical que tuvo un importante protagonismo en el pujante movimiento obrero navarro de los últimos años del franquismo.
* Un último detalle. También cita a Francisco Ubierna Ubierna, resaltando su liderazgo en el movimiento obrero de los años 60 y 70, pero, sin embargo, no menciona su protagonismo en hechos que ya forman parte en la historia del sindicalismo español. Me refiero en concreto al primer mitin legal realizado por Comisiones Obreras, que se celebró en Burgos tras una ardua negociación con el entonces gobernador civil, y a la primera gran marcha de mineros a Madrid, protagonizada por trabajadores de la empresa Crimidesa, que este sindicalista dirigió y encabezó también desde Burgos en 1980.
Las lagunas de la Guerra Civil
Por último, hay que decir que tanto el contenido de la obra como las acotaciones que hace la editorial a algunas explicaciones del autor recuerdan de nuevo que seguimos sin conocer con precisión cuál y cómo fue la participación del carlismo navarro en la Guerra Civil. Sobre este tema seguimos sin contar, pese a que ya han transcurrido 70 años del final del conflicto y otros 30 del fin de la dictadura, con una tesis doctoral centrada en Navarra; es decir, con una investigación de carácter académico y con rigor científico que estudie en profundidad y en su conjunto esta participación. Tal vez esta sea la gran laguna que evidencia la obra que presenta hoy Pamiela: la historia del carlismo navarro en la Guerra Civil está aún por escribir.
MANUEL MARTORELL