David Mariezkurrena, Pasealeku, Eguzki irratia

BarricadaPasealeku del viernes 21-01-2011

Entrevista con David Mariezkurrena, historiador y biógrafo de Barricada, sobre la publicación de Electrikaos, biografía del grupo de la que David es coautor.

http://www.pamiela.com/images/stories/audio/pasealeku.mp3

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Jorge Nagore. Moderno

http://www.noticiasdenavarra.com/2011/01/20/opinion/columnistas/a-la-contra/moderno

Jorge_Nagore“CREEMOS que para un varón el mejor referente a la hora de educar es otro varón”. Estas palabras entre comillas las pronunció el martes el director del colegio privado-concertado El Redín-Miravalles. Creo que con lo que él mismo dice está todo dicho y que la sola pronunciación de esas palabras debería de ser suficiente prueba para que mi dinero -al menos el poco que gano y que cotizo a través del IRPF- no fuera a parar a su modélica, igualitaria, no discriminatoria y en todos los sentidos prístina organización. No quiero sufragar a directores de colegio que consideran que el mejor educador para un niño es un hombre y para una niña es una mujer. Habrá jurisprudencia, estudios pedagógicos -por ahí me los meto-, sentencias, avales, más miedo que alma a ponerles en su sitio -sobre todo esto-, pero nada de eso debería ser obstáculo para liberarnos a los contribuyentes de ideas de siglos pasados y de estrategias educativas que compartimentan la vida, el estudio y el crecimiento en función de si te cuelga algo o no te cuelga algo por donde entre las piernas. El que quiera creer en eso y educar a sus hijos en esa diferencia bajo el más que cuestionable principio de que lo importante es el resultado final y no el proceso de crecimiento en sí mismo, que se lo pague de su bolsillo, de la misma manera que si yo considero que mi médica de cabecera es una inútil -que no lo es, es un cielo- y está afectando a mi resultado final como adulto me voy a un médico privado -por supuesto hombre, no vaya a verme una mujer lo que me cuelga- y me lo abono. Dicho esto, no hay nada que hacer, en la medida en que UPN, PPN, CDN y por supuesto el PSN son unos mingafrías que incluso apoyan esto -o se abstienen- y al mismo tiempo te hablan del Plan Moderna. La Moderna, gran bar de Estella.

Opiniones, quejas y sugerencias en:
www.nagorefraucaalacontra.blogspot.com

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El Yoli Style

El Yoli Style,

Popular TV, que emite en Pamplona desde el seminario conciliar, tenía un programa de semblanzas «campechanas», como la presente muestra. El presentador es doctor en Derecho por la universidad del Opus y catedrático de la misma en sustitución de Álvaro D’Ors (!), con un curriculum repleto de títulos y medallas.

Ni Faemino y Cansado habrían sospechado semejante resultado.

Barcina: su propaganda, sus obras

Por sus obras de «saneamiento» la conoceréis.

Su propaganda:

Sus «intervenciones sanitarias»:

http://www.edder.org/?p=1347

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Victor Moreno. Condenar el franquismo

RodeznoMi perplejidad de hace años sigue sin marchitarse ante la actitud de ciertos políticos, nietos, hijos y linaje de cualquier signo familiar de padres y abuelos franquistas, que, imperturbable el ademán, siguen manteniendo que el franquismo fue lo mejor que, desde los Reyes Católicos, le sucedió a España en toda su historia. O más alucinante aún: que consideren a Franco, no sólo como un regalo de la providencia divina, como ya nos advirtieron obispos, cardenales y papas de la Iglesia, sino, también, como una figura histórica tan necesaria como inevitable.
Son consideraciones atroces que las mantienen personas que se hinchan como las ranas de los cuentos cuando traspuestos dicen, encima, “nosotros los demócratas”. Pero, ¡leñes!, ¿cómo se puede ser demócrata y seguir aceptando al mismo tiempo que el franquismo y aquel hijoputa de general fue un regalo de la providencia? ¿Cómo se puede ser demócrata y justificar al mismo tiempo cuarenta años de dictadura?
No sólo eso. Siguiendo la ola de revisionismo deleznable que nos invade, algunos pretenderán dar un golpe interpretativo a la misma historia. De tal modo que estos galopines del falangismo irredento no tendrán empacho en afirmar que el golpe de estado de los generales africanistas no fue un acto fascista contra un régimen democrático, porque, según estos demócratas de ahora, no existía dicho régimen, asegurando que lo que hubo fue un golpe militar contrarrevolucionario contra una revolución antidemocrática. Que es lo que mantiene hasta el cardenal Cañizares, académico de la Historia, que ya son ganas.
Y si no utilizan la palabra Cruzada, no es porque no sigan creyendo en ella, sino porque los dejaría con las meninges a la intemperie.
Lo que muestra que esta gente ha sabido muy bien el justo alcance que tiene la palabra democracia. De ahí que jamás aceptasen el sistema parlamentario, y menos aún, la soberanía popular. En realidad, la soberanía popular se la han pasado siempre por el arco secular de su desprecio hacia el proletariado, la gente sencilla y el pobre de solemnidad. No nos andemos con metaplasmos: El humus de su pensamiento sigue siendo netamente franquista, o lo que es lo mismo, fascista. Y lo más terrible es que no se arrepienten para nada de lo que hicieron. ¿Por qué? ¡Porque Dios estaba con ellos! En Navarra, falangistas y carlistas al unísono asesinaron a los republicanos en nombre de Dios y en defensa de lo que ellos llamaron valores cristianos. Unos valores que no eran más que detritus, estiércol con el que se abonan todos los genocidios.
Tras la guerra mal llamada civil, existieron tres niveles o bloques de participación en el entramado franquista de postguerra.
Una primera actitud caracterizaría a quienes se adaptaron a la situación creada sin ningún tipo de alarde. Una segunda, pertenecería a los que se “adhirieron” a los postulados del “nuevo orden”. Y una tercera, estaría formada por aquellos que formaron parte activa del entramado franquista con todas las consecuencias.
El primer bloque se acomodó al franquismo sin más, con más pena que gloria, pero se acomodó. Haría lo mismo ante la democracia. Es la franja social que se empeñará en vivir lo mejor posible, sin meterse en problemas y en política, adicta al principio de que “mientras haya para comer, ¡para qué cambiar!”. No fue víctima, ni verdugo, pero tampoco protestaría por la existencia de los primeros, ni de los segundos.
El segundo bloque se integró al bando democrático, porque, según se dice, no tuvo más remedio. Técnicamente, lo denominan “franquismo sociológico”. Se trata de un grupo peligroso, porque, dada su latencia ideológica, en cualquier momento estaría dispuesto a apoyar cualquier golpe o dictadura, o gobiernos autoritarios. Aceptó la democracia, como habría aceptado el golpe de Tejero si éste hubiera triunfado.
El tercer bloque formó parte activa y militante de una de las dictaduras más brutales, dañinas y duraderas que se ha conocido en España. Fueron sus autores directos. Algunos de ellos –el difunto Campmany, por ejemplo- no tendrían inconveniente en reconocerlo, sin avergonzarse lo más mínimo de este linaje. Al contrario, se enorgullecía por ellos. Y otros –como el periódico “Diario de Navarra” y la jerarquía eclesial católica-, aunque no presumirán de franquistas, tampoco han tenido la valentía de condenar aquella barbarie y reconocer el apoyo público y sin fisuras que prestaron al dictador, en especial, y como digo, la Iglesia católica. El terror psicológico y social vivido en la postguerra fue producto gracias a la connivencia de la Iglesia con el poder político de la dictadura.
En mi opinión, no se puede ser demócrata y pensar al mismo tiempo que el franquismo fue bueno para España, o una etapa necesaria e inevitable. En estos momentos, una fase de absoluta decadencia política e ideológica, poco faltará para que alguien se declare franquista y el resto le aplauda el gesto. Tener íntimas convicciones franquistas y declararse demócrata es más habitual de lo que parece. Es el ámbito político por excelencia en el que se mueve el pensamiento de gran parte de la militancia del PP, y de la derecha navarra, ni digamos. Y aquí es donde el agravio comparativo se vuelve tan cruel como injusto. Porque, si “el nacionalismo es incompatible con la democracia” (Vargas Llosa dixit), ¿cómo se puede ser demócrata teniendo convicciones franquistas?
Si esta derecha montaraz y este socialismo de salón exigen a los nacionalistas radicales que renuncien a la violencia para entrar en el club selecto de los demócratas, ¿cuándo pedirán lo propio a todas esas instancias, individuales y colectivas, que no han renunciado públicamente a su intrínseca ideología franquista? Al fin y al cabo, ¿por qué hemos de creer que los del PP son demócratas si en ningún momento renegaron de la dictadura más bestial e injusta que ha padecido España? Y de la Iglesia habría que decir lo propio: ¿cuándo la Conferencia Episcopal ha condenado el franquismo y su connivencia con dicho régimen?
Declararse nacionalista te convierte de hecho en sujeto sospechoso. En cambio, puedes ser el demócrata más estupendo de este mundo y seguir manteniendo íntimamente que el franquismo fue una etapa necesaria para salvar a España de la barbarie y del comunismo. Ya.

Sobre el autor del artículo: Victor Moreno

Blog de Victor Moreno

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Miguel Sánchez-Ostiz. Voraces e insaciables

msoEL otro día estuve en el café Niza, gran café, con mucha historia, sobre todo entre 1936 y 1938, en la época dura de la Guerra Civil y cuando Eugenio d’Ors tuvo en él la Tertulia de la Sabiduría. Pero no están las cosas como para explayarse en erudiciones vanas, y todas las locales lo son, aunque constituyan un rancio género periodístico, bueno para evitar mirar las cosas de frente, cuando esa no es la línea del periódico.  Además, no hay ciudad que no tenga su café de la memoria, o lo que queda de ellos.

El caso es que me fui a tomar un café al dichoso café. Animado. Reconvertido y animado. No reparé en que me sentaba en la vecindad de dos parroquianos a los que G. K. Chesterton habría llamado dos “granujas sin tacha” que conversaban felices y notoriamente satisfechos de lo bien que les había ido en la vida, de lo bien que habían sabido hacérselo. En realidad no pasaban de ser dos campeones de su tiempo.

Él, hecho un flamenquín, parecía que acababa, no de dejar la azada, sino de bajarse del yate donde vive embarcado, espatarrado, con la huevera al sol.

Ella, bueno, ella, tal cual, igual a sí misma, experta nadadora en todas las aguas, por muy turbias que estas sean.

En la vecindad forzosa de las mesas, oí cómo ella decía con desparpajo de enterada que “el pequeño comercio está muerto” porque la gente “se excita por Internet y se compra Armani y de todo”. Quien lo decía, lucía un hermoso bolso de mano de piel de serpiente o de culebra o de pitón, unos seiscientos euritos, de la mano. No es mucho. Comprado sin duda en lugar exclusivo, o a origen. A mí, la verdad, que cada cual se cuelgue los complementos que pueda, pero aquel “el pequeño comercio está muerto” y aquel “la gente se excita con Internet”, me tocaron las narices porque es precisamente gracias a la política neoliberal en la que esta gente se abandera y lacayea, que el comercio pequeño está muerto en la medida en que han dado a las grandes superficies toda clase de facilidades,  y no solo porque puedan estar familiar o socialmente relacionadas con su dirección o propiedad, o porque aspiran a estarlo, porque aquí hay que picar alto, ya sea Madrid o México, aunque vayas a barrer, o a que los indios barran para engordar tu cuenta corriente o por la de los matones que pegan a periodistas por los bares.

A estas alturas, llevar un bolso de piel de serpiente es una provocación p’a lo del medio ambiente, que está mu mal, con lo de la tierra sostenible, la biodiversidad amenazada, las especies protegidas (tú mismo lo eres o como tal vives),  o eso, sobre todo eso. Claro que también puedes pensar que no te van a decir nada, por haber apoyado, incondicionalmente, esto es, hagan lo que hagan, a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, antes policía a secas, como una parte sustancial de tu ideología roma.

Aunque también les puedes decir a los del Seprona: “No, señor guardia, la piel no es de especie protegida, es la de la muda”, e igual te dejan pasar, sobre todo si en vez de viajar en bodega como quien dice, viajas en exclusivo, por diplomático o cafisio de cámara de comercio o directivo de caja de ahorros.

Ambos habían brillado, y de que modo, en el partido de Pablo Iglesias, el tipógrafo de la gorra proletaria, peroraron lo suyo en el parlamento de turno, en la ejecutiva del pueblón, con la boca llena, bien llena, de Libertad, de Igualdad, de Justicia, de Democracia y de ese Antiterrorismo que esconde otras fobias, sin el que está gente no sabe hacer nada, para pasarse luego, con armas y bagajes a la derecha paleta, esa que ahora el Partido Popular se esfuerza en reventar, cuando comprobaron la verdad más importante de la política: el dinero no huele.

Hablaban y hablaban de lo bien que les había ido la vida en la política, con la política, dentro de ella, fuera, aunque nunca muy lejos, en los negocios a ella aparejados, las concesiones, el fregoneo, los puestazos, exclusivamente montados para ellos, esto es sin contenido alguno o con contenido escaso. Los reyes del mambo y encima, todo un modelo social.

Aquella pareja de campeones sociales representaba con ventaja a una cierta clase política que ha hecho de esta un negocio, el negocio de su vida, el que jamás hubiesen podido hacer ejerciendo la profesión que tuvieran, si es que la tenían, de manera que la vida sin negocios resulta incomprensible: es lo que le llaman entregar la vida a la función pública, nunca a cambio de nada desde luego, sino a cambio de la canonjía y la bicoca. Representaban a una nueva casta social en la que unos entran por los votos y otros por las innumerables gateras que los primeros proporcionan, por el parentesco, el contraparentesco, la bandería y el cuadrilleo; una clase social a salvo de toda clase de contingencias. Pase lo que pase, el dinero seguirá entrando en sus bolsillos, por arte de birlibirloque. Las borrascas económicas, los desahucios, las ruinas personales, la asistencia médica precaria o cuestión de suerte, es cosa de los pringaos, de los que no saben de qué va la cosa, de los que no han sabido comprar billetes de lotería ya premiados.  Citaba Jorge Nagore a Maragall: “Muchos de los ex han hecho de su condición un lucro incesante”.

Pero no hace falta ser presidente para gozar de estatus de privilegio, con haber bandarreado de manera más mediática que otra cosa por la política provinciana y sus aledaños, basta, y sobre todo sobra. Por eso pensé que estaba soñando cuando él balandrista le dijo a la nadadora de todas las aguas: “O sea que no tienes tentaciones de volver a la política”. A lo que ella contestó con una leve melancolía en la voz: “Bah, no, el otro día oí que era la candidata de UPN a la alcaldía de Pamplona, pero nada, yo nada…”. No le dejó seguir el flamenquín: “¡¿Pero con encuestas?!” (Con voz de asombro admirativo). Y la de la muda de la culebra, displicente, con tono de gente de mundo replicó: “No, cosa popular, además ya no me compensa…”. Solo les faltaba aplaudirse. Compensar, no compensar… Por cuánto, en dónde, hasta cuándo: asesorías, dietas, representaciones, consejos de administración, direcciones generales…. Conviene pensar en estos campeones de cara a las urnas, aunque tengo mis dudas de que la existencia de esta especie depredadora dependa solo de nuestros votos.

Miguel Sánchez-Ostiz

Información del autor y libros en Pamiela.com

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El soborno del cielo

Victor Moreno

(Entrevista a Víctor Moreno)

La actividad de la Iglesia vaticana es un pozo insaciable de afirmaciones irracionales sobre cuestiones que tratan de imponer en el espacio público, y no en la red de púlpitos que destinan a su feligresía. Como el absurdo se repite cíclicamente recuperamos una entrevista que el periódico Gara le hizo a Víctor Moreno con motivo de la publicación de su libro El soborno del cielo.

El soborno del cielo es un alegato a favor de la normalización
democrática del ateísmo en la sociedad actual. ¿Qué ocurre, que no está
normalizado?

Para nada. El ateísmo, cuando se toma en consideración, es para denigrarlo o para ventilar su filosofía con una frase: el que niega a Dios. Y si el referente es el ateo, entonces se le llama de todo: persona que ha perdido lo mejor de sí mismo; gente que vive abonada a la cultura de la muerte; sujeto que no tiene ninguna ética ni ninguna moral. En definitiva, gente depravada y sin principios. El discurso de la conferencia episcopal, en este sentido, pertenece a la época más radical de la Inquisición. La Iglesia sigue sin entender que tanto el ateísmo como la fe son dos instancias donadoras de sentido de la vida. Ni mejores ni peores. Distintas. Pero, incluso, muchos creyentes, incluidos los militantes de la teología de la liberación, siguen considerando a los ateos como unos pobres diablos, dignos de toda compasión.
Criticas seriamente a la jerarquía de la iglesia católica. ¿Quieres
con ello hacer una distinción con la corriente, también parte de esa
iglesia, que forman los cristianos de base?

Lo peor que le ha podido suceder a la religión es convertirse en una empresa de explotación comercial de las creencias individuales y colectivas. En este sentido, la Iglesia jerárquica y todo su ejército de funcionarios de la religión son gente peligrosa para la convivencia democrática. Lo cual no quiere decir que la religión, vivida a nivel individual, no entrañe también sus peligros. Creo que el consumo de religión en cualquier modalidad es un potencial enemigo de la autonomía humana y, por tanto, de la convivencia civil. En realidad, tanto los teólogos más radicales como los del Opus Dei, como los cristianos de base, participan del mismo principio, para mí detestable, a saber: el fundamento último de la vida está fuera de la propia sociedad. El teólogo radical Hans Küng sostendrá que sin el sentido absoluto de Dios la moral se convierte en cuestión de gusto y de capricho, y la política en un negocio, y que la justicia no puede ser perfecta sin este Dios y sin esta justicia y bondad concretas, llevada a cabo en instituciones.  Ante ello, me pregunto: ¿qué diferencia hay entre Küng y lo que el reaccionario obispo de Tudela Sebastián sostiene cuando afirma que la democracia sólo puede sostenerse en una moral cristiana?
Dices que la escuela no debe impartir la religión. Hoy todavía existe
una lucha importante en ese sentido, debido a la fuerza mediática e
ideológica de la iglesia católica. ¿Como se puede hacer frente a esa
situación?

La Constitución no exige ni la enseñanza de la religión en las escuelas ni la autorización de escuelas religiosas. El artículo 27 dice exactamente: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.

Pero formación no es lo mismo que escolarización, ni que enseñanza. La escuela debe formar ciudadanos conscientes de sus derechos y de sus deberes, no conversos forzados (la Jerarquía Episcopal, y el propio Gobierno, debería aprender de su historia).

La obligación del Estado en materia de enseñanza religiosa no es constitucional, ni democrática. Deriva del Concordato de 1953, y funciona como en tiempos de Franco. Sigue siendo, ni más ni menos, que un tributo de guerra pagado a la Iglesia por los servicios prestados durante la Guerra Civil de 1936. Los supuestos derechos de la Iglesia derivan de un renovado Concordato, firmado por el Gobierno y la Iglesia. Lo firmaron, primero, el 28 de julio de 1976, y, segundo, el 3 de enero de 1979. Por tanto, la solución está muy clara: cortar de raíz la dependencia con dicho Concordato, el cual, para un supuesto gobierno de izquierdas, es un baldón ignominioso.
El libro apela al humor. ¿Por qué?

Porque la religión, como muchas ideologías autoritarias, ha sido una cruzada contra el humor. La risa, el sarcasmo y la ironía es lo que más teme la autoridad: que la gente se ría de ella. Hasta hace cuatro días, reírse de lo tenido como sagrado era delito y se castigaba económicamente y con la cárcel. Y hoy mismo, se ha llevado a juicio a personas que han ridiculizado aspectos de la religión. La Jerarquía se cabrea cuando esto sucede, pero ella tiene bula para llamar a los homosexuales y a los ateos con todo tipo de exabruptos evangélicos. Es muy lógico que la Iglesia tema al humor, porque, mediante su uso, el principio de autoridad se hace añicos. El humor no se toma en serio a nadie, ni a Dios siquiera. Y eso que Dios, caso de existir, sería el primero en declararse ateo y nada religioso.
Dices que la religión ha intentado capar a todo el mundo el
intelecto y la sexualidad. Y de hecho lo sigue haciendo.

A la Iglesia lo que más miedo le ha dado del ser humano, además del propio ser humano, ha sido el sexo y el libre pensamiento. ¿Por qué? Conocimiento y sexualidad son las dos fuentes indomeñables de la emancipación humana. La iglesia, como poder hegemónico sobre almas y cuerpos, ha sido la más feroz enemiga de ambas fuentes de emancipación. Ignorancia y castidad son para ella los factores más potentes de las disciplinas sociales del orden establecido. El saber puede, hasta cierto punto, instrumentalizarse, domeñarse, tergiversarse. Pero el sexo, en cambio, tiende impetuosamente a romper los diques del consenso hegemónico que sostiene las estructuras de opresión.

La iglesia y sus mediadores, los curas, desde un principio se inventan una ortodoxia y una heterodoxia. Ello, los convierte en verdaderos peligros de la Historia, ya que establecen una ortodoxia sobre el plano religioso, político, sexual o social. Distinguen entre el fiel y el hereje, el creyente y el apóstata.   La consecuencia más negativa y más perversa que el cristianismo ha inoculado en el ser humano ha consistido en hacer de la sexualidad un problema, en convertir el sexo en una obsesión problemática. La sexualidad, para la Iglesia, ha sido siempre un problema, nunca un placer. Al menos de pico y de catecismo, pues en la práctica ya sabemos que para los papas y los curas ha sido un placer nada problemático.
¿Cómo ves los últimos acontecimientos, en los que la jerarquía
eclesiástica se pliega a la primera línea en contra de los matrimonios
entre personas homosexuales, y a favor de la “familia tradicional”?

La Iglesia, desde luego, está en horas bajas. No solamente su feligresía, que es espiritualmente de una mediocridad absoluta, sino que la propia Jerarquía no sabe ya dónde agarrarse para defender sus privilegios. Sus delirantes ataques contra la homosexualidad no son nuevos, lo mismo su defensa rancia de la familia. Sin embargo, salir a la calle, rebajarse a luchar contra el César revela hasta qué punto no quiere reconocer su fracaso histórico actual. La Iglesia debe admitir de una vez por todas, no sólo su divorcio del Estado, sino, también, la separación entre religión y ética, entre Código Civil y Moral. Mientras esto no ocurra, la Iglesia hará lo de siempre: oponerse a todo tipo de progreso, sea científico, político y social. Para la Iglesia desde el principio siempre fue tarde.
En Navarra es quizás más visible que en otros lugares la fuerza de
la iglesia católica, o ¿eso también son prejuicios del pasado?

Es difícil determinar la influencia de la Iglesia católica en el comportamiento de la sociedad. Particularmente, tengo la impresión de que, aquí, por el hecho de tener a un arzobispo tan beligerante como Sebastián, los pasos hacia la indiferencia religiosa se han agigantado. Sebastián, aunque para muchos sea un bocazas integral como teólogo, sin embargo, ha sido un regalo para el desarrollo de la autonomía ética de los ciudadanos. Cada vez que Sebastián publica un artículo en la prensa local, hay un aumento entre cinco y diez agnósticos en la provincia. La imagen de un arzobispo intransigente y reaccionario es lo mejor que le puede suceder a una sociedad que aspira a regirse únicamente por el Código Civil y la Constitución. Por eso, suelo decir que ojalá el Opus Dei hiciera lo mismo que el obispo: en diez años acabaría descomponiéndose.
¿Hacer un libro sobre este tema no ayuda a seguir dando protagonismo
a una institución que es minoritaria y cada vez más minoritaria? ¿No
sería mejor pasar de ellos?

No. Al contrario. A la Iglesia jerárquica no hay que dejarle pasar ni una.  Además, no se trata de una institución minoritaria. Su fuerza simbólica es todavía muy fuerte. Como empresa ideológica que es hay que combatirla un día sí y otro también.  Combatirla y reducirla a lo que es: una empresa como otra cualquiera que comercia con la buena voluntad y la buena fe de mucha gente. Para mí, creer o no creer es inocuo. Creer o no creer en Dios no te hace ni mejor ni peor persona. Pero cuando una institución asegura dogmáticamente que si no crees en Dios no puedes ser buena persona ni demócrata, entonces entiendo que estamos ante una institución peligrosa, muy peligrosa. Y que no se puede bajar la guardia ante ella.

¿Cómo seguiste el nombramiento del nuevo Papa?, ¿No ha demostrado
la iglesia católica que es una empresa con una sección de marketing
excelente?

Sí. Pero es que a la Iglesia le quitas su liturgia, sus vestidos, sus cirios y demás cortefieles ambulantes, y se queda en bolas. Ahí mismo tienes la demostración de que le interesa muchísimo más el boato, lo exterior, la superficialidad que la verdadera esencia de las cosas. Estoy convencido de que más de un creyente, a la vista de semejantes celebraciones, propias de cortes imperiales del pasado, se habrá dado de baja en el club. Hasta Dios mismo habrá pedido a Ratzinger que le dé de baja en él.

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Chico Buarque. Bofetada educada de Brasil al mundo

Bofetada educada de Brasil al mundo

Durante un debate en una universidad de Estados Unidos, un miembro de la Naciones Unidas le preguntó al actual Ministro de Educación de Brasil, Cristovão Chico Buarque, qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia, diciendo que esperaba la respuesta de un humanista y no de un brasileño.

Ésta fue la respuesta:

«Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro.

Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que es de suma importancia para la humanidad.

Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero.

El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio.

De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales.

No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.

También, antes que la Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de los grandes museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer solo a Francia. Cada museo del mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como es el patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el sólo placer de un propietario o de un país.

No hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar, junto con él, un cuadro de un gran maestro. Por el contrario, ese cuadro tendría que haber sido internacionalizado.

Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro Del Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los EE.UU. Por eso, creo que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada. Por lo menos Manhatan debería pertenecer a toda la humanidad. De la misma forma que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia… cada ciudad, con su belleza específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero.

Si EEUU quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños,internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil.

En sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales del mundo a cambio de la deuda.

Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen los cuidados del mundo entero. Mucho más de lo que se merece la Amazonia. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir.

Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia, sea nuestra. ¡Solamente nuestra!».

Chico Buarque

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Miguel Sánchez-Ostiz. Año Nuevo en San Juan de Luz

San Juan de Luz

San Juan de Luz 2

San Juan de Luz 3

EL año ha empezado junto al mar. Desde joven, en Pamplona, he tenido la costumbre de dar una vuelta mañanera a la ciudad en el día de Año Nuevo. No era yo el único que lo hacía y me encontraba con gente a la que no volvía a ver en todo el año. Hoy, el paseo ha sido en San Juan de Luz, por el camino de los aduaneros, hasta Acotz, algo más allá de Erromardie, una playa de guijarros que me gusta mucho porque las olas mueven con violencia los cantos rodados con un ruido de carreta… like a rolling stone, o eso. Un día luminoso. La luz del sudoeste. Sobre ella escribió Barthes.

San Juan de Luz 4

Los guijarros. En Una casa en la arena, de Neruda, hay unas fotografías espléndidas de Sergio Larraín. Luego, cuando he estado en Isla Negra, he olvidado buscar uno de esos cantos rodados. A Neruda le gustaban mucho las piedras y esos maderos que arrastran las mareas.
Cada vez que paso por la minúscula cala de La pile d’asiettes, me acuerdo de Valentín Zapatero que me dijo que su familia había tenido una casa en ese promontorio que colonizó el chevalier Van Bree… la memoria como pájaros echados a volar, ya lo dije el otro día. Valentín, un buen tipo, algo más que un buen tipo, un amigo que sabía estar.

Y junto a la Pile d’asiettes, la sorpresa, han desaparecido los viejos carteles de las calles, y esa por la que pasábamos para bajar a casa, ya no dice lo que decía hasta hace tres años: “Antoine de Saint-Exupery, écrivain, aviateur, mort pour la France”. Nada más. Las cosas cambian, mucho.

EH ez dago salgai

“El País Vasco no esta en venta”, dice la pintada, en un lugar en el que tal vez más del 80% de la población no es autóctona, sino de aluvión de las vacaciones, las segundas residencias y, sobre todo, las jubilaciones. Me consta que uno de los que alienta y aplaude esas pintadas es un sólido propietario inmobiliario.

San Juan de Luz 6

LÁSTIMA no tener a mano Madrid, de corte a cheka, de Agustín de Foxá (escrita en buena parte en Guéthary), para repasar esa página donde habla de dos señoritos vizcaínos que pasaban por el vecino Bar Basque. Telesforo de Monzón, propetario de Mende Berri, la casa que hoy es un hotel de diseño, y José Antonio Aguirre, a quien está dedicado el monumento plantado delante…. El Bar Basque… un escenario cosmopolita, ya muy venido a menos, por el que pasaron Aragon, Drieu, Jules Roy… y Bernard Delvaille, de quien releo estos días sus diarios que él mismo califica como “cuadernos de un turista”… Delvaille o la dromomanía… Reminiscencias literarias, páginas que es muy difícil que vuelva a leer, humo, me digo y estoy leyendo a Delvaille en sus diarios, Delvaille ya fallecido, más personaje literario que nunca.

San Juan de Luz 7

Cada vez que paso por esa puerta como condenada a pasar inadvertida en una callejuela, me digo que hay puertas, y aldabas, que podrían contar , puertas que es mejor no haber atravesado jamás. Esa corresponde a la de “servicio” del cuartel general de la Gestapo en San Juan de Luz durante la Ocupación alemana.

Miguel Sánchez-Ostiz

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Jorge Nagore. Miente

Jorge_NagoreES curioso cómo un ser humano que no es creyente, al que no le gusta comprar ni especialmente que le compren, ni las reuniones, ni los ruidos estridentes, con digestiones lentas y que quiere mucho a su familia pero preferiblemente de uno en uno al final acaba todos los años sin excepción juntándose en Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Noche de Reyes y Reyes con las mismas personas con las que lleva juntándose desde que nació, a las que ve prácticamente todas las semanas y con las que ha compartido, física y psicológicamente, más tiempo que años lleva Pete Seeger tocando el banjo. Efectivamente, al final el asunto no es para tanto, eso de juntarte con tu familia, pero lo que incomoda es la propia obligación en sí misma, una obligación ante la que nadie es capaz de decir basta, a pesar de que buena parte de los miembros de mi familia mandarían a tomar por saco el hecho intocable de tener que juntarse por huevos. Además, ninguna de las personas que nos juntamos viene de fuera, yo qué sé, de cruzar los mares o escapando de una mafia turca. No, nos juntamos los que nos tenemos más vistos que el tebeo. ¡Anda, tú por aquí! es una de las frases estrella de cada evento de estos, eventos en los que nos ponemos hasta las trancas de comer y de beber como si el año no tuviese más días. Vamos, que cualquiera lo mira desde una galaxia exterior y alucina: ¡esta gente tiene problemas serios! Supongo yo que esto mismo les pasa a la gran mayoría de ustedes, que están tan a gusto con sus familias pero que si un día alguien con mando en plaza decidiera que ya vale de hacer el mico recibirían la novedad encantados. No me malinterpreten. No es cuestión de preferir no juntarse o no ver a tu familia. Es cuestión de que no se acaba nunca. El que diga que el 7 no descansa, miente.

Domingo, 2 de enero de 2011

http://www.noticiasdenavarra.com/2011/01/02/opinion/columnistas/a-la-contra/miente

Opiniones, quejas y sugerencias en:
www.nagorefraucaalacontra.blogspot.com

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Víctor Moreno. Rocambolesco

dudasEl ridículo que se hace cuando justificamos la bondad de una novela es proverbial. Sobre todo, cuando la novela es buena. En estas ocasiones, resulta difícil escaparse del tópico.

Si la novela es mala, el crítico se pondrá serio, añadiendo que la estructura no está bien construida, el punto de vista no es el apropiado y la coherencia hace agua.

Es mejor, pues, que el crítico despelleje tu novela a que te prodigue veinte adjetivos, que, además, se los dice a todas. Si te censura, se esforzará en justificar su rechazo, y, al hacerlo, sabremos más de él que del autor a quien destroza.

La alabanza requiere pocos análisis. A veces, el autor es tan tonto que se la cree, sin reparar en que aquella no lleva aparejada ningún juicio literario.

El caso de alabanza más idiota con el que me he topado es aquel en que Guelbenzu afirmaba de una escritora que “la galería de tipos que aparecen en su novela es original, rica y sugestiva”.

El crítico lo decía porque “la formación de la autora es arqueóloga de profesión, lo que se advierte en la paciencia y justeza con que están ensambladas todas las piezas”.

Como se ve, una justificación muy literaria.

Me pregunto si el resultado habría sido distinto, caso de que la escritora, en lugar de arqueóloga, hubiera sido vinatera o costurera.

Ahora bien, ¿tener un oficio determinado propicia un tipo de escritura?

Si la respuesta es positiva, ningún crítico debería obviar en sus reseñas el dato del oficio del escritor. Explicaría, mejor que sus conocimientos, la bondad o maldad literaria, de los escritores.

Al fin y al cabo, un escritor sin oficio es imposible que escriba mejor que uno que es escritor-fontanero o carpintero. Y si es ingeniero, como era Benet, ni te cuento.

La vagancia nunca fue creativa.

Sobre el autor del artículo: Victor Moreno

Libros del autor: Pamiela.com

Blog de Victor Moreno

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«Hay una dejación absoluta en el análisis ideológico de lo que se escribe»

Entrevista con VÍCTOR MORENO

Txema García, Mugalari 532

Victor MorenoDoctor en Filología Hispánica, Víctor Moreno Bayona vuelve en su último ensayo a fustigar –con las armas de la palabra y el pensamiento que le ofrecen «gratuitamente» algunos autores– a toda una cohorte de escritores y críticos literarios que, según él, se retratan a sí mismos en relación con el hecho de escribir. Un libro que dará que hablar pero que, casi con absoluta seguridad, pasará desapercibido en las reseñas de los suplementos literarios.

¿Qué es Fuera de lugar?: ¿un «ajuste de cuentas» personal?, ¿una radiografía de algunos escritores y críticos?, ¿una desmitificación de estas profesiones?, ¿una recopilación de estereotipos sobre la literatura y la escritura?…

Es un ensayo sobre el estado actual de la literatura. Para su diagnóstico he partido del «pensamiento» que expresan los escritores y críticos considerados más importantes en dicho campo literario.

¿Por qué este título?

Fuera de lugar tiene dos acepciones. La primera: se dice de lo que no está en su sitio; de lo que se considera impertinente, a veces, necio y tonto. La segunda: se dice de aquello que está fuera del contexto donde algo se dijo o se hizo. Con el subtítulo sucede lo mismo: tiene un sentido real y un sentido figurado. El figurado, que es el que tengo en cuenta, se refiere a las mil y una tonterías que ciertos críticos y escritores dicen. No todos, y no siempre las dicen quienes las dicen en alguna ocasión. El ser humano es inagotable para decir y escribir estupideces.

No deja títere con cabeza…

Ignoro si ha leído la obra. Pero, si lo ha hecho, observará que quedan muchos escritores y críticos fuera de este ‘Fuera de lugar’. Y los que aparecen en el libro se mantienen al final perfectamente dotados con su cabeza, tronco y extremidades. Que un escritor o un crítico diga una vez o dos veces una melonada, no significa que sea bueno o mal escritor o crítico, respectivamente. Una golondrina no hace verano.

Un mero repaso al índice del libro revela una ardua y paciente labor de recopilación de todo tipo de materiales: críticas, entrevistas, declaraciones, etc. Nadie podrá decir que no existe la «prueba del crimen»…

La recopilación es muy fácil de hacer. Críticos y escritores son muy generosos a la hora de estampar una melonada. Ahora mismo seguro que uno de ellos la está haciendo. Lo complicado es procesar dicha información; reflexionarla y, en cierto modo, «deconstruirla», es decir, mostrar en qué aspecto concreto de la reflexión el crítico o el escritor ha perdido los papeles.

Por las páginas de este ensayo desfilan más de una veintena de escritores y críticos, como Muñoz Molina, Elvira Lindo, Francisco Umbral, Jorge Martínez Reverte, Suso de Toro, Juan Goytisolo, Juan Manuel de Prada, Antonio Gala, Rafael Conte, Vicente Molina Foix… ¿Qué tienen en común todos ellos?

Nada. Son específicos en su género. Cada uno de ellos se esmera en ser original incluso suscribiendo tonterías, lo que es de agradecer.

¿Cuáles son sus principales «tics»? ¿Están todos los que son o son todos los que están?

La irreflexión e inconsciencia coyunturales. Pero es un rasgo común de la condición humana. El cultivo de la estupidez es un género democrático. Nadie se libra de colaborar en el aumento de su producción. Quizá, lo que sorprende es que la sostengan personas que, por su oficio, parecen hasta inteligentes…

¿Y qué tiene Víctor Moreno contra estos escritores? ¿Por qué éstos y no otros?

Yo no hablo contra este o aquel escritor. Reflexiono sobre los actos de habla de ciertos críticos y escritores que, en principio, más me han llamado la atención. Y lo hago específicamente sobre éstos en concreto porque, más o menos, son famosos, y, por serlo, aparecen una y otra vez en el escaparate del «candelabro» ese.

Habrá gente que se sorprenda al ver, también entre estos nombres, a José Saramago, un hombre de izquierdas, comunista…

¿Quiere sugerir que por ser de izquierdas y comunista uno está libre de decir tonterías y perpetrarlas? Saramago es un cúmulo de contradicciones ambulantes. Por mí pueda opinar de lo que desee, pero he advertido que cada vez que habla sobre lo que no es su especialidad, la literatura, se precipita en la más clamorosa banalidad de pensamiento. Y que conste que acerca de su literatura yo no digo ni una coma. No me interesa.

La «galaxia Alfaguara» o la «factoría Polanco» parece ser su preferida en cuanto a lanzar dardos… ¿por qué?

Porque es una institución con mucho poder. Y es lógico que cuando se tiene poder aparezcas, como Dios, en todas partes. De ahí que sus satélites –escritores o críticos babelianos– sean los que más alfalfa espiritual reparten en el abrevadero de las ideas, que, en este caso, visten la pátina de la estupidez.

¿Y qué hay de los escritores y los críticos vascos? ¿Están a salvo de pecados?

Lo de pecados me suena, pero no sé a qué se refiere. Tampoco sé muy bien a qué críticos y escritores vascos se refiere. ¿A los que escriben en euskara o a los que lo hacen en castellano? Si se refiere a los segundos, diría que participan de los mismos defectos y virtudes que sus contrarios los españoles. En esto, el «geniotipo» vasco se diferencia el canto de un euro del resto de sus cofrades de Chamberí.

¿Hasta dónde alcanza esta «pandemia» de los «profesionales» del libro que cita en este libro?

Pues a todo lo que tiene que ver con dicho producto y mercancía: a los escritores, a los críticos, a los editores, a los libreros, a los bibliotecarios y, por supuesto, a los lectores. La inconsciencia mental es una epidemia que está siempre ahí, que siempre nos acompaña

y nunca nos abandonará.

Ideología y literatura, el eterno debate. ¿Cómo ve ahora la situación?

Hay una dejación absoluta en el análisis ideológico de lo que se escribe. Nadie sabe si Muñoz Molina es, como novelista, de izquierdas o de derechas, o paralelepípedo. Lo mismo diría de Marías o de Maruja Torres. Y de cualquier escritor. En este sentido, los escritores parecen eunucos ideológicos. O monjes de la Trapa. ¿No transmiten ideas en sus novelas?

Dedica un capítulo entero al uso de los adjetivos en la narración. ¿Por qué?

El uso del adjetivo, tanto en la crítica como en la escritura, es una cuestión muy delicada. Su abuso denota falta de reflexión y de respeto hacia el lector. Utilizar bien el adjetivo es de las señales de estar ante un escritor o un buen crítico. Yo, en ocasiones, me conformaría con que algunas reseñas se dedicasen a justificar por qué el crítico asegura que la novela leída es importante, interesante o relevante.

Otro apartado sobre el que reflexiona es el de conceptos como «Calidad», «Ambigüedad»…

Ante la falta de legitimación crítica y creativa en la que estamos instalados, el concepto de calidad literaria es de una fragilidad conceptual asombrosa. Nadie sabe con seguridad qué es literatura, y novela, menos. Así que, en este momento, todo se permite, todo se acepta, todo se tiene como literario, incluidas las obras de Pérez Reverte, por supuesto. El concepto de ambigüedad es un término

que muchos consideran elemento imprescindible de una literatura de calidad. Las novelas que son claras en sus mensajes, por el contrario, son maniqueas, intencionadas, moralistas y, por tanto, pésimas. Particularmente, me repugna este tipo de maniqueísmos.

¿Las necrológicas sobre escritores también dan como para escribir todo un tratado…?

Lo divertido de las necrológicas es que dan más información de quienes las escriben que de quien está muerto. Escribir sobre los muertos en clave de alabanza se presta a decir muchas tonterías. La mayoría de ellas son producto de la vanidad o, si se quiere menos impertinencia, efecto de un sentimentalismo poco controlado.

El uso de un humor corrosivo es una de las características de este libro…

Lo tendrá que decir el lector. En ocasiones, es posible que le resulte difícil distinguir si ironizo, si me río a carcajada combatiente o si el sarcasmo se ha apoderado de mi verbo. Probablemente, con quienes más he ironizado ha sido com Suso de Toro, y los críticos Ayala-Dip y Juristo. El sarcasmo lo he reservado para Marías, Saramago y, sobre todo, Carlos Fuentes.

A partir de aquí, ¿se podría establecer un decálogo para «otra» literatura, para «otra crítica»…?

Ni soy tan iluso, ni tan ingenuo. Mi libro se limita a mostrar una manera de leer e interpretar irónicamente lo que se presenta bajo el formato del dogma o la frase hecha o el estereotipo.

¿Por dónde habría que empezar a cambiar el actual estado de cosas?

No publicando ningún suplemento literario.

¿Para qué sirven, entonces, los suplementos literarios?

Para saber que una editorial ha publicado las novelas de un determinado grupo de escritores.

¿Podría sugerir algunos consejos heterodoxos y necesarios para el lector de nuestros días que acude inocentemente, primero, a comprar un libro y, luego a leerlo?

Ni ortodoxos, ni heterodoxos. Un lector, si es lector, no necesita consejos de ningún tipo.

En el prólogo del libro comenta la nula atención que tuvo De brumas y de veras. La crítica literaria en los periódicos, otro libro anterior suyo, publicado en 1994. ¿Ocurrirá lo mismo ahora con Fuera de lugar?

Lo que no quiere decir que el libro no se leyera, cosa que me consta que sí se hizo. Con éste, puede que suceda lo mismo. No aparecerá reseñado en los medios más poderosos del Estado, pero con toda seguridad lo leerán todos los implicados.

En esta batalla que libra, ¿no se encuentra «terriblemente» solo?

No albergo ningún sentimiento belicoso a la hora de escribir este tipo de libros. Me gusta escribirlos, me lo paso muy bien y me siento deliciosamente acompañado por quienes comparten mis análisis. Quienes no comparten mis criterios, seguro que los tienen mejor que los míos. Sólo es cuestión de confrontarlos dialécticamente.

¿Qué espera conseguir con este libro?

Lo que se espera siempre con un libro que uno escribe: que lo lean.

Publicar este libro quizá le vaya a costar algún disgusto a su editorial…

Bueno, mientras todo se quede en un quizá, sospecho que Pamiela aguantará perfectamente cualquier tipo de embestidas, procedan de la cueva de donde procedan.

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Miguel Sánchez-Ostiz. Videla, Menéndez y los otros…

Jueves 23 de diciembre de 2010

argentina

VIDELA, Menéndez y los otros… condenados. Han tenido el juicio justo que negaron a más de 30.000 personas. Condenados y en modo alguno arrepentidos de los crímenes cometidos. Por edad, no podrán cumplir ninguna de las penas a las que han sido y van a ser condenados, y presumiblemente disfrutarán de beneficios penitenciarios, aunque ahora mismo vayan a parar a una cárcel común.

Pero cuando menos su nombre aparecerá ya ligado a la historia universal de la infamia, la que no escribirán jamás los fieles devotos del poder autoritario, a la historia del crimen, gracias a la sacralización judicial. La simple memoria histórica no bastaba… Con tal de que las tornas no cambien, y vuelvan a tomar el poder los representantes uniformados o no de los grandes propietarios “de campo” que incluso en España contratan como servidores a gente escapada de su pasado de represores, de torturadores, de porristas que, además de acudir a toque de cencerro para limpiarles las cazcarrias, les halagan los oídos con soflamas criminales: liberales, por encima de toda sospecha.

“Videla”, por Javier Eder, en Diario de Noticias, de Navarra, 24.12.2010

Videla

Miguel Sánchez-Ostiz

Información del autor y libros en Pamiela.com

http://vivirdebuenagana.blogspot.com/

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