Miguel Sánchez-Ostiz. Cuestión de leyes

agresion

Semana ésta de leyes, de leyes que unen y de leyes que separan y enconan. Leyes más a gusto de unos que de otros, En Madrid la derecha celebra las vísperas de una nueva Ley de Orden Público camuflada detrás de una seguridad ciudadana, que en las estrictas palabras del ministro del Interior desvanecerá el limbo en el que la policía queda desprotegida. Leyes policiales para un régimen en extremo policial, salvo para quienes viven los recortes sociales y los abusos policiales como orden social. Ley ésta que ya está siendo muy celebrada por esa derecha que actúa al filo de la Constitución y en contra de las libertades individuales de quienes se oponen al régimen. Estamos en manos de bellacos. No me cansaré de repetirlo.

mayoria_progresista

Entretanto, en Navarra se ha celebrado otra cosa, mucho más feliz, un verdadero triunfo de las víctimas de la dictadura: la aprobación de una ley de memoria histórica sacada adelante por la mayoría parlamentaria progresista de Navarra.

Era previsible que esa ley no gustara a la derecha que se ha abstenido de votarla o lo ha hecho en contra, fiel a sus principios de pasividad, inoperancia, pasar páginas en balde, burlar por sistema la insuficiente Ley de Memoria Histórica, apoyar de facto la barbarie de los alzados y no querer condenar de frente y de una vez por todas un régimen dictatorial y sus consecuencias… lo que llaman con desparpajo “consenso”, el del no remover. Todo lo que les molesta o les hace ver que hay una mayoría social que quiere otra forma social, es “romper el consenso”, enfrentar, reavivar las heridas que no fueron cerradas jamás. La derecha navarra no ha estado nunca a favor de una acción social en pos de la Verdad, la Justicia y la Reparación, jamás: papeles mojados, marrullerías y palabras de madera.

El contenido de esa breve ley foral es de verdad progresista y revolucionario en varios aspectos. Uno de ellos, fundamental a mi modo de ver, es el de que sea cursada una petición oficial de anulación de los juicios del franquismo y de sus consecuencias personales y económicas. Aquí estamos frente a una actuación de condena frontal y de restitución moral plena de las víctimas, o casi, dado que el franquismo y la acción criminal de los sublevados produjeron daños irreparables. La pervivencia de ese corpus judicial sigue dando apariencia de legitimidad a la dictadura. Es preciso desautorizar por completo sus leyes y las consecuencias de su aplicación en condiciones de burla y completa indefensión que hacía de la acción de magistrados cómplices una farsa descarada. Es preciso, cuando menos, denunciar de manera institucional cuando menos esa farsa, que quede claro que no tuvieron legitimidad alguna en el amparo legal de cobertura que buscaron para sus abusos.

Y junto a lo anterior, algo más importante de lo que parece: el prescribir una actitud activa de las instituciones en orden al reconocimiento de los hechos y de las víctimas: los actos institucionales. Ahora no caben subterfugios y ese hacer como que se hace para no hacer tan habitual hasta ahora. Si el Gobierno actual no cumple la Ley del Parlamento se denuncia a sí mismo (de nuevo). Y aquí mismo me detengo porque no quiero ser agorero y ensombrecer el triunfo.

Asimismo, conviene no olvidar que esta ley no hubiese sido posible sin el empeño de las víctimas y de quienes les han sostenido dentro y fuera del Parlamento foral a lo largo de muchos años. Todo un logro social y político.

Frente a este triunfo de una mayoría social progresista, el ministro del Interior quiere sacar adelante una ley de seguridad ciudadana que, en la práctica, es una ley que quiere garantizar la impunidad de los abusos policiales alentados y planeados desde el gobierno: pasar del limbo (palabras de Fdez.) al paraíso. Nada nuevo ni nada que pueda sorprendernos. Fernández Díaz no es un demócrata ni de lejos, sino alguien que, una actuación detrás de otra, ha ido revelando un acusado perfil patológico. Las suyas han sido actuaciones confesadas (tirar de hemeroteca) en el filo de la ley y en ese lado de las cloacas del Estado en las que este burócrata del autoritarismo neoliberal se mueve a sus anchas: el de la sordidez malévola del sometimiento de unos ciudadanos por otros de mejor clase y casta, todo ello albardado de una religiosidad repulsiva en la que tal vez encuentre inspiración para lo que se revela como una perversión política. Recordemos que comparó al aborto con ETA.

Ley de Orden Público, pues, y enseguida tribunales que la apliquen, es decir, tribunales de orden público al servicio del gobierno: el TOP del franquismo. Es de no creer, oyes decir, pero no, al revés, es de mucho creer y venía ya muy anunciado.

La del ministro Fernández va a regular las “ofensas a España”, es decir, que nadie va a poder decir que éste que han formado es una mierda de país, y endurecer todo ese sistema perverso de multas administrativas cuyo objetivo es acoquinar a la población. Ésta es una ley elaborada ex profeso para acogotar más a una población exhausta, empobrecida y quitarle las ganas de echarse a la calle. No se trata de salvaguardar la seguridad del ciudadano, sino la impunidad de un régimen neoliberal y autoritario. Es una ley para blindarse. De ahí a atentar de manera seria contra la libertad de expresión y el derecho a la información no hay ni siquiera un paso. Prohibir la difusión de imágenes de la bestialidad policial es algo más que un recorte al derecho a la información, es la ocultación de pruebas de actuaciones que pueden ser delictivas. Se comenta solo.

El Consejo de Europa ha denunciado la deriva autoritaria del gobierno y la amenaza y recorte de libertades individuales, y la vulneración sistemática de derechos ciudadanos. Denuncia ésta a la que el Gobierno del PP ha hecho oídos sordos.

Ahora queda por ver algo que resulta crucial: la voluntad de cambio social. Es decir, comprobar si los partidos o formaciones políticas que aspiran a ese cambio social cada día más necesario contemplan el compromiso de la abolición de todas y cada una de las leyes dictadas durante estos años de autoritarismo en blindaje de un violento régimen policial de nuevo cuño o van a aprovecharse de ellas en propio beneficio.

Fuente:

Noticias de Navarra

Vivir de buena gana

Posted in El pesebre del Reyno | Tagged | Comments Off on Miguel Sánchez-Ostiz. Cuestión de leyes

Del Asco indecible al Escarmiento. Las batallas de Miguel Sánchez-Ostiz

Nueva píldora de Cibergolem. Sobre un escritor navarro que vista la corte madrileña… acompánenle mañana en la presentación.
OstizLleva el escritor navarro Miguel Sánchez-Ostiz (Pamplona, 1950), batallando largo tiempo con su literatura intempestiva contra el presente y contra el pasado (o por el presente y por el pasado). Contra el presente, por ejemplo, en su ya larga colección de dietarios, desde aquel fundacional “La negra provincia de Flaubert” o en su tribuna dominical del “Diario de Noticias”. Donde da estopa a diestro y siniestro; sobre todo, a nuestra siniestra diestra asentada tanto en el panorama foral como en el estatal. En su blog Vivirdebuenagana, tenemos una muestra cotidiana.
De esa pulsión y de esa pasión, nace el breve ensayo “El asco de lo indecible”,  que el autor califica como el “menos personal” de los suyos “porque nos lo han escrito en la chepa”.
A estas alturas es un placer -seguramente perverso- leer a un escritor que escriba sobre lo que nos está pasando (sobre lo que nos están haciendo) sin disfrazarse de analista o de economista. Que escriba como escritor que es –como ciudadano que escribe-, solo desde la literatura y con un estilo como el suyo, lleno de tralla e ironía.
Un libro sobre la descomposición del régimen que va más allá de la indignación pasiva, e incide especialmente contra la violencia del Estado (disfruten de la instantánea que abre el libro: un ‘compañero’ en pleno desarrollo de sus funciones como agente provocador  en una huelga reciente en Pamplona). Una suerte de ‘libro de combate’, que además de anotar un memorial de agravios intolerables, nos llama a la calle, a la rebelión y a la acción pero también a la confluencia política. En sus propias palabras, y como ha escrito en recientes artículos dominicales:
“Se impone un proceso constitucional y una firme ruptura política con el actual sistema”.
“Al ciudadano ya no le queda otra que recuperar su condición de tal, sacudirse la de sometido, y tumbar este régimen como sea.”
“La formación de un frente de izquierdas donde todavía esto es posible y puede ser eficaz y es necesario, urgente. Si no es ahora, ¿cuándo? No estaría mal saberlo. ¡¿Cuándo es cuándo, carajo?! ¡Ahora es cuando, carajo!”
Este es ‘asco de lo indecible’ que nos sube a borbotones por la garganta y que está siendo proclamado por todas las esquinas, en las redes sociales, de ciudadano a ciudadano, y que nos impulsa hacia lo irremediable: hacia una ruptura democrática. Sí, un libro breve, de modesta apariencia, de pensamientos sueltos, contra el presente o por el presente, pero que vale más que mil adoquines…
Pero la batalla contra el presente se cruza y enreda con la batalla contra el pasado, como en la obra que acaba de publicar: “El Escarmiento”. Una obra inclasificable que no es ensayo ni novela histórica al uso, sino una singular crónica novelada que relata el estallido de la sublevación militar en aquel trágico verano del 36 y el plan represivo de ese gran ‘estratega de la muerte’ que fue el general Mola, aquel que según uno de sus compañeros de fatigas “no pensaba más que en matar”. Pues tenemos la impresión –por no decir la certeza- de que este asco de lo indecible de hoy es, en gran medida, la consecuencia inexorable del Escarmiento de ayer, ya que vivimos gobernados por los hijos y los herederos de los golpistas, de los escarmentadores que arrasaron la retaguardia en Navarra y en el Estado…
“El Escarmiento” una pieza mayor en el conjunto de la obra de Miguel Sánchez-Ostiz, no tanto por su extensión –500 páginas- como por su doble ambición literaria y documental. Por ser una obra en línea con la nueva literatura histórica, en la cual el narrador irrumpe como una suerte de ‘testigo de cargo’ ficticio, para mostrarnos desde el presente “como seguimos viviendo” el escarmiento, en un prodigio de airada ironía y de rescate del lenguaje oral. Y también, por su obsesiva y minuciosa recopilación y contraste de datos extraídos de libros y archivos olvidados que, pasados por el tamiz subjetivo, transforman la memoria histórica de Navarra en literatura crítica. En definitiva, una obra imprescindible para los que vivieron la guerra y la posguerra y todavía les duele, para los jóvenes que no se explican las anomalías de nuestro presente y para todos los ‘letraheridos’ por el pasado de nuestro país…
Se preguntarán algunos malintencionados: ¿Otra obra sobre la guerra civil? Sí, eso es, otra más, pues dilucidar el origen de la sublevación en Navarra sigue siendo una asignatura pendiente, en medio de tanto olvido y complacencia con la masacre. Por ejemplo, cuando en la Filmoteca de Navarra se programa unciclo-homenaje al falangista y escarmentador Rafael García-Serrano (sí, el padre de ese bizarro periodista de Interecomía) como escritor y cineasta, en el 25 aniversario de su fallecimiento, es que algo muy raro le sigue pasando a nuestra memoria…
Por último, destacar la labor a contracorriente de la editorial Pamiela que gracias a la edición de ensayos sobre la memoria histórica y ahora de ambos libros, sigue ejerciendo -como decía Oteiza- de escuela política de tomas de conciencia…
Del asco al escarmiento y del escarmiento al asco, las batallas literarias de Miguel Sánchez-Ostiz, escritor de veras incómodo, que a estas alturas ya pasa de puntillas por la villa y corte y prefiere compartir su tiempo entre Navarra y Bolivia, son nuestras batallas…
‘Encuentro en Madrid con Miguel Sánchez-Ostiz’. Viernes 14 de Junio en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense (Sala de conferencias), a las 19:00 horas.
Posted in El pesebre del Reyno, Pamiela etxea, Libro de la semana, Club del lector | Tagged | Comments Off on Del Asco indecible al Escarmiento. Las batallas de Miguel Sánchez-Ostiz

Víctor Moreno. Decir lo que nadie dice

El-Roto_IlustracionDijo el escritor Muñoz Molina en una entrevista que los “referentes intelectuales de este país no habían estado a la altura de las circunstancias”, sin especificar cuánto metros mentales serían necesarios para estarlo. No obstante, en honor de la precisión inculpatoria, aclararía que “cuando hablo de la pérdida del espíritu crítico pienso en gran medida en mis propios colegas”. Para mayor vergüenza de estos y de él mismo, sostendría que sólo El Roto había conseguido, como intelectual, salir honroso de esta crisis, que desde 2007 –desde 1970, según otros-, hace estragos en casa del pobre.

Marías, herido en su amor propio humilde, le pediría más seriedad y menos tópicos rancios. Para empezar, negaba que El Roto fuese un intelectual, ya que “sólo hace viñetas, a las que le faltan argumentación”, y un tipo así no puede ser Zola. Y, para seguir, sus compañeros de página, “Savater, Vargas Llosa y Pradera, Ramoneda y Juliá, Azúa y Grandes y Millás, Torres y Rivas y Cruz, Montero y Lindo y Aguilar y otros que no caben aquí, y eso intenta también quien esto firma”, sí habían intervenido como intelectuales ante la crisis.

Para más rechufla, Marías apelaría a la hemeroteca, la cual, mostraba que, si alguien no había escrito ni una línea referente a esa crisis, económica y política, había sido el propio Muñoz Molina, que “lleva años escribiendo en prensa, principalmente, sobre exposiciones neoyorquinas, fotógrafos, e intérpretes de jazz”. La conclusión era vejatoria: “Por eso me extraña que él se permita ofender al conjunto de sus colegas con unas afirmaciones que en el peor de los casos parecen una falsedad y una injusticia, y en el mejor una exageración a la ligera”.

Al margen del infantilismo endogámico en el que ambos escritores naufragaban, cabría preguntarse, siguiendo el reguero de los nombres que se citaban, si hablaban de intelectuales o de otra cosa. ¿Lo son?

Si, como dice el primero de la lista, “el intelectual va siempre detrás de la realidad; uno trata de ponerse a su altura, pero llega al día siguiente”, responderemos que, en efecto, lo son. Siempre llegan tarde a la cita con la realidad. Y si, como sigue afirmando dicho number one, “los intelectuales son como las putas, intentan contentar a todo el mundo”, entonces, la conclusión no puede ser más concluyente: son todos los que están aunque no estén todos los que son.

Hace unos años, Haro Tecglen sostuvo que los intelectuales en este país, más que no existir como clase –lo que haría la delicia de Marx-, lo que hacían era convivir felizmente con el sistema político y económico que les daba de comer. Tanto que, debido a este pesebrismo, habían desnaturalizado su tradicional función, aquella que les había encomendado la burguesía humanista: criticar al poder sin que se notara demasiado. Y, desde luego, en los años en que hablaba Haro, se les notaba demasiado que no estaban por la labor de ser moscas cojoneras de la democracia.

Después de visto, se puede asegurar que ciertos intelectuales –por supuesto, los que citaba Marías, pero, otros muchos más de sus colegas-, forman parte de un fenómeno sociológico evidente: si fueron alguna vez de izquierdas, ahora, no se les nota una cana, a no ser que ser antinacionalista les imprima ese carácter. Sólo un detalle. En 1975, se declaraban republicanos; hoy, si no son monárquicos, les faltará muy poco.

Estos intelectuales de prestigio han sido absorbidos y neutralizados por las mismas causas que llevan al precipicio a los corruptos: ambición, poder, dinero y fama. Para colmo, utilizan el medio en el que escriben como garantía de su esencia y pureza intelectual. Algunos siguen creyéndose que pertenecen a un “intelectual colectivo”, como llamó Aranguren al periódico de Polanco en 1981. Hace ya mucho tiempo que dicho papel dejó de ser “el intelectual por antonomasia” y, en cuanto a lo de “colectivo”, nunca lo fue. Así que la fonje discusión en diferido de Marías y Molina apenas tiene cabida. Sería pedir peras al olmo. El intelectual “aprisado” es un intelectual cautivo que, por principio categórico, no puede ir a contracorriente de los intereses de quien le da de almorzar.

Se trata de intelectuales que han practicado muy poco la fórmula de Adorno “decir lo que no se puede decir”, premisa ética de un intelectual libre.

¿Qué se esconde detrás de esta fórmula de Adorno? Actualizándola, diríamos que se refiere a la lucha contra los problemas que el poder ocasiona a los ciudadanos por razones intrínsecas a su quehacer político y económico, y que fundamenta en decisiones legales, pero, en ocasiones, injustas y arbitrarias. Precisamente, ha sido el poder en estos últimos años quien ha cultivado este tipo de razones, que ha revestido con el ropaje esotérico de lo que no se puede decir, amparándose en que se trata de asuntos difíciles y complejos, imposibles de ser comprendidas por las masas.

Algunos pretenden hacer creer que la realidad es difícil de explicar y complejo su conocimiento. Si lo es, no lo será por sí misma, sino por el pensamiento burocrático y torticero que la envuelve. En estas circunstancias de dificultad interpretativa, quien lo intente y dé explicaciones nada coincidentes con el discurso del poder se encontrará con admoniciones por haberse metido en camisa de once varas, es decir, por decir lo que no se puede decir, y, por tanto, sus explicaciones formarán parte de lo heterodoxo, lo incorrecto, lo inconveniente y lo que incomoda. De ahí su prohibición y represión democrática en aras de una supuesta libertad de expresión, que ni es libertad, ni expresión.

Es en este terreno, donde la presencia de los intelectuales se hace más necesaria. Para decir lo que nadie dice, para agitar y mantener viva la duda ante tanta ofensa intelectual, ante tanta definición concluyente, autoritaria y excluyente, ante tanta sevicia perpetrada bajo los auspicios de una legitimidad cada vez más inmoral.

Ahí es donde el intelectual tiene un trabajo descomunal, elaborando reflexiones e ideas que se alejen de las evidencias que establece el poder y formulando los problemas desde otra mirada, de modo que sus soluciones no pasen por el entramado institucional del pensamiento burocrático o apresado bajo el amparo del poder, sea el que sea, sino desde abajo, desde la propia sociedad.

Un intelectual, si algo hace, es describir y explicar lo que nadie cuestiona, lo que nadie se atreve a decir, generando interpretaciones que hacen visibles aspectos nuevos de la realidad. En este sentido, dudo mucho que la ética de la lista de intelectuales de Marías cumpla con el compromiso de Adorno. Su modo particular de habitar el espacio que la sociedad les asigna deja muchísimo que desear, pues todo lo que dicen y han dicho estaba tan bien dicho que al poder le ha entrado por una oreja y le ha salido por la otra. Para mayor sonrojo, este mismo poder les ha pagado por decir lo que han dicho.

Posted in Ilustres prendas | Comments Off on Víctor Moreno. Decir lo que nadie dice

Miguel Sánchez-Ostiz. A favor de los ‘escraches’

escraches

Para que no haya equívocos, diré de entrada que estoy por completo de parte de quien sostiene que “Cuando no hay justicia, hay escrache” y que este consiste “en que quienes roban, matan, extorsionan y arruinan a la gente honrada, deban sufrir la vergüenza pública en su entorno”. Definición tan al azar como expeditiva y urgente para tiempos que no permiten consideraciones, matices ni distingos conciliares.

Esa es, digamos, la teoría. La práctica ya la hemos visto: es pacífica, a plena luz, y quienes en los escraches participan no se esconden, no agreden, antes bien son agredidos por fuerzas antidisturbios que se extralimitan, antes y después de que el ministro del Interior ordenara la identificación para sanción de quienes participen en protestas callejeras y pacíficas ante las casas de políticos y otros agentes de ese orden que no consiste en otra cosa que en sumar violencia institucional al desorden. Una instrucción tan confusa como clara: permite la total arbitrariedad policial, que de eso se trata. Un nuevo alarde de ingeniería jurídica en aras de un régimen policial pleno.

El escrache se parece a la cencerrada, a la muy antigua cencerrada que gozaba de amplia popularidad. Era una manifestación de disgusto social, casi siempre injusta porque la tramaba con los más débiles de la tribu, los diferentes, los indefensos, los que habían incumplido sus leyes abusivas. No buscaba la vergüenza del poderoso o del cacique del pueblón, o lo hacía raras veces. La cencerrada era nocturna y se representa embozada.

La diferencia es que el escrache, con viejos o nuevos cencerros, con ruido, mucho, se dirige al que emplea la ley del más fuerte y tras ella esconde su conducta asocial. La diferencia es que quien acosa y amedrenta, quien inquieta la vida de las familias es quien se las da de víctima y abusa y retuerce leyes y maneja los hilos policiales y sus porras. Hablan de niños y olvidan los que han sido echados de sus casas por los desahucios. Vivimos en dos mundos condenados a no entenderse.

Porque aquí hay un acoso, y sobre todo un derribo, previo a las protestas, por parte de quienes ponen de escudo a la Policía para impedir y castigar con dureza y de manera abusiva actos que no están expresamente condenados por las leyes. Quienes hablan de acoso y de violencia son los que los practican de manera impune con cobertura judicial y administrativa. Los documentos gráficos son tan abundantes que son incontestables. Lo mismo por lo que se refiere a los miles de víctimas del régimen policiaco del PP en el último año y medio.

Llama la atención que los mismos políticos o bocazas que ahora condenan los escraches hayan participado en cencerradas o reventando actos de sus adversarios políticos. Llama la atención, sin más. Puedes cambiar de ideas, pero podrías abstenerte de echar sermones. El sistema es este: lo que es válido para mí, no lo es para ti. A eso se llama equidad, democracia, justicia y lo que gusten.

El escrache, moderna cencerrada a contrapelo, es una manifestación de hartadumbre social y una reclamación de derechos por parte de aquellos a los que de manera progresiva se amordaza. Quienes detentan el poder han convertido el parlamentarismo y el diálogo social en una burla siniestra. Aquí, con la gente que gobierna no hay diálogo alguno y lo saben; por eso lo ofrecen. Aquí hay fractura social y ellos acabarán empujando a una parte estimable de la población a la violencia directa y a la guerrilla urbana, y lo saben.

Movilizarse frente a las viviendas de los responsables directos, no ya de los desahucios, sino del mayúsculo desastre nacional, el de las privatizaciones, los recortes, el paro, las ruinas, la impunidad de los abusos bancarios, la justicia dual, una para ricos y otra para pobres, y el empobrecimiento general de la población, no es más que un legítimo ejercicio de derechos elementales por parte del despojado, del abusado, de aquel a quien en la práctica se le priva de esos derechos; y quienes criminalizan su protesta, lo saben porque son los responsables de ese estado de cosas.

Muy probablemente aquellos que se preguntan por la legitimidad del escrache tienen ingresos por encima del salario mínimo y un trabajo digno, no están desahuciados, tienen plena cobertura sanitaria para cualquier contingencia, no van a comedores sociales, no recurren a la renta social, no rozan la pobreza ni están en la desposesión… Solo así se entiende su pregunta, de lo contrario es superflua, salvo que seas de los suyos o lo hagas de una manera retórica que ya sobra; o salvo que tu trabajo periodístico no sea el de informar, sino el de encubrir a los actores de los desahucios con subterfugios culturales.

A estas alturas prefiero no escribir que cualquier estrategia frente a quienes detentan ese poder destructivo, basado en el abuso y la violencia institucional, es legítima porque, para métodos mafiosos, los suyos, desde hace mucho además. Sé hasta dónde puedo llegar, aunque también sé que, si siguen empeñados en retorcer el Código Penal, ese camino de libertad de expresión se va a ver recortado.

¿Qué esperan, que andemos con maneras versallescas? Esta es una pelea amañada, por completo amañada, en la que impera la ley del más fuerte: la de ellos, la que a ellos les blinda su Policía, la que ahora dice que critica las abusivas instrucciones ministeriales.

¿Por qué respetar a quien no te respeta? ¿Esperan que el ciudadano trague indefinidamente? Hablan de leyes ¿Qué leyes? ¿Las de su ingeniería jurídica? Ya se encargarán de mandarte a los antidisturbios para que te apaleen, porque hasta ahora, como declara Ada Colau, quienes ejercen la violencia bien extrema son la Policía, protegida por la magistratura, los políticos, los medios de comunicación y sus perros de la prensa, y las instituciones financieras.

Está visto que, dado que son incapaces de luchar contra el paro y la miseria creciente, toda la labor política del actual Gobierno se centra, al margen de sus colosales ganancias particulares, en consolidar el estado policiaco, un estado policiaco de nuevo cuño, con métodos y medios modernos, y ampliamente aceptado por una mayoría social que les sirve de escudo. Y siento repetirme, pero quienes de verdad se repiten son ellos.

http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2013/03/31/opinion/a-favor-de-los-39escraches39

Posted in El pesebre del Reyno | Tagged | Comments Off on Miguel Sánchez-Ostiz. A favor de los ‘escraches’

Desahucios: Xabier Idoate y Clemente Bernad

«Por los días felices»… cuando se forraba con los desahucios

El procurador de los bancos, Miguel Leache, en su indecente tarea como desahuciador, aprovechaba para fotografiar las casas vacías tras expulsar a sus moradores. Con estos «trofeos», y las bendiciones oficiales, ha preparado una exposición, «Por los días felices», disfrazando con arte y poesía una canallada desvergonzada.

 

Resulta sorprendente la cobertura dada por los medios de comunicación, especialmente los que se suponen menos oficiales, justificándolo con crónicas y entrevistas, sin poner en cuestión algo tan evidente como que esta exposición se ha hecho tras forrarse con unos mil euros por desahucio, en unos mil llevados a cabo en los últimos cinco años.

 

¿Tan desnortado está el periodismo que es incapaz de señalar siquiera una mínima contrariedad? ¿Dónde queda la tarea del periodista como servicio público, como defensa de quien nada tiene, víctima de un sistema mantenido por ganapanes sin escrúpulos y el miedo del pesebre a no salir en la foto?

 

Reconforta encontrar excepciones como las que se han manifestado públicamente, entre las que recogemos estas dos, del pintor Xabier Idoate y del fotógrafo Clemente Bernad.

Txema Aranaz

 

victimias-desahucios 2

 

“Por los días felices”

Xabier Idoate

http://www.facebook.com/xabier.idoate.5

Esta exposición es un error. Ahora el autor y sus apologetas van de víctimas. Se lamenta Leache de que quizás algunos ni siquiera han visto la exposición. En cuanto a mí se lo confirmo: no la he visto y no pienso verla. Es más, mientras dure no pisaré el Centro Huarte. Así evitaré pensar como él lo hace en su blog: “estaba pensando en quemar sus libros” (se refiere a los de Miguel Sanchez Ostiz).

Dice Cánovas en el texto de la exposición de Miguel Leache: “Estas fotografías, como todas las fotografías, apenas pueden decir nada. Ponen de manifiesto su propia incapacidad de contar” y luego continúa diciendo que esas fotografías sugieren “la tensión entre lo racional y lo emocional” y no sé cuantas ocurrencias más para salir del paso. ¿Tanta filosofía de la fotografía para esto?

Ricardo Pita en su blog “elangulo” recurre a la descontextualización para justificarlas. Parece que estas fotos deben ser extraordinarias en sí mismas, atemporales, independientes de las circunstancias. Pero esos argumentos son falaces. La imagen confía su sentido al contexto. Para interpretarla hay que ir a su proceso de producción y buscar las razones por las que la mirada que representan se ha tornado en esa dirección. Quita el contexto y desaparecerá todo significado. En el proceso de interpretación es inevitable sondear la autoría, sus intenciones, su mirada. Y aquí, de pronto, al llegar justo a esta cuestión decisiva, a ese momento en el que intentamos adoptar la mirada del autor, nos encontramos con que el autor es actor, no un secundario, un actor principal. Participante activo. La sensación es ciertamente demoledora.

El Centro de Huarte reclama ¿derecho a la crítica? Como no lo entiendo no lo juzgo pero tengo la impresión de que intenta precisamente rehuir la crítica.

Esta exposición es inaguantable. Una coartada sensiblera para calmar la conciencia del autor-actor. Lágrimas de cocodrilo. Puede pavimentar la exposición con todas las buenas intenciones que encuentre disponibles. Puede tratar de hacerlas pasar por arte. Puede ocultar que él mismo tumbó con pericia y oficio la sentencia de dación en pago que tanto dio que hablar en su día. Puede argumentar lo que le parezca.

Pero no puede pretender que no hablemos claro: no lo dirá la ley, pero los desahucios son un crimen y no resulta aceptable que uno de sus colaboradores necesarios exhiba los rastros de esas vidas como si fueran arte. No lo son. Son trofeos.

 

Por vuestros días felices

Clemente Bernad

http://clementebernadblog.wordpress.com/2013/03/27/por-vuestros-dias-felices/comment-page-1/#comment-28

 

Al procurador de los tribunales Miguel Leache y al Centro Huarte de Arte Contemporáneo les ha estallado en la cara su particular burbuja artística, simplemente porque sospecho que no se han enterado de nada, aunque cabe la posibilidad de que sean más astutos de lo que demuestran.

No se han enterado de que lo importante del arte -y en este caso de la fotografía- no son las obras, los encuadres, los contrastes, los claroscuros, los paspartús,  las salas impolutas o los limpios catálogos, sino algo tan sencillo como el punto de vista. Un punto de vista es algo que habla de la posición personal respecto a aquello que se quiere contar, del tipo de compromiso que se asume, de dónde se elige poner la propia mirada, de cuál es el lugar desde donde se mira, de cuáles son las distancias políticas que se aceptan; un punto de vista habla del respeto por lo que se fotografía y de la responsabilidad que se debe asumir por la propia mirada y por los resultados que se obtienen. Adoptar consciente y responsablemente un punto de vista evita espectáculos tan pueriles y lamentables como el ofrecido por el autor de la exposición “Por los días felices” y por el director del Centro Huarte de Arte Contemporáneo.

Miguel Leache participa profesionalmente como procurador de los tribunales en los desahucios de ciertas viviendas a las que más tarde acude a tomar fotografías, sin ser capaz de asumir que el punto de vista que adopta es éticamente insostenible por cuanto se aprovecha de una posición de ventaja obtenida por haber ejercido de colaborador necesario de tales desahucios. Claro que las fotografías son poco elocuentes, como se dice en el texto introductorio del catálogo de la exposición, pero esa no es la cuestión, ni siquiera porque no se puede ser tan ingenuo como para afirmar como Leache que “le he tenido mucha fe a la imagen. No tenía dudas de que las imágenes contarían lo que tenían que contar”. La cuestión es que podría haberse hecho una exposición con unas fotografías exactamente iguales punto por punto a las de Miguel Leache y obtener un  resultado radicalmente diferente. Porque lo que cuenta es el punto de vista, y el suyo es ventajista porque su mirada no sirve a la realidad que quiere mostrar sino que se sirve de ella en su propio beneficio. Para producir un discurso pertinente no basta con tener una cámara de fotos y la oportunidad espuria de acceder a donde nadie puede hacerlo, sino que hay que preguntarse por qué se está en ese lugar y qué se quiere contar desde allí. Y la valentía para responderse con sinceridad y ser capaz de renunciar a ello si las piezas no encajan. Quizás algo tan sencillo como asumir la cruda identidad de su mirada habría otorgado a sus fotografías un valor insospechado: la mirada de un desahuciador asumida y expuesta en primera persona. Pero optó por camuflarse en una distancia aséptica y engañosa, en un humanitarismo completamente desprovisto de responsabilidad,  revistiéndose de un espíritu apenado y llorón que no engaña a nadie, aunque lo intente. De hecho, en el catálogo se ocultan intencionadamente las circunstancias en las que se obtuvieron las fotografías.

Capítulo aparte merece la actitud y las declaraciones de Javier Manzanos, director del Centro Huarte. Dice Manzanos que “Nos sorprende esta reacción, la exposición la planteamos como una mirada poética y, sobre todo, absolutamente desconocida, a la desolación que sufren las familias desahuciadas (…) no somos neutrales ni frívolos. La exposición toma partido en contra de los desahucios, y este centro está para generar debate, reflexión y pensamiento crítico“. Estas declaraciones no son de recibo. No se puede decir impunemente que el Centro está para generar debate, reflexión y pensamiento crítico para sorprenderse a renglón seguido por las críticas que haya podido generar una exposición. En realidad no pretende generar ningún debate sino imponer su discurso, un discurso vacío y acrítico. Pero es que además se permite insultar a la inteligencia diciendo que la exposición toma partido contra los desahucios y apela a cualquier cosa con tal de justificarse: a la supuesta poética de la mirada, a un  compromiso social que brilla por su ausencia e incluso a un sentimiento compasivo que no es precisamente lo que necesitan los desahuciados.  Necesitan sus casas, no la mirada desahuciadora de Leache ni las simplonas palabras de Manzanos, un corrupto especializado en desahuciar cualquier atisbo de crítica y de riesgo allá por donde ha pasado, siempre a la sombra del poder.

Se equivoca el Centro Huarte al negar el oportunismo del trabajo de Leache y de la exposición. Es un trabajo oportunista porque se aprovecha de una posición de poder para conseguir lo que de ningún otro modo podría, y no es ético argumentar que esos espacios permanecerían ocultos al espectador si no fuese por el trabajo de Leache: no es su mirada la que necesitamos. Quizás haya que buscar en los álbumes familiares de las familias desahuciadas las fotografías exactas, cálidas, humanas y justas sobre sus vidas en esas casas. Quizás tengan que ser otros fotógrafos los que rompan el precinto policial de una patada en la puerta y fotografíen lo que la comisión judicial desahució. Quizás haya que mostrar la frialdad con la que una comisión judicial entra en una vivienda tras haber arrojado de allí a una familia por no aguantar las mentiras del sistema. Hay miles de formas de resolver un tema y la que aquí se plantea no es desde luego la más afortunada.

Se equivocaría el Centro Huarte si intentase atacar a quienes critican la exposición acusándolos de intolerantes y censuradores. Todo lo contrario. Creo que la exposición debe estar donde está, ser bien visible y que todos podamos ir a verla para comprobar cómo se las gastan. Exponer es exponerse. Necesitamos espacios donde la libertad esté garantizada para que cada cual pueda levantar su propia voz  sin censura, pero necesitamos también garantizar el ejercicio de la crítica.

Y no solamente eso, sino que además se produce otro desahucio adicional: el Centro Huarte de Arte Contemporáneo, un centro público que debería regirse por rigurosos criterios de calidad en la selección de sus artistas y exposiciones, prefiere desahuciar de sus salas a los artistas arriesgados, críticos y con propuestas dignas de apoyo, y abrir sus puertas a bombo y platillo a alguien con una mirada acrítica coincidente con los intereses políticos de nuestros gobernantes y que para más inri paga de su propio bolsillo la producción de la exposición y la edición del catálogo (precisamente con el dinero que ha ganado desahuciando a familias de sus casas), en un auténtico despropósito privatizador que dice mucho de la dejadez y del abandono al que el gobierno de Navarra somete al arte y a la cultura.

Posted in El pesebre del Reyno | Tagged , | 1 Comment

Miguel Sánchez-Ostiz. Los días felices de Leache, la desvergüenza

otro

Resulta insólito que un procurador de los Tribunales en ejercicio que, en su calidad de representante procesal de bancos y otras instituciones, ha participado en juicios ejecutivos que conducen a desahucios, exponga fotografías tomadas durante el desarrollo de estos o una vez lanzados a la calle los ocupantes de las viviendas, atropellando con su cámara una intimidad vencida.
Y más insólito es que un centro oficial, sostenido por un partido político cuya ideología ha propiciado esos desahucios,  las exponga y que el Gobierno de Navarra que no se ha opuesto a ese estado de cosas, las publique con dinero público. Grotesco.
Se ve que a unos y a otros lo que hay detrás de las fotografías les importa un comino: a quien las hace, a quien las expone, a quien las materializa, a quien aplaude la faena  y a quien se calla, no vaya a ser que se indisponga. Lo que cuenta es la performance, la exposición, la fachenda. Una frivolidad de campeonato o un caso de radical mala fe y falta de escrúpulos.

stop

Se dice que el procurador de los tribunales Leache está conmovido. No se puede poner en duda, solo que si de verdad le hubiesen conmovido esos desahucios, no habría participado de manera activa en ellos a lo largo nada menos que de 5 años.
No es ayer, no son los últimos meses, son los últimos 5 años durante los cuales se ha agravado el drama criminal de los desahucios hasta acabar en los suicidios o en que haya 350.000 familias que en nada se van beneficiar de las mañas artísticas del procurador de la banca que les ha puesto en la calle.

camara

El procurador de los tribunales Miguel Leache no estuvo presente en los desahucios por obligación, sino por dinero.
El procurador de los tribunales Miguel Leache no estuvo en las casas de los desahuciados por solidaridad con estos, sino por dinero.
Leache no estuvo ni siquiera para hacer fotos, sino por dinero… miles de euros en concepto de minutas por desahucios en los últimos 5 años. Eso no se lo puedes reprochar a nadie porque va con su oficio.
El procurador de los tribunales Miguel Leache pudo haber desistido de su representación y si no lo hizo, fue por dinero, por no perder sus clientes: la banca.
Lo de Leache es abusar de la buena fe del público ya muy sensibilizado por el drama de los desahucios.
¿Por qué no se fue Leache? Por dinero. Es la única explicación posible. No es cierto que lo haga por una obligación ineludible. Mentira. Es el dinero lo que le mantiene unido a la infamia de los desahucios.
Ese montaje solo es creíble si quien denuncia desiste de actuar de una manera que, si juzga incorrecta y abusiva, es inmoral y cínica. ¿Cómo puede juzgar erróneo lo que le ha beneficiado económicamente? Le ha beneficiado y le beneficia ahora mismo exponiendo una obra (¿destinada a la venta?) y siendo beneficiario de un montaje y publicación millonarios pagados con dinero público que, dicho sea de paso, a otros artistas plásticos de esta comunidad que no tienen un emporio de procaduría de los Tribunales, se les cicatea, cosa que le consta a Manzanos, porque así lo ha dicho a los interesados.
De haber desistido de sus representación, Leache habría perdido sin duda sus clientes:  los bancos, las instituciones o las promotoras-constructoras. Antes el cliente, antes los jugosos honorarios, la situación profesional de privilegio, en estos y otros casos de la patronal bancaria, que el drama humano.
El procurador es parte activa, preceptiva, del desahucio, pero su presencia depende de él. Si no hubiese aceptado esos casos, no habría habido fotos, pero no había cobrado.
El procurador no estuvo allí presente  para sacar fotos y sentirse conmovido por lo que ayudaba a hacer, sino por dinero, solo por eso.
Hay muchos procuradores en Pamplona, y muchos abogados, más modestos desde luego, que no lo son de la banca. Esa es la cuestión, que son más modestos, que ganan menos. Hay abogados y procuradores que lo han sido de los desahuciados. Leache ha elegido libremente en qué lado estar, en el de la parte ejecutante.
Si de verdad estuviera en contra o conmovido, habría desistido, o habría pasado a ser procurador de desahuciados, que no es por lo visto el caso. Leache no, Leache ha seguido siendo procurador de entidades bancarias que practican a diario si no los desahucios, sí los juicios ejecutivos y, que se sepa, lo va a seguir siendo.

desahucio

¿Denuncia Leache la actuación de los bancos, la política hipotecaria, la negativa hasta ayer mismo  del gobierno y sus partidos afines a tomar en cuenta la iniciativa popular?
No, el discurso que adorna las fotografías es barato y el recurso al sentimentalismo encubre la actuación criminal de la banca a la que representa, por muchas fotos que cuelgue y pamemas que diga en público. Si se está en contra,  se está enfrente, no haciendo «arte» a costa de aquellos que están en la calle con su intervención profesional por representar, cobrando, a quien ejerce un derecho que se está revelando cada día más abusivo y asocial.
Vaga poesía del desahucio. ¿Cuándo tiempos felices? ¿A cuáles se refiere? ¿Qué sabe él si los hubo o no? Ignora a sabiendas el drama anterior al desahucio. Ese drama no se presupone, se cuenta o te callas…
Esos testimonio hubiesen sido creíbles si quien los da, hubiese renunciado  a participar en esos desahucios y en los juicios ejecutivos que los preceden. De lo contrario no son sino una justificación trapacera que resulta poco honorable: beneficiarse de la exposición y de la publicación oficial en su faceta de fotógrafo aficionado, lo que ya es el colmo. ¿Hubiese conseguido otro que no fuera él, el apoyo del servicio de publicaciones del gobierno de Navarra para una denuncia en forma de los desahucios y el sistema económico y social que los posibilita? No, seguro que no. Ni del servicio de publicaciones ni del Centro de Arte de Huarte
Triste, sobre todo triste.
¿Desvergüenza? No, más bien tristeza, mucha.

Los fotomontajes son del pintor Ramón Urtasun, alguien que no podrá beneficiarse jamás del trato de favor recibido por Leache en un entramado cultural que se caracteriza por el amiguismo más descarado.

Posted in El pesebre del Reyno | Tagged | 3 Comments

Miguel Sánchez-Ostiz. Queremos saber

QUEREMOS SABER

MAL TIEMPO, malo, pero algo es algo, al menos no han guindado la lluvia, porque no han debido encontrar el modo de privatizarla, de revenderla, de recomprarla, de fundacionarla y refundacionarla, de vialogarla, de asesorarla y de sacarle dietas por imperativo legal… así que disfrutemos mientras podamos del agua, antes de que tengamos que pagar por ella y alguien se haga rico y se pasee en helicóptero a nuestra costa y de nuestra lluvia.

«¡Queremos saber!» y para eso estamos en la calle, porque queremos saber y porque ya es hora, nunca mejor dicho.  Porque a estas alturas si no salimos, nos echan, nos despojan y expolian. Si al preguntar y al querer saber le llaman conspiración, que le llamen. Saben que es mentira, pero eso poco importa porque lo hacen como respiran. No podemos dejarlos en paz. No puede salirles gratis.

A la calle se sale cuando quien detenta el poder confunde el gobernar con el someter, y en situación de sometimiento nos quieren mantener, callados, ignorantes, aplaudidores de sus ventajas y de lo que llaman con desvergüenza «errores no acertados», en relación a sus trapisondas con la CAN, después de que se hayan denunciado sus manejos, no antes. Queremos saber el alcance de esos «errores no acertados» y sus protagonistas y responsables, todos sus protagonistas y todos sus responsables.

No quieren dar explicaciones y saben por qué no quieren, por eso nos acusan de desestabilizar. Y es que poner coto al saqueo es desestabilizar, denunciar al que abusa,  una conducta asocial, casi un delito. Son demasiados los errores no acertados en obras públicas, recortes, privatizaciones y montajes de parásitos sin otro objeto que el cobrar dietas, como para no dar explicaciones. No producen, cobran.

Y no solo confunden el gobernar con dominar, sino que están convencidos de que el resultado favorable de unas elecciones y la ventaja de unos pactos electorales poco limpios y desprovistos de buena fe, equivalen a una recortada y a una licencia para hacer lo que les viene en gana y no estar obligados a dar explicaciones a una ciudadanía a la que poco a poco se le está arrebatando la condición de tal.

Pedimos información, hoy sobre la CAN y mañana sobre la privatización de nuestro sistema sanitario, pasado ya veremos,  y se nos contesta con desplantes o con humo, o con porrazos y multas.

Dicen que lo sucedido con la Caja de Ahorros no es de nuestra incumbencia porque son asuntos privados. Es posible que ahora sea algo privado (y turbio cuando menos), pero esos asuntos eran públicos y ellos estaban ahí, en sus puestos de gobierno, en sus consejos de administración, beneficiándose de sus puestos de una manera poco decorosa, no por nada en especial, sino por la representación política que ostentaban, no estaban como inversores, no como socios capitalistas.

Si la ciudadanía no hubiese salido a la calle expresando su querer saber, aquí no hubiese pasado nada, que es lo que casi por costumbre pasa, NADA; y cada cual a su casa.

Esta es una casta que del bien común tiene la peculiar idea de que es suyo y se niega a dar explicaciones sobre lo que ha sucedido con la CAN y su entramado social y político, porque temen que se descubra la forma en que se manejan las instituciones de esta comunidad.

Lo que sucede es que la casta a la pertenece Barcina y los suyos, ha hecho de los asuntos públicos, negocios privados, como están haciendo de los servicios y derechos un negocio privado, cuyo entramado revela siempre el amiguismo y, en otros lugares, vemos a diario, maneras del crimen organizado.

Esta gente no repara en que lo legal puede no ser ya decoroso u obsceno, sino justo, y lo confunde en propio beneficio. Han tejido un sistema legal de casta y clase que protege y blinda el enriquecimiento personal y la ventaja inmediata de los suyos como único objetivo político. Una casta en la que cuentan las relaciones familiares, la pertenencia a elites económicas, el amiguismo descarado, los favores debidos; una casta que ha hecho de conquistas sociales y civiles duramente conseguidas, un negocio o va camino de hacerlo: la salud, la educación, la vivienda, todo se ve recortado, limitado, cuando no inaccesible… y este mismo de manifestación y expresión de unas ideas y de disidencia está en sus manos condenado a irse recortando de tal manera que nos convertirá en delincuentes.

Queremos saber cómo y por qué y por quiénes esa institución navarra que era la CAN se ha convertido en un saco de humo y en una fuente de beneficios para inversores de privilegio. No estamos hablando de un chiringuito de tercera propio de un paraíso fiscal, sino de una institución que ha aglutinado durante décadas la actividad económica de Navarra.

Está visto que esta gente confunde la actividad política con el saqueo, fino, fino, por lo legal, dicen, y tiene encima la pretensión de perpetuarse, ignorando por completo a las clases que pagan y pagan y pagan sin parar, y se ven día a día más desfavorecidas. El paro no va con ellos, las más de seis mil familias navarras que tienen a todos su miembros sin trabajo, la ruina de los servicios sociales tampoco, sólo cuenta su beneficio. No les preocupa el dictar recortes en derechos y en conquistas que nunca han sido gratis, porque no van con ellos. Gratis ha sido su vida, sus milagros económicos, el monto imparable de sus patrimonios, la opacidad de estos, las redes de influencia que han tejido aquí y fuera de aquí.

A estas alturas querer saber de la CAN se queda corto, aunque sea un paso más que necesario, porque ellos han contado con que ni queríamos ni podíamos saber, con la impunidad, con que el tiempo y el barullo burocrático juega a su favor. Ya basta de impunidad. Tenemos derecho a una información veraz. No es legítimo responder con violencia policial como respuesta a peticiones legítimas de la ciudadanía.

Queremos saber qué paso con la CAN y queremos saber quiénes son los responsables, queremos que se abra una investigación pública sobre lo sucedido, queremos que se nos trate como ciudadanos, no como meros votantes de ocasión más domesticados que otra cosa. Quienes desestabilizan, crispan y provocan la ruptura social no somos nosotros, son ellos.

Pamplona 2 de Febrero de 2013

 

Posted in El pesebre del Reyno | Tagged | Comments Off on Miguel Sánchez-Ostiz. Queremos saber

Mikel Zuza. Libro de Horas

Presentadora: Leire Martinez Erice
Grabación:  Gurutz Cilveti Larreategui

Estos relatos que son históricos y a la vez no lo son tanto, nos muestran lugares y personajes desde una perspectiva diferente a la que quedó recogida en las crónicas oficiales de Navarra. Y pretenden acercar sus vidas a las nuestras, porque aunque el tiempo haya pasado, siempre podremos reconocernos en sus sentimientos.

Navarra 1512, la historia recuperada

NUEVA COLECCIÓN CON DIARIO DE NOTICIAS
Se trata de una serie de libros imprescindible para conocer los hechos que acontecieron en nuestra tierra hace 500 años. Navarra 1512. La historia recuperada es una obra editorial realizada por Pamiela con la colaboración de prestigiosos autores como: Roldán Jimeno, Gregorio Monreal, Aitor Pescador, Pedro Esarte, Álvaro Adot, Peio Monteano, Tomás Urzainqui y Mikel Zuza.

 

Posted in El pesebre del Reyno, Conquista de Navarra | Tagged | 1 Comment

Peio Monteano. Dos destinos para un reino

Navarra de 1522 a 1529
Es el relato de la última etapa de la Guerra de Navarra en la que, tras la hecatombe del legitimismo en 1522, la guerra de conquista se reduce a una pugna por Baja Navarra. Esta, tras ser ocupada por los españoles en 1523 y 1525, quedará en 1527 en manos de Enrique II de Navarra con el nombre de Royaume de Navarre.

Presentadora: Leire Martinez Erice
Grabación: Gurutz Cilveti Larreategui

Navarra 1512, la historia recuperada
NUEVA COLECCIÓN CON DIARIO DE NOTICIAS
Se trata de una serie de libros imprescindible para conocer los hechos que acontecieron en nuestra tierra hace 500 años. Navarra 1512. La historia recuperada es una obra editorial realizada por Pamiela con la colaboración de prestigiosos autores como: Roldán Jimeno, Gregorio Monreal, Aitor Pescador, Pedro Esarte, Álvaro Adot, Peio Monteano, Tomás Urzainqui y Mikel Zuza.

Posted in El pesebre del Reyno, Conquista de Navarra | Tagged | Comments Off on Peio Monteano. Dos destinos para un reino

Pedro Esarte. El Mariscal Pedro de Navarra

libroPedro Esarte recorre la vida del mariscal aportando datos que recuperan su importancia en el devenir del reino hasta su asesinato en la prisión de Simancas. Desde el supuesto juramento de fidelidad hecho al Católico hasta el suicidio que se le atribuye son desmontados sobre la base de una investigación que rescata la figura de un navarro comprometido con la libertad.

Presentadora: Leire Martinez Erice

Grabación: Gurutz Cilveti Larreategui

 

Navarra 1512, la historia recuperada

NUEVA COLECCIÓN CON DIARIO DE NOTICIAS

Se trata de una serie de libros imprescindible para conocer los hechos que acontecieron en nuestra tierra hace 500 años. Navarra 1512. La historia recuperada es una obra editorial realizada por Pamiela con la colaboración de prestigiosos autores como: Roldán Jimeno, Gregorio Monreal, Aitor Pescador, Pedro Esarte, Álvaro Adot, Peio Monteano, Tomás Urzainqui y Mikel Zuza.

 

Posted in El pesebre del Reyno, Pamiela etxea, Conquista de Navarra | Tagged | Comments Off on Pedro Esarte. El Mariscal Pedro de Navarra

Aitor Pescador “1512. El año de la guerra”

1512

Este libro pretende explicar cuáles fueron los acontecimientos que se fueron sucediendo en los meses posteriores a la conquista. Hechos como la actitud del duque de Alba tras el control de Pamplona, la situación de la Baja Navarra, la lucha alrededor de Pamplona, las negociaciones entre Alba y Juan III o el desconocimiento por parte de los navarros de las bulas de excomunión.

Presentadora: Leire Martinez Erice

Grabación: Gurutz Cilveti Larreategui

Navarra 1512, la historia recuperada

NUEVA COLECCIÓN CON DIARIO DE NOTICIAS

Se trata de una serie de libros imprescindible para conocer los hechos que acontecieron en nuestra tierra hace 500 años. Navarra 1512. La historia recuperada es una obra editorial realizada por Pamiela con la colaboración de prestigiosos autores como: Roldán Jimeno, Gregorio Monreal, Aitor Pescador, Pedro Esarte, Álvaro Adot, Peio Monteano, Tomás Urzainqui y Mikel Zuza.

Posted in El pesebre del Reyno, Pamiela etxea, Conquista de Navarra | Tagged | Comments Off on Aitor Pescador “1512. El año de la guerra”

Destrozando Iruña-Veleia

https://www.youtube.com/watch?v=www.youtube.com/watch?v=1CaiVRIPwQU

Video grabado en 20-07-2010, día de la inauguración oficial de la “nueva era” de Iruña-Veleia donde se puede ver la excavadora en acción causando grandes destrozos en los estratos y estructuras arqueológico.

http://hator-ra.blogspot.com.es/2012/07/destrozando-iruna-veleia.html

Posted in El pesebre del Reyno | Comments Off on Destrozando Iruña-Veleia