José Ignacio Lacasta Zabalza. San Miguel y el Parlamento navarro

San Miguel de aralar parlamento navarraEL arcángel San Miguel va a visitar el día 14 de abril el Parlamento de Navarra. Cualquier mente racionalista dirá que aquí algo falla; es más, ¿no están los Parlamentos para fabricar las leyes?, ¿qué tiene que ver una cámara legislativa foral con un arcángel de la tradición semítica e islámica?, ¿será porque su liturgia se canta en euskera? Por otro lado y más directamente: ¿se adora a esos míticos seres alados en el siglo XXI y en Occidente?, ¿qué imposible relación puede haber entre un Parlamento aconfesional y un altar?

Tronos, dominaciones y potestades; pero los había también denominados serafines y querubes o querubines. Los serafines eran de una belleza singular y los querubines se distinguían por su plenitud científica para contemplar la belleza divina, al formar parte del segundo coro de ángeles. Allá, en el séptimo coro, estaban los principados, espíritus bienaventurados cumplidores de todas las órdenes divinas y suma o compendio de todas las virtudes celestiales. Entre unos y otros coros, se supone que revoloteando, estaban esas criaturas, anteriores al ser humano, presentes como hipotéticas síntesis aladas de toda posible hermosura y sabiduría.

Estas figuras no las inventó la Iglesia católica ni el cristianismo. Cupido era algo anterior, pero un poco más simpático por su función terrenal. Incluso, quien haya tenido ocasión de ver los frescos de Pompeya, se admirará de la presencia de ángeles en tantas paganas (y eróticas) situaciones. La misma palabra griega, adoptada por los romanos, ángel en castellano, quiere decir enviado.

Mas no se va a hablar aquí de los ángeles, ni de esa especie tan interesante que es el caído, Lucifer, as de la rebeldía, que tiene su incomparable monumento y plaza en la ciudad de Madrid. Aquí se va a tratar más bien de un arcángel, que es otra categoría más compleja. Tiene superioridad jerárquica con respecto a los ángeles, es jefe sin ningún sentido peyorativo sino etimológico. Según Tomás de Aquino, que reflejaba la doctrina eclesial dominante, los arcángeles eran también espíritus bienaventurados, pero ocupaban un “orden medio entre los ángeles y los principados”. En castellano son más recientes que la católica Iglesia, pues el Diccionario Etimológico de Joan Corominas sitúa su entrada en este idioma entre los años 1220-1250; allá, con el estupendo Gonzalo de Berceo.

Los arcángeles son complejos, actúan en misiones especiales, simbolizan oficios, ministerios muy cerca de la potencia de Dios (la fortaleza de San Gabriel), San Rafael y sus virtudes curativas, San Miguel o Michael del originario hebreo. De la complejidad de su acción da fe Gabriel, que lo mismo es un patrono especial para el Opus Dei que comunicó a Mahoma en persona las pautas divinas (de Alá) para la escritura del Corán. Naturalmente, estas dos tendencias teológicas pensarán que su Gabriel es el verdadero y lo demás falsedades o cosas de infieles.

Los mitos hebreos, de donde toma la Iglesia su adoración, así como las figuraciones islámicas, hacen jugar un importante papel a los arcángeles (Miguel, Rafael, Uriel…), en su relación con Adán y Eva e intervienen junto a la mano de Dios en la creación del mundo o tierra. Naturalmente, es forzoso desde esa perspectiva aceptar el creacionismo o el llamado “diseño inteligente” como doctrina del origen divino del mundo. Lo que es demasiado admitir para cualquier visión racional, medianamente científica del universo y del origen evolucionado de las especies, inclusive la humana.

Pero resulta que nuestra sociedad civil actual, la del siglo XXI, no es simplemente católica ni mahometana; ni da por buena y porque sí la visión creacionista o la negación de la raíz natural de las especies según la iniciara conceptualmente Darwin. Se compone de las dos tendencias religiosas mencionadas y de muchas más, protestantes de diversas clases evangélicas, luteranos y baptistas, cristianos ortodoxos, budistas, etcétera. Y, además, hay personas que no creen en ninguna religión, independientemente de si poseen una percepción negativa, crítica o positiva de la presencia de las religiones en la sociedad. Personas a las que les parece una patraña la teoría del diseño divino del Universo y pueden ser también incrédulas con respecto a las clasificaciones de los ángeles o a la santidad de muchos santos; personas racionalistas, agnósticas y ateas (¿o es que nadie conoce su existencia en Navarra?). Filosofías a las que el Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo coloca en el mismo plano que las ideas de quienes tienen creencias religiosas. Es la libertad religiosa, la libertad de conciencia, la libertad filosófica de cada cual lo que hay que respetar.

Y no hay otra forma de respetar las plurales conciencias de la plural sociedad de hoy que la actitud neutra, laica por aconfesional o aconfesional por laica del Estado y los poderes públicos. “Ninguna confesión tendrá carácter estatal”, reza el artículo 16.3 de la Constitución. Y nuestros constitucionalistas (quienes se llaman así, como UPN y PPN) han hecho como que no se enteran que donde dice ninguna es ninguna.

El símbolo alzado del arcángel San Miguel, Mikel Gurea de la tradición, ha salido ya de la Sakana. Nada tengo contra quienes sigan esas tradiciones consuetudinarias y religiosas. Sí contra la presencia de autoridades civiles en su acompañamiento, porque, se repite aquí, ninguna confesión -la católica tampoco- tendrá carácter estatal o institucional. Por eso deviene incomprensible para cualquier demócrata, cuyas sustancias pluralistas son la laicidad y la libertad religiosa, que el arcángel Miguel, su efigie, vamos, porque nuestros parlamentarios y diputadas no son precisamente Teodosios de Goñi a la espera del milagro celestial, visite el día 14 de abril el Parlamento de Navarra.

Todo tiene el carácter de un gol arzobispal y neocon, con el aplauso y la risa de Diario de Navarra, porque el día 14 de abril es el aniversario de la Segunda República. Y a los republicanos nos sienta bastante mal que la idea fraterna de la República, neutral e igualitaria ante toda religión, se ofenda por las aclimataciones del Parlamento foral a los usos y costumbres del arzobispado navarro con su diseño arcangélico del planeta tierra.

Que UPN y PPN vayan por donde solían, con cirio y en procesión, pues nada tiene que extrañar si se sabe que no han roto todavía con el Estado católico de la dictadura franquista anterior a la Constitución de 1978. Pero PSN y NaBai no tienen perdón con esta permisividad. Solamente Izquierda Unida ha dicho cuatro cosas decentes y con sentido en contra de esta visita religiosa a una institución oficial, a un poder público, como es el Parlamento navarro. Ha sido también Xavier Eder, mi columnista preferido, quien ha puesto los puntos sobre las íes a tanta falta de decoro político y ético.

No hay tradición que valga, pues éstas, como las costumbres y los usos sociales, se subordinan a los derechos humanos, civiles, a la libertad religiosa, a la ausencia de confesión de todos los poderes públicos y a los criterios del Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo. Por mi parte, el día 14 conmemoraré la República en Tudela con mis amistades y la escucha de algunos versos de Miguel Hernández. Que no fue santo ni arcángel, sino, con toda sencillez, un poeta mártir de los eviternos fanáticos partidarios de mezclar religión y Estado.

Artículo publicado en Diario de Noticias de Navarra

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Aingeru Epaltza. Víctimas

SanFermines78Dejemos de lado a los navarros miembros de grupos armados muertos en enfrentamientos con la Policía, por explosión de sus propios artefactos y asesinados o “desaparecidos” por los GAL u otros grupos parapoliciales. Nos queda Miguel Iturbide, de 17 años, zugarramurdiarra, acribillado por la Guardia Civil en 1967. Javier Escalada, estudiante pamplonés fallecido en 1970 a consecuencia de las torturas recibidas en la comisaría de nuestra capital. Manuel Andueza, de Bera, muerto en un control también en 1970. Ricardo García y Aniano Jiménez, asesinados por la extrema derecha en Montejurra en 1976. Santiago Navas y José Javier Nuin, a quienes disparó mortalmente un guardia civil de paisano en Doneztebe. José Luis Cano, muerto en 1977 por la Policía Armada en la Bajada de Javier. Germán Rodríguez, abatido por la Policía en Pamplona durante los Sanfermines de 1978. Gladys del Estal, muerta en Tudela en 1979, en una manifestación contra el polígono de tiro de las Bardenas. Mikel Arregi, concejal de Lakuntza, acribillado el mismo año en un control. Mikel Zabaltza, de Orbaitzeta, detenido por la Guardia Civil en 1985 y que apareció muerto en Endarlatsa (Bera) con señales de haber sido torturado. Angel Berroeta, panadero, asesinado por un policía nacional y el hijo de éste, dentro del ambiente de histerismo propiciado por la derecha política y mediática -UPN incluido- en los días posteriores al atentado del 11-M en Madrid. Bastante más espacio necesitaría para glosar a aquellas personas a las que un porrazo o un pelotazo policial o un paso por comisaría o por la casa cuartel les truncó la vida. Todos ellos son víctimas de los que pasa la ley que aprobó el otro día el Parlamento foral. Es verdad que al mundo aber- tzale le queda mucho mea culpa por hacer por su insensibilidad ante todos los que han sufrido en sus carnes la violencia de ETA. Su frialdad, sin embargo, parece un dechado de solidaridad comparado con el despiadado desprecio que el constitucionalismo manifiesta hacia las víctimas inocentes del “otro lado”.

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Miguel Sánchez-Ostiz. Pascua de Resurrección

Aberri Eguna del año 1935 en Iruñea-Pamplona

Que la Pascua se celebre en Dublín por todo lo alto no tiene nada de raro, lo que resulta más curioso es que la celebración sea, por todo lo alto también, en Cochabamba, antigua república de Bolivia y hoy estado plurinacional. Pero es que en Cochabamba, capital del trópico boliviano, hay una colonia de irlandesas e irlandeses que, entre otras cosas, se han venido ocupando de los niños de la calle, el principal efecto de la llamada desestructuración familiar ligada a la inmigración.

Así que, entre trago y trago, después de la ley seca de la Semana Santa, las canciones irlandesas parecen salir de los duendes verdes y pelirrojos de las paredes del Na”Cunna. El sentimiento patriótico de los irlandeses está ligado a una lucha y a una conquista y a un triunfo basado en una derrota, la del levantamiento popular de la semana de Pascua de Resurrección de 1916, a cuyo término los británicos aplastaron a los republicanos irlandeses y redujeron el centro de Dublín a escombros. Casi todos los cabecillas fueron fusilados en los días siguientes a su rendición. La independencia de Irlanda era, a pesar de la derrota, cosa más o menos hecha, con guerra civil de por medio o sin ella.

La irlandesa es una historia apasionante y épica que gusta mucho a los mismos que niegan a otros la posibilidad misma de decidir y prohíben a unos, catalanes, lo que permiten a otros, catalanes, aunque sus referéndum no sean vinculantes. Se emocionan con la música de Peadar O”Cearnaigh y valoran los poemas de Pearse, el primer fusilado, o los de Seamus Heaney, el premio Nobel, aunque obvien de qué hablan sus versos, que es algo que hoy se lleva mucho: despojar a la obra de los creadores molestos de su preciso contenido ideológico. Todo eso les parece admirable.

No se trata tanto de la hipocresía de celebrar lejos lo que se prohíbe y persigue y demoniza cerca, de alabar la calidad de la lengua lejana y burlarse de la cercana, como de sostener que Irlanda nada tiene que ver con el País Vasco, con el fin de cortar de raíz entusiasmos independentistas y comparaciones indeseada e inexactas. La Historia que para unas cosas sirve de fundamento, para otras no. Y si no está clara, se reescribe. Y si está clara, se oscurece. No hay revisionismo que valga si quien la reescribe lo hace a mi servicio y con dineros públicos, por encargo, para que escriba lo que nos convenga y vaya a misa por la fuerza del poder político en ejercicio. Depende siempre del número de personas que se abandere tras ella o del poder que tenga quien lleve la batuta. Lo que no vale para ti, vale para mí, lo que hoy está condenado, mañana está en los altares.

Hacia 1967, fecha del primer Aberri Eguna en Pamplona, a mí me enseñaban que la conquista de Navarra había sido artera y que los sucesivos reyes de Castilla, en sus testamentos, encomendaban a su sucesor que se ocupara de la cuestión navarra, o algo así, porque la mala conciencia les acosaba (Walt Disney, 1967). No sé si eso fue así porque no he visto los testamentos reales. Y a estas alturas, en cuestión de documentos históricos, no me fío ni de la guía telefónica. Lo que sí sé es que estaba de moda, era lo común, sostener la mucha singularidad navarra, y halagar de paso el ego del navarro, pese a su conquista y se explicara ésta como un paseo militar apoyado por la mayoría de la población que concluyó en un famoso pacto de igual a igual. Las trastiendas se quedaron para el gato. Eran enseñanzas universitarias, o eso, o yo qué sé, pero más sonaban a película de indios y vaqueros en la que ganaban los vaqueros, con el Séptimo de Caballería (los beaumonteses y Fernando el Católico), y perdían los indígenas, siempre abusivos, malos, malos, esto es los agramonteses, cuya historia no recuerdo se enseñara con el mismo lujo de detalle que la cantidad de títulos nobiliarios acumulados a lo largo de la historia por la duquesa de Alba, la taurina.

Ahora las cosas han cambiado mucho y conviene, nunca mejor dicho, hablar de la autenticidad de las bulas papales falsas, de que de represión nada, sino organización del Estado, de la contribución decisiva a la unidad de España y de que, por el hecho de ser navarro, se es doblemente español o más español que el que no es navarro, como me decía, entre yejquemachos, un pegote acucarachado de gomina que dirigía no sé qué en el diario ABC, desde donde se organizó el apoyo mediático a aquella manifestación espontánea y popular del PP en Pamplona en defensa de la unidad de España y otras cuestiones conceptuales sin las que se entendería mal la marcha del mundo, la estampida migratoria, la quiebra del sistema neoliberal y hasta el cambio climático.

Tal y como están las cosas, ni se me ocurriría poner en duda que el nacionalismo vasco es perverso y amamanta a las Fuerzas del Mal, pero lo cierto es que en el otro lado de la trinchera, entre los bávaros porcheros y otros, feroces defensores de la Sagrada Unidad de España, me he encontrado con gente espantosa, auténticos matones, de modo que si no fueran pellejos que rebosan azumbres, los tomaríamos por latas de odios en conserva, muy capaces de azuzarte a sus bodegueros, hechos matones de ocasión o de, llegado el momento propicio, darte el paseo o encargar que te lo den para no mancharse las manos. Entre la poetambre española hay nostalgia de camisa azul y correajes, y de pistolas. Hablan de ellas. Mucho. Viven como Dios, pero salen a escena disfrazados de perseguidos, agreden pero son los agresores, simulan ser pacíficos pero les bullen las ganas de ajustar cuentas, siempre violentas, y miran para otra parte si el agredido no es de los de la suya cuerda: sin enemigos a capricho no serían nada. La historia de estos tartufos envueltos en la rojigualda hecha pingüe negocio suena a espectáculo arrevistado, como una parodia de Raquel Meller y el chotis de sus facciosos: Ya hemos pasao! Sí, aunque tal vez fuese mejor decir un rotundo “¡Ya hemos llegao!”, igual de chulapo. No hay compromiso político sin beneficios inmediatos ni servicios prestados a la política de gobierno que no se paguen con largueza de una manera o de otra. Aquí y allí, allí y aquí.

Artículo publicado en Diario de Noticias de Navarra

Miguel Sánchez-Ostiz

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Tomás Urzainqui. La libertad detenida

Xavier MinaXavier Mina fue detenido en Labiano por un pelotón de la gendarmería francesa el 29 de marzo de 1810, hoy hace doscientos años. Este hecho alcanzará, como veremos, una indudable trascendencia en el desarrollo de nuestra historia contemporánea, acrecentada en sus efectos por el paso del tiempo. Mina, al igual que sus paisanos, se hallaba inmerso en la gigantesca tormenta generada por el despertar del mundo moderno, con el enfrentamiento ideológico y violento entre los partidarios de la libertad y los defensores del absolutismo feudal, a lo que se unió el choque bélico universal entre Francia e Inglaterra.

Es muy difícil que Xavier Mina hubiese sido traicionado por sus compañeros de armas. Los jefes del ejército insurgente eran en su mayoría de ideología antiabsolutista y más bien radical. Prácticamente todos murieron en combate o fusilados. Si no fue el fruto del azar, quien pudo tener interés en retirarlo de la dirección del ejército insurgente pertenecería a los círculos de los poderes políticos en liza y no sólo a los franceses, sin descartar a los religiosos.

Se acababa de publicar el decreto, dado en el Palacio de Pamplona el 16 de marzo de 1810, por el que se constituía el primer Consejo del Gobierno de Navarra, formado por diez consejeros navarros y presidido por el Gobernador de Navarra, general Jorge José Dufour, que se estrenó con la adopción del acuerdo de exigir la promulgación de la Constitución de Navarra y su incorporación al imperio francés. Ya para entonces Xavier tenía contactos con los políticos patriotas navarros, una de cuyas cabezas visibles era el diputado de Estella, Joaquín Jerónimo Navarro. De ahí que a Mina, después de que lo hicieran prisionero, se le trató con corrección y no lo pasaron por las armas, como había ordenado inicialmente el emperador Napoleón, aunque siete años más tarde fuera fusilado a manos de Fernando VII, aparentemente por ser libertador de México, cuando en realidad fue un asesinato político decidido y ejecutado por el absolutismo nacionalista español.

Una vez preso por los franceses, fue su principal rehén de cara a los navarros, y también de gran valor para los patriotas navarros que buscaban obtener un estatus político internacional para Navarra bajo el paraguas del imperio francés o de Inglaterra, con sus instituciones estatales y su ejército propio. Napoleón no supo resolver el problema político que se le planteaba, tras las continuas conversaciones y contactos habidos, al no decidirse a acordar por fin con los navarros, tanto los políticos patriotas como el ejército de Mina, la solución del reconocimiento de la soberanía política y de la Constitución liberal de Navarra.

Mina, contando con la ayuda británica, se disponía a abrir un puerto en la costa del golfo de Bizkaia para poder comunicar con el exterior los territorios de los Pirineos y de la cuenca del Valle del Ebro. Los contactos ingleses de Mina eran algo más que las meras necesidades coyunturales de una ayuda militar. Había previamente una coincidencia de intereses en la sociedad frente a un enemigo común. Los navarros habían visto cómo desde 1789 se eliminaba la estatalidad de la Baja Navarra, en 1794 se producía la guerra de la Convención y sobre todo se atacaba directamente a los intereses económicos de los productores y comerciantes navarros, que muy pronto resultaron gravemente afectados al quedar bruscamente cortadas las vías que habían hecho posible la llegada de las mercancías navarras a los mercados exteriores, fundamentalmente del Reino Unido. Francia había instalado aduanas en la muga como las que se mantuvieron hasta 1841 en el Ebro. Lo que supuso un enorme perjuicio a la economía navarra basada en la exportación de la lana y la importación de cacao, agravada por el bloqueo continental europeo impuesto por Francia al comercio con Inglaterra.

De ahí que la defensa del estatus económico y político de Navarra, y con él la garantía de la libertad de comercio, se convirtió en la prioridad más acuciante de los dirigentes políticos y comerciantes navarros de ideología liberal de comienzos del siglo XIX. El interés existente sobre el espacio circumpirenaico de las tres potencias en liza (España, Francia e Inglaterra) tenía diferentes motivos, algunas veces acordes entre algunas de ellas, pero no siempre coincidentes con los intereses de los ciudadanos pirenaicos (navarros-vizcaínos, aragoneses y catalanes).

Es precisamente en este contexto donde se mueve Xavier Mina. Su patriotismo equidistaba del nacionalismo francés, español e inglés, porque para él la patria es la libertad, o allí donde se garantizan los derechos del hombre, de lo que dejó constancia a lo largo de su breve pero intensa vida.

Los absolutistas del partido aristocrático se organizan, por su parte, para recuperar las riendas del poder político del que se habían visto apartados, aunque durante la francesada tengan que condescender con franceses y guerrilleros. Pero sobre todo permanecen agazapados hasta que llega su oportunidad con el ejército español dirigido por el general Carlos de España, un monárquico contrarrevolucionario francés, bajo el mando de Wellington.

En el campo la organización de los voluntarios armados de Mina, engrosada con numerosos jóvenes por el repudio a las exacciones francesas, llega a convertirse en una estructura militar formada por batallones que controlan todo el territorio. En la capital los patriotas navarros liderados por J.J. Navarro consiguen una interlocución directa y a la vez un cierto respeto de los franceses. Los intentos de llegar a un acuerdo a tres bandas son continuos con el horizonte de la independencia de Navarra en la órbita del imperio francés.

La ideología liberal en Navarra apostó mucho durante los años de la dominación francesa, pero, tras la derrota de Napoleón, enseguida se desencadenó la represión contra los jefes de la División de Mina y contra los liberales navarros que llevaron la administración entre 1808 y 1813, lo que supuso su aplastamiento y el surgimiento de las enormes dificultades del liberalismo navarro para reorganizarse y posibilitar en Navarra el ejercicio de la libertad individual y colectiva frente al absolutismo, los monopolios feudales, la reacción carlista y el nacionalismo centralista liberal. La fecha que hoy recordamos tiene todos los ingredientes para tenerla en cuenta como el comienzo del secuestro de los derechos a la libertad de los ciudadanos en Navarra, cuyos efectos perduran hoy en día.

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urzainqui tomas

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Miguel Sánchez-Ostiz. Socialmente aceptado

abusos irlandaLLama la atención que mientras en Estados Unidos, Alemania y la católica Irlanda, la muy católica Irlanda, se venga denunciando desde hace años, desde que no eran noticia, los abusos sexuales practicados por religiosos en el ámbito de su ministerio o de su dedicación a la educación religiosa, en España, la no menos católica España, no haya habido apenas denuncias o éstas hayan pasado con la debida inadvertencia. España, pues, país libre de pecado, y de paso de delitos a los que nadie presta atención ni investiga. Milagro. Otro.

Sin embargo, con una copa en la mano, el relato más o menos detallado de abusos padecidos, en otro tiempo, siempre en otro tiempo, difiere de esa puesta en escena pública. Hasta es posible escuchar que aquello era “lo normal”. Encogimiento de hombros. Trago. Para pasar el sapo. “Total para qué lo ibas a denunciar si te pegaban si lo hacías, ¿quién iba a creerte?” Miedo tapa miedo, como clavo quita clavo. Y los relatos continúan, en el coro amistoso, a puerta cerrada, tan parecida a la boca cerrada. ¿Quién iba a creerte? Nadie, cosa con la que contaban quienes abusaban. La falta de crédito del menor y el crédito privilegiado de quien portaba hábitos y daba lugar a una relación reverencial, eran totales y cuando algún caso salía a la luz, casi por error, se echaba encima toda la tierra posible. ¿Quién se habría atrevido a denunciar a un cura, qué juez a juzgarlo? Ni siquiera hoy está socialmente bien visto no ya la denuncia, sino el hablar de ello. ¿Pasa este silencio por algún precepto religioso?

Supongo que no será fácil salir a la palestra para contar en público o en semi público algo que se ha vivido más como una vergüenza que como un agravio, y cuya expresión pública daña la propia imagen confundida con la famosa honra. Hace falta mucho valor para sacar a relucir vergüenzas viejas de media vida. Tengo mis dudas de que salgan a la luz alguna vez y no precisamente porque no se hayan dado.

Ahora, hablar de este asunto es ser anticlerical o participar en una campaña contra la Iglesia católica, víctima de un acoso tan intenso como inesperado, orquestado por las Fuerzas del Mal. Eso no es así y quien lo echa a rodar lo sabe porque practica las artimañas de siempre: azuzar la creencia ciega de los fieles en las instituciones de la confesión que practican, y reducir lo que es un delito tipificado en el Código Penal a pecado. Sin reparación del daño causado, por supuesto. Lo que les preocupa es el escándalo y el daño que se pueda causar a la imagen de la Iglesia, y el utilizar todo como munición política. A la víctima, el silencio, la obligación impuesta del olvido y el quedar bajo sospecha. Se entiende mal y es de una tristeza demoledora.

Días pasados, un clérigo condenado por abusos sostenía en su descargo que creía que lo que él practicaba, es decir, los abusos a menores, era algo “socialmente aceptado”. Lo más siniestro es lo que esconde esa afirmación: cuántos menores, luego adultos, creyeron que era algo que formaba parte del rito, del sacramento, algo también socialmente aceptado, una página más del mundo es ansí.

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Miguel Sánchez-Ostiz

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Jorge Nagore. Kasparov

A la contra, 26 de Marzo de 2010

Museo del carlismoDios, qué país, a mí me divierte mucho, pero qué país, no me extraña que haya gente que haga la maleta y diga: ahí te quedas, Higa de Monreal, cuando te llegue la caspa a la antena ya te acordarás de mí. Un museo del carlismo, lo último es un museo del carlismo, es que es de no creer, que no sólo en su tiempo hubiera que aguantar al Fernando, a la Isabel, al Carlos, a toda esa puta parentela chupatintas y bebesangres que metieron al personal en tres guerras, en cruzadas para limpiarles el culo, en ideologías reaccionarias, trasnochadas incluso entonces y falsas a más no poder y ahora además nos tengamos que gastar los cuatro cuartos que quedan en levantarles un museo, como si el simple hecho de que una cosa haya sucedido y por tanto merezca una línea en la historia o dos o tres obligue a que también merezca recordarla como algo de lo que se puede extraer alguna enseñanza positiva y esa línea se convierta ni más ni menos que en un museo, que parece que más que un departamento de Cultura tenemos un departamento de Historia, con su consejero fósil, su director general fósil y su todo fósil. Porque, a ver: ¿qué tiene de positivo, así para la sociedad en general y la evolución del ser humano y el entretenimiento y el conocimiento, que un tipo quisiera hacer reina a su hija y su hermano como entonces no pillaba cacho se mosqueara y la liara parda a costa de los demás?, ¿qué coño nos importa, no bastó con aguantarle la gracia y el sable entonces? Por mí como si le prenden fuego al museo con todas las vainas que tenga dentro -es que echo de menos a Pepe Rubianes- y reviente de una vez tanta idiocia. ¿Que marcó Navarra durante décadas? ¿Y qué? Corpas, qué ganas de perderte de vista, de verdad, qué pena que no te piraras fuera, como dijiste que hacían los artistas buenos.

Opiniones, quejas y sugerencias en:

www.nagorefraucaalacontra.blogspot.com

Artículo publicado en Diario de Noticias de Navarra

Jorge Nagore

Jorge Nagore


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José Ramón Urtasun. El Nafarroa Oinez 2010 se cobija junto a la tumba de Mola

General Mola

(Dado que los medios de comunicación no consideran «oportuna» la publicación de esta carta, enviada el día 14 de marzo, desearía que le hicieran un hueco en su blog)

Este año el Nafarroa Oniez se hospeda en el que sigue siendo, a pesar de cierto camuflaje, el «Monumento a los Caídos» franquistas de Navarra. Así la sigue llamando la página web oficial del Ayuntamiento de Pamplona: «Sala de exposiciones Municipal Conde Rodezno (Monumento a los Caídos)».

La paz marmórea de la muerte en el monumento, es compartida con las gentes de Paz, de la Paz de Ziganda / Ikastola, y los lienzos de la denominada “Escuela de Pamplona” tapizarán durante unos días los sangrientos muros de la casa de los horrores de Navarra. La capilla sixtina  de la muerte y la destrucción en Navarra, se viste de euskara. ¿Qué dirían quienes fueron asesinados por defender nuestra lengua y cultura?

¿En que estarían pensando los organizadores de esta exposición, cuando decidieron colaborar con quienes se empecinan en mantener los símbolos franquistas?

El llamado “Monumento a los Caídos” dedicado al conde de Rodezno como sala de arte (Tomás Domínguez Arévalo, ministro de Franco, firmante de decenas de miles de sentencias de muerte) serán por unos días el escenario macabro del euskara.

Vivir para ver.

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José Luis Mendoza. Por el bien de todos

(Respuesta al artículo de Pedro Pegenaute publicado en Diario de Navarra el 9 de marzo de 2010. http://www.diariodenavarra.es/edicionimpresa/articulo.asp?not=a12art2054545a&dia=20100309&seccion=opinion )

Al hilo del escrito DEFENSAS PELIGROSAS de don Pedro Pegenaute me permito hacer las siguientes consideraciones:

1.- Los Decretos Forales de 2001 y 2003 (y otros que no cita) fueron recurridos y anulados por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra y/o el Tribunal Supremo, lo que dejó sin cobertura legal la política lingüística del Gobierno de Navarra durante su mandato.

2.- El Decreto Foral de 1994 fue hecho por un gobierno de UPN. Sería interesante conocer qué tropelías, según su opinión, se cometieron a su amparo teniendo en cuenta, además, que no se puso en práctica por el obstruccionismo general de los propios departamentos del gobierno que lo aprobó.

3.- Sería interesante que la ciudadanía conociese cómo garantizó el señor Pegenaute “el derecho de cada quien a aprender (el vascuence)”. Los presupuestos generales de Navarra, año tras año, sólo muestran recortes y la prensa de la época recoge numerosos ejemplos de ciudadanos y entidades directamente afectados por las continuas restricciones de su dirección.

4.- La Ley Foral del Vascuence, además de la protección de sus dialectos, establece otros derechos ciudadanos que el gobierno de Navarra conculcó y sigue conculcando por más que, además, haya sentencias judiciales que protejan dichos derechos.

5.- El euskera estándar (batua) no es un dialecto guipuzcoano, como Vd. afirma, sino una lengua (común) normalizada. Proceso que culminó hace unos 40 años igual que el español “batua” se normalizó a partir de 1492 con la gramática de Nebrija. ¿Veremos un gobierno de Navarra protegiendo el romance navarro?

6.- Un consejo: desconfíe de los halagos de quien, meses antes y por los mismos conceptos, despotricaba de Vd. Seguramente en ambos casos sólo repetía la voz de su amo.

7.- No apunte al mensajero y quédese con el mensaje. El Defensor del Pueblo no ha hecho más que cumplir un acuerdo del Parlamento basado en el incremento de quejas de la ciudadanía en relación con sus derechos lingüísticos. Tras describir el marco normativo, analiza dichas quejas, resume las recomendaciones, sugerencias y recordatorios de deberes legales anteriormente emitidos por la Institución y termina por ofrecer una consideración general (el euskera como valor cultural y patrimonial de Navarra) y unas sugerencias generales sobre su régimen jurídico que podrían servir para proteger y desarrollar esta lengua propia de Navarra, respetando los principios legales de voluntariedad, gradualidad, no discriminación por la lengua y atención a la realidad sociolingüística (p.13). ¿Nos indicará el Sr. Pegenaute dónde está la tropelía?

8.- Su afirmación de que Euskarabidea surge para satisfacer una reivindicación nacionalista me deja perplejo: ¿acaso el Gobierno de Navarra ha cedido a algún tipo de chantaje o presión? Convendría que Vd. aclarase estos extremos.

9.- Por último, de ser cierta su afirmación de que nació a la política para crear un marco de convivencia donde cupiésemos todos, lamento decirle que Vd. y el Gobierno de Navarra han conseguido unas cotas de crispación social y política difícilmente superables y han merecido el reconocimiento internacional de ser un gobierno que legisla y actúa contra su propia lengua.

José Luis Mendoza

Profesor de Lengua y Literatura

(Respuesta al artículo de Pedro Pegenaute publicado en Diario de Navarra el 9 de marzo de 2010. http://www.diariodenavarra.es/edicionimpresa/articulo.asp?not=a12art2054545a&dia=20100309&seccion=opinion )

Al hilo del escrito DEFENSAS PELIGROSAS de don Pedro Pegenaute me permito hacer las siguientes consideraciones:

1.- Los Decretos Forales de 2001 y 2003 (y otros que no cita) fueron recurridos y anulados por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra y/o el Tribunal Supremo, lo que dejó sin cobertura legal la política lingüística del Gobierno de Navarra durante su mandato.

2.- El Decreto Foral de 1994 fue hecho por un gobierno de UPN. Sería interesante conocer qué tropelías, según su opinión, se cometieron a su amparo teniendo en cuenta, además, que no se puso en práctica por el obstruccionismo general de los propios departamentos del gobierno que lo aprobó.

3.- Sería interesante que la ciudadanía conociese cómo garantizó el señor Pegenaute “el derecho de cada quien a aprender (el vascuence)”. Los presupuestos generales de Navarra, año tras año, sólo muestran recortes y la prensa de la época recoge numerosos ejemplos de ciudadanos y entidades directamente afectados por las continuas restricciones de su dirección.

4.- La Ley Foral del Vascuence, además de la protección de sus dialectos, establece otros derechos ciudadanos que el gobierno de Navarra conculcó y sigue conculcando por más que, además, haya sentencias judiciales que protejan dichos derechos.

5.- El euskera estándar (batua) no es un dialecto guipuzcoano, como Vd. afirma, sino una lengua (común) normalizada. Proceso que culminó hace unos 40 años igual que el español “batua” se normalizó a partir de 1492 con la gramática de Nebrija. ¿Veremos un gobierno de Navarra protegiendo el romance navarro?

6.- Un consejo: desconfíe de los halagos de quien, meses antes y por los mismos conceptos, despotricaba de Vd. Seguramente en ambos casos sólo repetía la voz de su amo.

7.- No apunte al mensajero y quédese con el mensaje. El Defensor del Pueblo no ha hecho más que cumplir un acuerdo del Parlamento basado en el incremento de quejas de la ciudadanía en relación con sus derechos lingüísticos. Tras describir el marco normativo, analiza dichas quejas, resume las recomendaciones, sugerencias y recordatorios de deberes legales anteriormente emitidos por la Institución y termina por ofrecer una consideración general (el euskera como valor cultural y patrimonial de Navarra) y unas sugerencias generales sobre su régimen jurídico que podrían servir para proteger y desarrollar esta lengua propia de Navarra, respetando los principios legales de voluntariedad, gradualidad, no discriminación por la lengua y atención a la realidad sociolingüística (p.13). ¿Nos indicará el Sr. Pegenaute dónde está la tropelía?

8.- Su afirmación de que Euskarabidea surge para satisfacer una reivindicación nacionalista me deja perplejo: ¿acaso el Gobierno de Navarra ha cedido a algún tipo de chantaje o presión? Convendría que Vd. aclarase estos extremos.

9.- Por último, de ser cierta su afirmación de que nació a la política para crear un marco de convivencia donde cupiésemos todos, lamento decirle que Vd. y el Gobierno de Navarra han conseguido unas cotas de crispación social y política difícilmente superables y han merecido el reconocimiento internacional de ser un gobierno que legisla y actúa contra su propia lengua.

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Pedro Esarte. Javier Ciga Echandi, idealista y, además, artista

A Javier Ciga Echandi (1885-1959), se le va a conmemorar con una exposición de sus cuadros, en el Museo Oteiza de Elizondo, el día 29 de este mes de marzo. Vaya con este recordatorio mi adhesión al mismo.

Lo conocí de pasada en Elizondo y, aunque apenas traté con él, mayormente dada la diferencia de edades, sí que lo vi a menudo cruzar el puente de Txokoto, cuando se desplazaba andando desde Lekaroz a Elizondo, ya que yo trabajaba en la carnicería de mi padre, que daba por frente al citado puente, y estaba pareja a la tienda que muebles Guibert tenía en Elizondo.

Su conocida amistad con el empleado de dicha casa forjó un cuadro (éste no pintado), de tertulias e intercambio de noticias en la sala de entrada, en reuniones con otros vecinos del valle, en las que a veces coincidió mi padre. No hay que olvidar que la tienda de Guibert tiene su entrada por los arkupes, donde dibujó el cuadro del mercado de Elizondo.

Puestos al relato, no puedo menos que anotar la anécdota de que mi padre se resentía con Ciga y así se lo decía quejosamente. Mi padre posó en el cuadro del Viático durante varios días vestido de monaguillo, para que finalmente, el pintor plasmara la cara de otro en la pintura. La cara del citado cuadro pertenece a otro monaguillo de la parroquia, que después fue sacerdote, don José Lasa.

No recuerdo, pero creo que este hecho lo habría oído más de una vez su hija Mari Cruz cuando compraba en la carnicería, porque mi padre hizo de ello una cuestión de honor, queja y espina clavada.

Ya me lo había contado varias veces, y no descansó hasta que me lo contó delante del propio Javier Ciga. Éste no rebatió sus argumentos y expresó la veracidad de lo que contaba mi padre con una sonrisa socarrona, que sin ser ofensiva, daba a entender que nunca lo convencería de que el detalle de buscar la cara más apta para el dibujo, la llevó en su realización profunda de pintor retratista.

Aún lo veo con su pequeña estatura, su paso lento pero seguro, saludando y devolviendo saludos, por la plaza que se abre tras el paso del puente de Txokoto. Plaza que hoy tiene su nombre, por aprobación del batzarre que presidí el año 1992, y colocación de placa al año siguiente, por el alcalde-jurado que me sustituyó Jon Francesena.

De espíritu familiar y abierto, trasladó sus pensamientos a cada imagen, escribiendo las notas de los rasgos reflejados, como si fueran espejos que brillaran de sus fisonomías. Ver el cuadro de Migueltxo reflejando la ternura del niño feliz y la inquieta paciencia con que soportaba el posado, sin dejar de constatar el rictus del retratado, que esperaba ansioso el aviso de que ya había acabado de posar, para acudir a sus juegos, son contrastes difíciles de captar al unísono, como lo captaba Ciga.

Su preocupación social por destacar las características de su pueblo (el nuestro) también estuvo presente. Así, Ciga también nos ha dejado plasmados en sus cuadros los ideales que tuvo y mantuvo en situaciones adversas, en espíritu y presencia, recogidos y reflejados en sus cuadros, tanto costumbristas como sociales de la época. No voy a extenderme en su historial artístico, pues ha sido multitudinariamente reflejado en exposiciones y premios y para ello hay personas mas calificadas que el que esto escribe.

Tampoco voy a extenderme en su historial político que tuvo su reflejos siendo concejal de Pamplona en dos períodos (1920-23 y 1930-31), y su prisión y encarcelamiento por las hordas franquistas que sojuzgaron a Navarra a través del terror con prisiones y asesinatos. Represión que sufrió en el silencio de los artistas, aunque los más allegados conocen (conocemos) algún desahogo momentáneo que tuvo, contra el centro de las injusticias que le tocó sobrellevar.

Me limitaré tan sólo a recoger el memorial de sus ideales, la reseña que menos se ha reflejado de él. Los cuadros que tratan de la asamblea de ancianos reunidos y la elevación del rey de Navarra. Uno recrea la idea de la ley sometida al uso y costumbre general, situada en el derecho, mediante acuerdo popular por miembros elegidos por su edad y sapiencia (el cuadro de los ancianos en asamblea), y en el segundo se representa la elevación a rey del capitán electo por la asamblea.

En ambos se fija el hecho de construir voluntades desde el suelo de la humanidad, es decir, el acuerdo entre los humanos que componen una comunidad, por encima de la representatividad real por sí o por designio divino que se acostumbra a dibujar. Es el reflejo de lo que también Lacarra plasmó históricamente. El relato de la infanzonía ciudadana, decidiendo si se admite rey o se rechaza, y la validez del sistema de elección.

Es ésta su faceta más silenciada, la del ideal político. Y, sin embargo, para mí, es la parte esencial que muestra al hombre con ideales sociales y los complementa saliendo del ahogo de ideas al que se ve sometido, a través de la pintura. Y es esta faceta ineludible de su personalidad y espíritu, la que debe ser reconocida como forjadora de su obra. Es el hombre quien hace la obra, y no ésta al hombre.

En el espacio escrito en la enciclopedia navarra sobre él, que firma FJZC, no se le hace justicia exactamente. “Su militancia política, que provocó su encarcelamiento durante la guerra, no le impidió ser apreciado por todos…”. No fue su militancia la que provocó su encarcelamiento, sino el fascismo rebelado contra la libertad de militancia. Y en cuanto que no le impidió ser apreciado ¿cuál fue el pecado original que le achaca el autor de la citada crónica?

Entiendo pues que es la forja de su espíritu la que rompe pintando y trata de sacar al exterior lo mejor que lleva dentro. En el presente caso, la fuerza mostrada en su pintura es el reflejo de la intensidad y capacidad que Javier Ciga Echandi llevó en vida, y lo mantiene meritoriamente en la posteridad, a través de la fuerza de su espíritu plasmado en la visión artística del legado de su trabajo.

Artículo publicado en Noticias de Navarra.com

Pedro Esarte en Pamiela.com

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Miguel Sánchez-Ostiz. «En la muerte de Jean Ferrat»

jean ferratME acabo de enterar del fallecimiento del cantante francés Jean Ferrat. Lo escuché por primera vez en París, en el verano de 1967. Por pura casualidad. Maria. Una canción sobre la guerra de España, que sería uno de sus temas recurrentes. Viene bien acordarse de quién eras o de quién no eras a los diecisiete años, a los veinte, incluso más tarde, en qué creías, en qué soñabas. A cada cual sus mitos, sus mitologías, su educación sentimental y sus recuerdos.
Tal vez cuando Gil de Biedma escribía del embrujo de la canción francesa no hablaba exactamente de las de Ferrat, pero poco importa, algunos de esos versos le son aplicables.

http://www.youtube.com/watch?v=w3B05xiaWdY

Luego lo escuché mucho y no puedo entenderme sin por lo menos recordar la emoción de sus canciones, compartida con quien he compartido hasta ahora la vida. Hacía años que solo lo escuchaban sus incondicionales. Y los tenía. La gente en su soledad, en sus entusiasmos, escuchan canciones, poemas, que las modas ignoran. La gente tiene vidas que desconocemos, aspiraciones, sueños, intensos, sorprendentes en su verdad secreta.
Ferrat vivía retirado en un pueblo de la Ardèche, trabajando al margen de la industria discográfica. Fue un hombre de izquierdas y sus recitales de La Mutualité eran mítines en favor de unos valores en lo que dicen, se escucha de manera machacona, que ya no cree apenas nadie, desvirtuados, manipulados, impracticables, abandonados en ruta… Cantó como nadie lo ha hecho (con otra voz que la de Léo Ferré) a Louis Aragon en Los ojos de Elsa: Je suis pris au filet des étoiles filantes/ Comme un marin qui meurt en mer en plein mois d’août.
Hijo de inmigrante de origen ruso deportado, por sus canciones pasa la Francia de la Ocupación y de la guerra de Argelia, tan olvidada, la Francia de la Comuna, cantada por Clément, la inmigración, los movimientos de liberación, la épica de los perdedores, los poemas de Prévert, Aragon, Éluard, Boris Vian incluso en Pauvre Boris (lamentando que los sueños de Vian fueran ceniza)… Aragon sobre todo, en sus poemas de amor y en sus poemas de combate, como ese L’affiche rouge, sobre el asesinato del escritor armenio Missak Manouchian, que ha servido de base para un esplendido libro de verdadera y sólida pesquisa humana: Missak, de Didier Daeninckx, que leía estos días. Los inmigrantes patriotas. Versos y páginas que ponen sobre el tapete la verdad sangrante: los que vienen de lejos creen más en nuestras instituciones que nosotros mismos. La visión de las cosas de los estómagos ahítos es muy distinta de la de aquellos que quieren llenarlos.

Quien quiera escucharlo tiene videos a docenas en you-tube: Maria, Potemkine, Complainte de Pablo Neruda, La Commune, Aimer à perdre la raison, Ma France… o en la página de Le Monde de esta tarde.

http://www.youtube.com/watch?v=FaYBC5-HiUA

Miguel Sánchez-Ostiz

Información del autor y libros en Pamiela.com

http://vivirdebuenagana.blogspot.com/

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Victor Moreno. ¿Qué pintan los escritores en la Real Academia de la Lengua?

RAEEste artículo es un refrito, remedo, copia o plagio de otro artículo,
escrito por Luis Carlos Díaz, con el título “Los secundarios de la Real
Academia Española”, y publicado en la revista La fiera literaria, en el mes
de febrero.

La pregunta seguro que es hasta impertinente, pero no puedo evitarla después de recoger algunas anécdotas protagonizadas por escritores, una vez que recibieron la pedregada de ocupar un sillón letrado de la Academia.

Nombraron a Pérez Reverte, a Marías y a Puértolas, y todo fueron entrevistas por aquí y por allí. Pero nadie se enteró de que la docta casa había nombrado a Inés Fernández Ordóñez, y eso que era la primera lingüista que ingresaba en la Academia. Lo mismo, o parecido, sucedió con la presentación de la nueva Gramática académica, la más cercana a la ciencia lingüística de las hasta ahora publicadas por la institución. Apenas cinco líneas en los periódicos. Después, articulistas de postín lamentarán en los mismos periódicos, que ocultan estas noticias, que el país en materia de cultura es un asco. Ni que lo dijeran por ellos mismos.

Nombran académica a una escritora como Puértolas, y venga resmas de papel impreso para celebrar de forma desproporcionada el acontecimiento. Casi como si se hubiera muerto o le hubiesen dado el Nobel.

Claro que, si se tiene en cuenta que todo lo que procede de la Academia es más rancio que el azulete, las declaraciones de ciertos escritores hasta resultan necesaria para salir de la constitucional seriedad en la que está sumida esta casa. Yo, por ejemplo, no me pierdo ninguna de las que hace su director, García de la Concha. Sé de antemano que tengo garantizada una buena porción de risas.

Ignoro qué punto g o h les toca a los escritores cuando los nombran académicos, pero no tardan un pestañeo en soltar tonterías, lo mismo que haría un futbolista o una celebridad del celuloide. Si hay una especie que no puede estar callada, ésa es la casta de los escritores. Luego, condenarán la opinionitis. La de los demás, claro. Por cierto, una escritora que en su día condenó esta infamación de la glotis fue, precisamente, Puértolas. También lo hizo otro que no para de soltar alfalfa espiritual al mundo cósmico mundial, como es Muñoz Molina. Supongo que hablan de lo que en los demás es vicio y en ellos virtud.

Cuando alguien preguntó a la escritora de Zaragoza, doña Soledad Puértolas, la función que cumpliría una vez dentro de la docta casa, respondió sin que la vergüenza apareciese en su rostro: “Ni idea. Lo que me pidan. Lo que soy. Mucha ciencia no creo, no soy gramática ni tengo los conocimientos eruditos de un filólogo o un lingüista. Será algo mucho más personal y subjetivo, como es la creación literaria; y algo más intuitivo, quizás más arriesgado. Un acercamiento natural a la lengua”.

Irrisoria situación. La séptima mujer de la academia en convertirse en académica numeraria de la lengua -sólo cinco en trescientos años de historia-, no tiene inconveniente alguna en reconocer que de gramática, filología o de lingüística es hereje total. Su cometido, será, por tanto, “un acercamiento natural a la lengua”.

Si es verdad que Puértolas es una ignorante en las materias nombradas, que así lo será si ella lo reconoce, ¿qué sentido tiene nombrarla académica? ¿Para acercar lo natural del lenguaje a la academia? Para eso bastaría con pillar a dos pescateras del Mercado de cualquier ciudad y plantarlas en la academia a zurear sintagmas durante quince minutos. Y, sobre todo, ¿qué razones interiores le habrán acompañado para que la escritora aceptara un cargo para el que no está preparada? ¿Alguien aceptaría un puesto para el que no está preparado?

Imagino, por supuesto, que nombren académico de la historia a alguien que sólo pueda dar testimonio de la vida que le ha tocado vivir en estos tiempos de crisis, pero estoy convencido de que nunca lo nombrarán. Lo mismo me sucede si se intentara nombrar académico de Farmacia o de Ciencias Médicas a alguien que tuviera la sinceridad de proclamar que sus conocimientos empiezan y terminan en la aspirina que suele tomar contra el dolor de cabeza.

¿Por qué se quiere tan mal a sí misma la Academia? ¿Qué es lo que pretende nombrando a gente ignorante e inepta en las materias que hacen posible el estudio detenido, científico, de la lengua, objetivo de la institución?

¿Cómo es posible que desestimara la candidatura del lingüista Antonio Quilis para dejar sitio a Cebrián? ¿Cómo es posible que la RAE haya escogido a Puértolas cuando no hace tanto le negó el asiento al subdirector de su propio instituto de Lexicografía, Rafael Rodríguez Marín, un lingüista competente que abandonó la institución poco después, no se sabe si por hastío, por vergüenza?

Manifestar públicamente que no se está preparado para un cargo es digno de elogio por la inusual sinceridad que pregona. ¿O más que sinceridad es cara dura? Porque lo lógico sería rechazar, a continuación, la propuesta. Por decoro, con uno mismo y con la institución aunque ésta me parece que es tan incoherente consigo misma como los escritores que nombra.

Si llamativa fue la respuesta de Puértolas, también lo sería la de Pérez Reverte. Cual un Alatriste henchido su pecho de nacionalismo español cojonario diría que “con él entraban en la Academia todos sus lectores” y que su primera tarea sería “escuchar y aprender”. Otro que tal. Por ese mismo precio, podía haber ingresado en una facultad de filología para “escuchar y aprender” algunos rudimentos fundamentales de gramática y de filología. Pérez Reverte, como Puértolas, han entrado en la academia sin merecerlo. No lo han hecho por deméritos literarios, en los que ahora no quiero entrar, pero sí repletos de deméritos científicos.

Como digo, lo que sucede con los escritores y la Academia es de juzgado de guardia. Algunos hasta lo saben. Por ejemplo, Marías, tras conocer su nombramiento, dijo que “no entendía por qué la Academia admitía en su seno a novelistas”, ya que la labor de estos era “bastante pueril”. Lo que no entendí nunca es por qué Marías, aceptó entrar en un club que aceptaba a gente pueril como él, a no ser que los de dentro chapotearan en un una charca de puerilidad absoluta y quisiera hacerles la competencia.

La verdad es que yo tampoco entiendo el criterio de la Academia a la hora de admitir a él y al resto de los demás escritores. Sigo sin entender por qué en la Academia de la Lengua las decisiones lingüísticas las tomen escritores, biólogos, almirantes, sociólogos, notarios –el director de Euskaltzaindia lo es-, arquitectos o periodistas. Tampoco comprendo que personas cultas admitan un cargo y una responsabilidad teórica para la que no están preparados.

Un poeta, por muy bueno que sea, no está capacitado para hacer una gramática. Y menos lo están, escritores como Marías, Puértolas y Pérez Reverte.

En fin, ¿Cómo vamos a tomarnos en serio una institución en la que muchos de sus miembros declaran no tener idea de lo que en ella se hace?

En este contexto, no extrañará que la Academia haya tenido que contratar a gramáticos y lingüistas no académicos para elaborar la nueva Gramática. Pero situaciones ridículas como estas no deben de ser raras, cuando 31 de los 46 miembros de una academia no tienen idea de lingüística ni de filología.

Ha advertido Puértolas que su ingreso en la RAE versará sobre los personajes secundarios. Un tema importantísimo y definitivo para los intereses de la lengua. En lugar de eso, podría fijarse en los escasos lingüistas de la institución. Nada mejor para hablar de subalternos en el salón de plenos de la RAE que recordar a los científicos del lenguaje, los auténticos secundarios de la RAE.

Sobre el autor del artículo:  Victor Moreno

Libros del autor: Pamiela.com

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Miguel Sánchez-Ostiz. Desvergüenza nacional

Y tiro porque me toca

Domingo, 28 de Febrero de 2010

No sé bien a qué parada circense asistió el cineasta Luis Berlanga para rodar su película Escopeta nacional, aunque lo sospecho: varios números sucesivos o una sesión continua de la desvergüenza nacional que no cesa, en la que los chorizos salen a flote y son celebrados como listos de reparto. Es posible que no hagan más que lo que les gustaría hacer a muchos. El público siempre está dividido entre el aplauso feroz y la no menos feroz petición de picota.

Los chorizos de Berlanga, ridículos al cabo, tras el parapeto de su estamento social, ya epigonales, salvo que nos asomemos a las cacerías dominicales de Toledo o Extremadura, resultaban inocuos y hasta divertidos, si los comparamos con los que fueron apareciendo luego, en las postrimerías del felipismo (que sólo los interesados han olvidado) y en el sistema de pesebrismo ideológico del aznarismo y sus parientes regionales, el de las plumas vendidas y los cambios ventajosos no de destino, sino de chaqueta.

El encogimiento de hombros y el cabreo sordo, que no va a ningún lado, por parte de un público ya astragado de empujones, acompaña la noticia de la salida de la cárcel de Luis Roldán, omnipotente director de la Guardia Civil, por haber cumplido su pena, lo que no sería noticia alguna, pero con su fortuna personal prácticamente intacta, lo que sí lo es, aunque no concite comentario alguno. ¿Para qué? El derrotismo entreguista. Y lo peor es que eso se sabía desde antes de que se celebrara el juicio.

A chiste suena, y como tal es tomado, que alguien acusado de diversas conductas ilícitas relacionadas con el enriquecimiento a través de su cargo público, como es el caso del famoso Camps valenciano, declare un patrimonio de 900 euros, es decir, menos de lo que cuesta cualquier traje que lleve encima. Esta gente no viste en Zara. Los sastres caros son un signo de distinción, el suyo: los sastres, los camiseros, los Rolex… Camps insulta a la ciudadanía en un momento en que el propio ministro de Trabajo dice que la crisis ya no alcanza a los financieros, sino a la gente de más bajos ingresos: al barrio, a la escalera, dijo hace unos días cayéndose del guindo. Es cierto que Camps se benefició de la actuación de un magistrado que le exculpó y a la vez declaró ser su amigo… Esas cosas no se dicen, aunque sean verdad.

El ex presidente de gobierno saca el dedo y se asemeja mucho en eso al Cobra marginal, la única diferencia es que su camisa es más cara que la del rapero. Y como dijo que a él nadie le tenía que decir cuánto podía beber antes de conducir, ahora uno de sus lobitos es sorprendido con copas y al volante, a esa hora en la que no se sabe muy bien si se va o se viene. No me meto en si son muchas o pocas las copas que llevaba. Ni tampoco en que si era vocal de algún negociado de Seguridad Vial. Es un hecho, uno de tantos, que nos hace sospechar, de lejos siempre, que la clase política hace lo que le da la real gana. Entre tanto, la Esperanza Aguirre trata de hijo de puta a su oponente político y como le pillan, es probable que haya cambiado un hijo puta por otro, para no tener más líos, lo que hace ver que para ella, que es aristócrata de Escopeta nacional, todos los que no son de su clase o sus palmeros, son unos hijos de puta, que es lo que decía el premio Nobel Cela y se le aplaudía: “La gente se divide entre amigos e hijos de puta”.

La desvergüenza nacional es un hecho, los casos de desfalcos, apropiaciones, manipulación de cargos (esa acusación pesa ya sobre el Consejo General del Poder Judicial), prevariaciones, se suceden sin respiro, como algo normal en la vida pública española, tan normal como el recurso a la mentira como munición política por parte de los grandes medios de comunicación al servicio directo de las ideologías en liza. Y no pasa nada. Dimite la presidente del Parlamento balear: le dio 300.000 euros a uno para que comprara algo de televisión.

Ahora hay que derribar a Garzón y expulsarle de la carrera judicial porque después de haber sido un abanderado de procesos políticos que convenían a los sucesivos gobiernos, ahora resulta molesto y puede poner en el banquillo a las trastiendas del PP, el partido de la honradez, el Partido de España. Resulta molesto porque persigue a los implicados en la red Gürtel, la que engordó a la sombra del PP, con implicaciones que todavía no se han hecho públicas, al margen de que estén acusados varios aforados del PP: el Bigotes, el Ulibarri y el pobretico Camps andan sueltos. Y hay hechos indubitados. La frase “Sin ese pen-drive no tendrían nada”, que soltó con desparpajo Correa -invitado a la boda del hijo de Aznar, del mogollón creado a su sombra, a la sombra de la organización interna del partido-, habla de impunidad y de descaro, y de admisión expresa de que existen pruebas fehacientes de sus fechorías.

La justicia no tiene interés alguno, lo que ahora cuenta es el enredo procesal y el liberar al PP de la investigación judicial de sus trastiendas.

Cada vez más a menudo, los artículos de fe y los dogmas religiosos se enarbolan como munición política, de modo que la política se convierte en una defensa de preceptos religiosos. Los obispos exoneran al rey de excomunión e intervienen excomulgando a los diputados que voten esa misma ley del aborto que el rey firma. Castigos divinos, administrados por humanos que tienen o pueden tener almorranas, para asuntos de política sanitaria o de política a secas. Y nadie reclama algo que parece lógico: la denuncia del Concordato con el Vaticano. Los socialistas no se atreven. Nadie se atreve, tal vez porque hay obispos que justifican la violación o uso indiscriminado de mujeres que hayan abortado. Quien eso dijo no está en prisión ni encausado, sino celebrando misa. ¿O no lo dijo? ¿O dicen que no dijo? ¿Qué dijo? Una vez más no estábamos allí.

Artículo publicado en Diario de Noticias de Navarra

Miguel Sánchez-Ostiz

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