Miguel Sánchez-Ostiz. Especula que algo queda

Y tiro porque me toca

reyPUESTOS a especular sobre asuntos que, en el fondo y en la forma, desconocemos, me sumo yo también al carro de los doctos. No compromete a nada y puedes lucirte con alardes de conocimiento que dejan a T. E. Lawrence o a Konrad Kyllian como doctrinos. Para siete pilares de la sabiduría, los nuestros, con árabes de por medio o sin ellos.

Truenan en los medios de comunicación las noticias de las radicales medidas que toman los países europeos y los norteamericanos contra el régimen tambaleante de Gadafi, adornado ahora, un día sí y otro también, con el remoquete de dictador, como si hace una semana no lo fuera, y como si su dinero, que es el mismo, fuera más sucio hoy, que antes de que empezaran las revueltas. Sus fieles servidores escapan a la carrera, demócratas sin tacha de la noche a la mañana.

Hace una semana, a Gadafi se le podían vender armas porque, supongo, no era dictador o no tan dictador criminal como ahora. Ahora que ha demostrado lo que podía hacer con las armas que le vendían con gusto, y él compraba y pagaba con ese dinero del petróleo que hoy le bloquean, el fabricante se pone digno y dice que no vende armas para que mate, porque mata, que suele ser lo propio de los dictadores: someter con la fuerza y el ejercicio del miedo y, llegado el caso, matar. Pero esto hace un mes se sabía, aunque no fuera tan público como ahora, porque no era espectáculo. Tan risible payaso de circo entonces como ahora, se sabía que el tendero que suministraba barriles de petróleo podía matar y tenía sometido por la fuerza a un país con el que comerciaba todo el que podía y era pagado con ese dinero que, horror, hoy se ha convertido en sucio, como los billetes con los quelos charlatanes africanos timan a los codiciosos. Ahora, cuando el amo de la barraca puede cambiar, hay que cambiar de clientela y de tendero, y otros de dueño. Gadafi lleva la misma vestimenta extravagante, pero está perdiendo el poder de abrir y cerrar el grifo del crudo.

Comentar esto es innecesario. Porque ¿qué sabemos nosotros de la alta política? Nada. Eso es lo que vinieron a demostrar los papeles de Wikileaks, la empresa de Assange, cuya caída está ya muy gastada y suscita un interés de verdad relativo, naufragando en su particular batalla judicial.Ya ha pasado y hasta el vendaval que levantó se ha ido apagando, relativizando, las aguas negras, servidas, vuelven a su cauce de siempre.

Otrosi digo, que menudo marrón el de la exalcaldesa de Lasarte-Oria, Ana Urchueguía,del partido socialista, y la danza de millones que, según las informaciones publicadas hasta ahora, le habrían permitido comprar una fabulosa finca en Nicaragua (un millón de metros cuadrados) con la cobertura de distintas ong y con dineros procedentes de no sé qué bailes oficiales, o propios que algún origen tendrán.

Marrón para ella que va a tener que explicar muchas cosas, con y sin abogados, y marrón para las ong que, en general, salen dañadas de éstas y otras noticias parecidas, dado que no son pocas las que están bajo sospecha permanente, cosa de la que no se habla nunca. ¿Estará haciendo la Urchueguía negocios en Chile y en Perú donde leo que representa de manera oficial al gobierno vasco, socialista? ¿Ha ido en realidad allí a hacer negocios? ¿Por cuenta propia o ajena? ¿Quién paga sus pasajes de ida y vuelta para asistir a los plenos municipales de Lasarte en Gipuzkoa? ¿A cuánto asciende el monto de ese beneficio extraordinario? ¿Es lo propio de los políticos hacer negocios que les aseguren el bienestar una vez se retiran de la empresa de la cosa pública? ¿Tiene o no tiene la terrateniente una ganadería con marca propia conseguida en el marco de su militancia política socialista?

Algo tendrá que decir Patxi López de esta trapisonda. ¿O no?

Me gustaría saber con certeza si el ejercicio del poder es algo que se sube a la cabeza sin remedio, porque al menos lo parece, y si va por fuerza acompañado de esa embriaguez del intocable, de esa arrogancia, de ese sentimiento de impunidad, de no tener que responder ante nadie ni ante nada. Ejemplar esta Urchueguía, ejemplar.

También me gustaría saber si, indefectiblemente, la función pública conduce al enriquecimiento de sus devotos servidores, amantes siempre de las grandes palabras, los discursos ampulosos, y si eso no tiene remedio alguno.

Y si toda la información facilitada sobre la terrateniente Urchueguía es falsa, ¿cuál es la explicación convincente de los hechos? ¿La tiene o necesita cobertura política y hasta judicial del partido socialista? ¿Calumnia que algo queda también aquí o una elemental exigencia de transparencia política que nadie en el poder parece estar dispuesto a facilitar? ¿Es falsa su inscripción de propiedad debidamente certificada que se publica? Es posible que esa avispada mujer de negocios tenga muchas cosas que explicar que no va a explicar, de esto estoy convencido. Ojalá me equivoque.

Hay rasgados de vestiduras que recuerdan al apólogo aquel protagonizado por la víctima de un robo que al salir corriendo, detrás de quien le ha despojado, al grito de “¡Al ladrón, al ladrón!” es llevado a los tribunales por difamación.

Otrosi segundo digo, no solamente un bote de pesca, llamado Kantauri, es para un reportero inmoral la huella indeleble de las Fuerzas del Mal y del horror de ETA, sino que a Camacho, entrenador de Osasuna, le han rescindido el contrato bajo las presiones del entorno abertzale, etarra, según la doctrina de nuestro más alto tribunal y de sus paladines. Camacho ha sido sustituido no porque el equipo no ganara los partidos que debería haber ganado, sino por españolista, por español, por enemigo: leña de primera para la caldera de la manipulación mediática con el vapor a cien, y pitando. Y de manera impune, deportiva. Impecable pretexto para exigir medidas, castigos, escarmientos, un demonio al que zurrar sin riesgo alguno, al revés, con réditos asegurados, para que la función circense del rejón político no se detenga jamás.

Miguel Sánchez-Ostiz

Información del autor y libros en Pamiela.com

http://vivirdebuenagana.blogspot.com/

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Victor Moreno. Riesgos de escritor

books¿Dónde está el riesgo a la hora de escribir? Me refiero al acto de hacerlo, no a los efectos que en un Estado de Derecho pueda tener un artículo defendiendo la violencia individual y dionisíaca frente a la violencia hobbesiana del ministro del interior y sus hoplitas. Pues ya es sabido que los efectos de ese anodino acto son dispares y disparatados, según lo diga Mortadelo o Filemón, Tip o Coll, Epi o Blas, y, por supuesto, Ortega o Gasset.

Lo gracioso no es que se afirme que escribir sea un riesgo, sino sostener que existen escritores que entregan todo su ser en cada sintagma que emborronan, mientras que otros, a los que habrá que suponer gandules de una sola talla, no ponen ninguna tensión ni se cortan una vena a la hora de escribir, por ejemplo, “el perro se durmió”.

Es todo un misterio de la interpretación cómo llegan a saber algunos críticos que ciertos escritores se producen un esguince meníngeo escribiendo “el perro abrió los ojos”, mientras que otros letraheridos no arriesgan siquiera una neurona en el intento a pesar de estampar en la hoja un rotundo y sintético “el can ladró”.

Y, apenas, si acabo de insinuar los enigmas relativos al riesgo de escribir. Un columnista llamado Juan Gracia sostenía que Borges, Rulfo y Bolaño se arriesgan tanto en cada frase que “su descenso vertiginoso por esa montaña de palabras que es la literatura, nos cambia la vida”.

Seguro que sí. Nos cambia la vida, el color de la piel, la mirada y la hipoteca. Tanto que en las farmacias, en lugar de vender paracetamol, deberían vender libros para curar todo tipo de dolencias. ¿Que te duelen las muelas? Échese al coleto un Mark Twain. ¿Que anda mal de las transaminasas? Lea usted a Nabokov, por favor. ¿Que tienes las defensas bajas? Métase un chute de Tito Livio. Al instante, se verá reconfortado.

Lo que llama la atención es que el mismo crítico sostenga que existen, por el contrario, montones de escritores que garabatean novelas sin riesgo alguno. Y, por tanto, el resultado de la lectura de sus libros en el organismo tiene que ser nulo. O, dicho con menos radicalidad, lecturas que apenas modifican los biorritmos del personal. Pues un libro que no te hace mella en el bazo, no merece la pena.

Legión deben de constituir estos conformistas de escritores que el bueno del crítico no se atreve a nombrar uno de ellos. Ni a él mismo, lo que es un signo de humildad digno de aplauso. Pero no habría estado de más que se hubiese descolgado con algunos nombres, digo yo que por lo menos tres, de escritores de la actualidad narrativa y que son representación de la holgazanería ambulante. De esos que no entienden la escritura como una apuesta suicida y escriben libros sin pulso y sin endolinfa alguna en las frases que acuñan.

Sé que la buena educación es, a veces, resultado de un sentido más que larvado de la hipocresía, pero me cuesta entender por qué algunos críticos tienen tanto miedo escénico a nombrar a aquellos escritores que no emulan a la hora de escribir la tensión que adorna al suicida.

Comportándose de este modo, que es tan taimado como cobardica, no hacen ningún favor a lo que ellos llaman “literatura con mayúsculas”, y de la que se sienten sus depositarios y albaceas naturales.

Si de verdad aman tanto esta literatura como dicen, no deberían mostrarse tan pusilánimes y tan amedrentados por ciertos apellidos del gay trinar mediático.

Si consideran que existen escritores que escriben novelas que jamás podrán cambiarnos la vida ni rebajarnos el colesterol, deberían señalarlos, y, no precisamente con el dedo, sino con una crítica bien argumentada y razonada.

Si no, es imposible saber a quiénes se refieren cuando hablan de ciertos escritores, que llevan años repitiendo en sus novelas el mismo estilo, las mismas divagaciones y la misma manera de aburrir a un muerto de la dinastía de Keops. ¿Se están refiriendo a Marías, a Muñoz Molina, a Almudena Grandes, a Pérez Reverte?

Ustedes, los críticos, tienen la palabra.

Sobre el autor del artículo: Victor Moreno

Blog de Victor Moreno

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San Cristóbal / Ezkaba: muros derribados para amurallar la memoria

informe_ezkaba

Informe pericial sobre los derribos realizados
por el Ministerio de Defensa
en el Fuerte-Penal de San Cristóbal / Ezkaba, Navarra

Recogida de firmas de apoyo al Manifiesto de denuncia contra los derribos de muros del Penal de San Cristóbal / Ezkaba.

Enlace para descarga en formato PDF

Manifiesto de conclusiones

Las personas y asociaciones abajo firmantes, especializadas en el trabajo de investigación histórica, conservación del patrimonio y recuperación de la memoria queremos hacer público que:

1. Tal y como se recoge en este informe “San Cristóbal / Ezkaba: muros derribados para amurallar la memoria”, los derribos realizados en el fuerte prisión de San Cristóbal, en Navarra:

  • Suponen un claro daño al patrimonio histórico y cultural de esta comunidad, máxime tratándose de un BIC (Bien de Interés Cultural) que debería ser conservado en su globalidad, en aras de una correcta interpretación histórica y dinámica de la vida del edificio.
  • Dificultan la comprensión del edificio como prisión, al haber hecho desaparecer uno de los muros que delimitaban uno de los espacios centrales de la vida de los presos, el patio.

2. Ante todo ello, queremos solicitar que:

  • Los citados derribos y destrozos sean declarados ilegales, procediéndose a una intervención arquitectónica que visibilice los usos del edificio como prisión y que repare los daños causados.
  • Se ponga en marcha un plan para la conversión del Fuerte de San Cristóbal en un lugar de memoria en el que se explique, de manera pedagógica, tanto su evolución histórica como su uso como prisión.
  • En este último aspecto, nos parece necesario que se reflejen la pluralidad de opciones políticas y situaciones sociales de las personas allí encarceladas y de sus familiares, y se preste atención especial a una de las mayores iniciativas de resistencia colectiva puestas en marcha en las cárceles franquistas, la fuga de 789 presos el 22 de mayo de 1938.
  • Además, queremos subrayar que el reconocimiento social a todos los sufrimientos padecidos por los presos de San Cristóbal y sus familiares debería ser una herramienta para fortalecer una cultura de respeto a los derechos humanos.

Es posible consultar el informe y adherirse on line en la web
www.autobusdelamemoria.org o enviando un mensaje a: sancristobaloroimenautobusa@gmail.com, señalando en el caso de apoyos individuales el nombre y apellidos, DNI y asociación o espacio de trabajo, y en el caso de las asociaciones, el nombre, el ámbito territorial y el campo de trabajo de la asociación.

La fecha límite para las adhesiones es el 7 de marzo, lunes, ya que esa semana se presentarán públicamente y en el juzgado.

Personas
Nombre y apellidos:
DNI:
Asociación / Trabajo …:
Ciudad:

Colectivos
Nombre:
Ámbito territorial:
Ámbito de actuación:

sancristobaloroimenautobusa@gmail.com
http://www.autobusdelamemoria.org/?p=118

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Victor Moreno. La gramática no es inútil

vladimir-nabokovLa mayoría de las personas que recuerdan su aprendizaje lingüístico suelen echar pestes coléricas contra la enseñanza de la gramática que padecieron. No le guardan ningún cariño. Para colmo, añaden que todo aquello de la morfo y de la sintaxis, de la grama y de la tica, que decía Sancho Panza, no les sirvió para nada. Ni para hablar mejor, ni para escribir. Tampoco para hacerlo peor. En parte, porque en clase ni les dejaban hablar ni, menos aún, escribir de un modo consciente y procedimental.

Sirvan, pues, estas líneas para hablar de un enfoque distinto de la enseñanza y aprendizaje de la Gramática, hacia la que Nabokov en su libro Habla memoria mostraba un entusiasmo recién estrenado.

La verdad es que reducir el aprendizaje de la gramática al análisis puro y duro, o convertirla en una plataforma para trabajar lo que ahora tanto se estila, la coherencia y la cohesión textuales, es un poco triste, porque minimiza el gran potencial creativo que posee.

Es un lugar común sostener que hoy, tal y como se enseña, es fuente de aburrimiento, y, lo peor de todo, de suma inutilidad. ¿Hay algo más aburrido e inútil que consumir diariamente una ración de sintagmas, de complementos y de verbos irregulares? El alumnado puede que llegue a distinguir las subordinadas sustantivas de sujeto que hay en un texto, pero no a tener idea de la intención irónica o argumentativa del autor. Sarcástica situación. Sé que la frase contiene un sujeto elíptico, pero ignoro que el autor me está tomando el pelo, y eso que estoy calvo.

Tal y como he sugerido, el aprendizaje y la enseñanza de la gramática pueden hacerse de un modo sugerente y, por supuesto, de forma creativa. No se trata de optar por una gramática funcional en contra de una gramática del non sense. Pueden ser compatibles. Por la creatividad se puede acceder a cualquier tipo de concepto. Siempre y cuando no reduzcamos la creatividad a mera espontaneidad lúdica, que es, a veces, lo que se quiere dar a entender de ella para descalificarla y desterrarla de la arena didáctica.

Eso, sí, independientemente de cuál sea mi orientación didáctica, necesitaré apropiarme de unos conocimientos gramaticales, asimilarlos y, a continuación, ponerlos a disposición de una intención que no necesariamente será para comunicar algo, sobre todo cuando no se tiene nada que decir. Los conocimientos nunca estorban, ni en una metodología tradicional ni creativa.

Una enseñanza gramatical, que empiece y termine su periplo didáctico en una oración y no se ligue la a la comprensión y producción de textos orales y escritos, se pierde más de un “pleonasmo adverbial”.

No basta con saber exquisiteces sobre el verbo, la elipsis, las subordinadas consecutivas, sino, también, y sobre todo, qué se puede hacer con ellos. ¿Qué sabe hacer el alumnado con la distinción pertinente entre sustantivos concretos y abstractos? ¿Qué sabe hacer el alumnado con las distintas y sutiles maneras de conjugar el verbo?

El punto de partida es el siguiente. En toda noción gramatical –sea de naturaleza fonética, sintáctica o semántica -, existe una posibilidad estética, una apuesta creativa, que es necesario descubrir y poner en circulación procedimental.

Se trata de un principio sugerente, pero lleno de exigencias teóricas y prácticas. Nos obliga a descubrir las posibilidades estilísticas que atisbamos en cada una de las nociones gramaticales que impartimos. Y qué textos de los existentes evidenciarían tal principio de gramática expresiva. Lo que nos llevaría directamente a la lectura de textos de la literatura universal, infantil, juvenil o de Bernardo Atxaga.

Nos es necesario reflexionar acerca de las posibilidades estéticas de las nociones gramaticales que hemos decidido integrar en el programa correspondiente. Es pertinente convertir la forma en un contenido procedimental. Pues viendo cómo funcionan esas nociones en el texto, cómo se organizan produciendo un sentido determinado, es como mejor se adquieren tales conceptos.

Al mismo tiempo, se desarrolla algo que adquiere una importancia indudable: hacernos conscientes, los alumnos y nosotros como profesores, del acto de escribir, y, por tanto, de desarrollar su conciencia lingüística. Si se posee ésta, veremos enseguida que no se trata de poner la primera palabra que nos viene, sino la que conviene a nuestra intencionalidad comunicativa. Una intención determinada exige una utilización lingüística y una composición textual concretas. Por ella, nos acostumbramos a ser precisos, que es la marca fundamental del estilo: la exactitud. Ser exactos no pasa nunca de moda.

Cuando la gramática se contempla como máquina para escribir historias, dejará automáticamente de convertirse en una fuente inagotable de aburrimiento y de inutilidad.

No es verdad que los escritores clásicos estudiaran gramática de una manera distinta a la que está acostumbrado el alumnado actual. La mayoría de ellos sufrieron y padecieron este sistema de disecar sintagmas, obligados a hacerlo por el taxidermista del lenguaje de turno, alias profesor de lengua. Igual que los actuales alumnos, los autores clásicos fueron aturdidos por cantidad de términos y conceptos gramaticales. ¿Entonces?

Entonces quiere decir que tampoco nos conviene el fatalismo. El sistema siempre tiene agujeros por donde puede escaparse la mirada del genio potencial. Como la mayoría de las personas no son geniales aunque tengan mucho genio, bueno será que a estas, sobre todo a estas, no les amarguemos la fiesta del sintagma mandándoles analizar qué tipo de palabra es contubernio, si parasintética, compuesta o un hiperónimo de tristeza.

Mucho mejor sería proponerles escribir un texto utilizando precisamente dichas palabras: hiperónimo, pluscuamperfecto, lexema, pleonasmo y complemento circunstancial. Y si lo queremos mezclar con vocablos matemáticos, como hipotenusa, cateto y logaritmo, mejor. Y así decir: “Aquella mañana me desperté con el hiperónimo hecho un desastre. Ignoraba el porqué. Pronto me di cuenta que el dolor que me producía el lexema derecho era pluscuamperfecto. Me tomé dos logaritmos acompañados por un chupito de güisqui. La mejoría fue instantánea. La hipotenusa recobró el esplendor de todos los días, aunque con mucha pena para mis complementos circunstanciales que seguían sin muestras de vida. Me senté en el sofá esperando que con las horas pasara el dolor y que, en algún momento, el pleonasmo de la felicidad se pintara en mis catetos. Pero ni así…”.

Ya se sabe, cosas de la gramática.

Sobre el autor del artículo: Victor Moreno

Blog de Victor Moreno

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Rafael Castellano. Dios es ateo

obispos Okupar los púlpitos

«Los obispos son peligrosos», editado por Pamiela, que me he leído de la quilla a la perilla y de las tetas del mascarón de proa al tolete del popel, es una barca de Caronte cuyo mayor mérito reside en que nos suscita a todo quisque, y me incluyo, remembranzas que la Religión – sucedáneo ajeno a la religiosidad – nos taraceó en las vertiginosas sinapsis de lo íntimo. Capciones cerebrales, me refiero, que aún nos magnetizan de cara al fenómeno eclesiástico, látrico, folklórico, supersticioso, tabú, tótem, intimidatorio, monjil, cenobita, tenebroso y dionisiaco en transustanciación de vino-sangre.
Son calambres que aún influyen en nuestros comportamientos irracionales (que son los más). ¿Qué es el chiquiteo, sino una eucaristía laica? Apolo y Baco, lo apolíneo y lo dionisiaco, nacen como el Cristo en la época en que el sol adquiere pujanza. Vienen al mundo en una gruta y de una madre virgen. Los astrólogos constatan que el solsticio se aproxima porque una estrella concreta aparece en el firmamento. ¿A qué les suena? Añadamos a Mithra, Tammuz, Osiris, Agni, paridos en idénticas circunstancias, y que resucitan tras la muerte (como el Sol). Resumiendo, todo lo cristiano-católico es sincretismo aglutinante. Teñido de lúgubre y de ‘grunge’.
El lingüista versátil y preciso que es Víctor Moreno, antes Ramón Lapesquera, echa mano cada cinco líneas de la Etimología, esa linterna olvidada y tan útil en investigación histórica y técnica. Hoy se la rechaza como antigualla, simplemente, porque una vez los conservadores solicitaron más Humanidades y la oposición binaria, en rutina de ciberajedrez, se opuso. En lugar de sumar lo analógico pensante a esa nueva deidad que es la informática, la progresía resta, reflejo condicionado, lo primero. Resultado: una ignorancia epidémica y culpable. Moreno es filólogo y pedagogo. Su estilo, ágil y sarcástico, salpimentado (y en ocasiones con guindilla de la Ribera de aderezo), te coloca la comisura cigomática, a veces las dos, en tensión.
El mecanismo parlamentarista antes aludido, obsesionarse con que el adversario mental, ya ni siquiera ideológico, sólo puede proferir sandeces sin mezcla de sensatez alguna, daña a la sociedad porque, tal y como se está destapando, se cobra un pastón por vivir de la inercia política. No basta con discursar que el adversario es idiota irrecuperable. Lo que se impone, y para eso pagamos a pésimos oradores que oran tópicos enardecidos, y que rara vez laboran, es superar al contrincante. Ello, y no el cómodo desdén, es lo que tiene mérito. Las Humanidades, los latinajos, les sirven a los neorojeras desteñidos, de punching-ball como única arma contra una CEE, con Rouco a la cabeza, que les puede, aventaja y chantajea.
“Re-ligare”
Procede Religión de ‘re-ligare’, reunir en solidaridad lo que se mueve y actúa, de forma innata, postfetal, en individualismo egoísta y pasivo. El ensayo de Moreno, lo digo a modo de comparación, contiene una novela infusa en la que héroes y heroínas, protas y de carácter, es decir, mis semejantes, se van a sentir reflejados sin piedad. Ello, por mucho que se opongan a ciertas aserciones, o flexionen cintura. No hay escapatoria. La religión embadurna toda etapa cultural. Los sumos sacerdotes (o ‘big men’) se la apropian, y, tras filtrarla al gusto y necesidad del Clan, el Estado o la Hacienda, incluso de la Guerra, la difunden excátedra e incluso se atribuyen nada menos que la infalibilidad en sus discursos, en sus falsas visiones y tesis de médium ful. Así vista, en síntesis, nos parece absurdo que semejante trapacería ontológica pueda persistir. Pues no: les funciona. Y lo que les queda.
Dios no se sabe Dios
Puede que Yahvé, Allah, Visnú, Odín, Ortzi o Manitú existan. Cosas más raras vuelan por el cosmos y además cuestan un montón de trillones despilfarrados con tal de pisar, ¿para qué?, Marte. Pero atención a esto: Dios, sea cual sea su esencia, no se sabe a sí mismo Dios. Clama Nietzsche que si hubiera dioses, quién no querría ser un Dios. Pues, mostachudo maestro, yo, sin ir más lejos. Y no me suputo el único. Sucede que Dios se desconoce como tal entidad. Ergo, Dios es ateo.
¿Qué quier decir esto? Pues que nadie, por mucho seminario y teología en Lovaina que haya chupado, puede arrogarse la condición de representante o delegado en la Tierra del gratuitamente definido como Creador. Menos aún la de intérprete u oráculo de una Divinidad que no se identifica con su propia condición divina. (Y sobrehumana, cuando lo de el Nuevo Testamento).


Dios, como en varios párrafos apunta Moreno, es un entimema paralelo a la condición humana. Somos inmiscibles, yo, usted, y el Dios reflejado en su mollera. Vista esta humanidad ególatra, esto es, que se idolatra a sí misma, si hay en ella un ateo genuino, ése es precisa y exclusivamente Dios.
He aquí lo que no le cabe en la sesera a la clerecía. A saber, que su Ser Supremo consiste en una entelequia situada en otra dimensión y cuyos quebraderos de cabeza no incluyen el aborto legislado. Así, todo este montaje de tiaras y garrotas áureas, se queda en un timo de la estampita de Lourdes. O de Ezkioga. ¿Qué de ello surge un efecto-placebo? Sin duda. Muy poderoso, me asevera un doctor USA consultado. Lo es tanto en tiendas de productos-milagro como en peregrinajes jacobeos (un invento turístico-propagandístico de los Cluniacenses). Porque la religión liba de dos flores caníbales: el miedo y la culpa.
Con un más allá feliz y cariparejo garantizado, y un sacramento de confesión y atrición eficaz a modo de anzuelo “por si acaso”, y no olvidemos ese ‘dolor de corazón’ psicosomático, resulta sugerente como ideario. Circunstancia que ninguna prédica, de momento, puede destruir. Pero hay que preguntarse cómo es que se nace, según los obispos de todo el orbe et urbi — y luego se meten con Mahoma y el Vudú — en pecado mortal. Toma ya. Y es más complicado abandonar esa condición de réprobo de por vida que, pongamos, fugarse de Guantánamo. La pila bautismal no tiene marcha atrás. Así, hay que desmontar esos absurdos. Y desagraviar las Primeras Comuniones que exigieron, ¿recuerdan?, que una criatura confesara previamente sus pecados. ¿Qué pecados, por Dios bendito? Luego pasa lo que pasa.
Un Liceo laico
El fenómeno eclesiástico ha dejado en toda persona humana educada en España (las hay inhumanas, de ahí que defienda el dicho) una impronta indeleble. Hoy en día se borran los tatuajes. El catolicismo, empero, imprime tics indelebles en el ánimo. Incluso en el mío: estudié en un colegio laico, el Lycée Français, donde el cura no era obligatorio, dado que los hijos e hijas de dos guerras mundiales, la española y la SGM, allí matriculados (los más desvalidos, con becas) procedíamos de hogares y países diversos. Cada cual con su credo y descredo particular. Y sus estigmas bélicos.
Aunque eso de que, con Franco en el Trono, lo del páter no era obligatorio resulta relativo. Los católicos, o bautizados como tales y de nacionalidad española, no podían permitirse el lujo de saltarse la Religión y la Formación del Espíritu Nacional en aquel apogeo del Movimiento más tartufo y meapilas. Lo de Falange se podía evitar apuntándose a cualquier deporte en la sede del SEU. Arrese había ordenado: “¡Menos latín y más gimnasia!” Mira, como hoy los socialistas y la Roja.
En la otra asignatura, la teosófica, no cabía alternativa. Había padres que, ateos o agnósticos absolutos, o que simplemente se la refanfinflaba, tribu social ésta que Víctor Moreno sugiere como la más común, se veían en peligro de delación del vecindario si sus hijos no se sabían los padrenuestros de rigor, o no iban a misa a comulgar.
Se trataba de sacerdotes, los del Lycée, empero, rebatibles. Cuando se está aprendiendo a una hora Trigonometría y Álgebra, a otra Química Orgánica, a otra Filosofía y finalmente Religión, surgen en esta última asignatura dudas de todo pelaje. Heterodoxias de orden científico, mayormente. “Usted, padre, dice que sólo Dios es infinito; pero la línea recta (y poníamos en el encerado una raya y el signo del ocho tumbado) también lo es”. Bufaba el curón (sobreactuando): “¡¡Animal, hereje, prolóngala, y terminará donde acaba la pizarra!!” Suspenso seguro. Aprobado, también seguro, en septiembre. Aquella materia tan inconsútil no podía frenar el transcurso lógico de las demás.
Educación mixta
Los Liceos franceses, no nos envidie nadie, los inventó Napoleón Bonaparte, cómo no, en estructura de escuelas militares. Disciplina marcial. La educación mixta, sépanlo esos energúmenos que la denigran, contenía un detalle antropológico curioso: jamás se ligaba con las (o los) condiscípulos del curso. Éramos como palomas y gaviotas en el muelle. Ni se atacan ni se tratan.
A lo que iba yo (el libro de Moreno, insisto, te extrae los recuerdos personales, las vividuras relativas a la Religión oficial) es a que esos Centros venían a ser a modo de embajadas inviolables. Contrataban a enseñantes fichados por rojos, y bajo sospecha. Nunca es tarde, y allí supimos que se nos aplicaban sistemas afines a los de la Institución Libre de Enseñanza. Hasta que se formó dentro una célula comunista de críos ¡de catorce años! Dirigidos por un ‘surveillant’ más adulto, se les detectó y fueron a parar al presidio de Cuelgamuros.
Según pasaba páginas de “Los Obispos son peligrosos”, se me venían al magín las batallitas del crío criado en relativo laicismo y bajo un rigor prusiano en la conducta. A ustedes les ocurrirá lo mismo, sea cual sea su biografía en relación con lo Trascendente verdadero, y no otros éxtasis mendaces como el Islam o el Candomblé.
Aquel nacionalcatolicismo en Cruzada contra la obrerada, el gañán, el jornalero, las esclavas de pesquerías e industrias textiles, la peoná, y qué decir de quienes promulgaban que ilustrar a las masas era el mejor subsidio, porque las haría más productivas e independientes, léase la masacrada y ya citada Institución Libre de Enseñanza, todo aquello nos dejó cicatrices. Éstas, como las nubes, nunca son iguales, sólo similares. Con un eje común: el olor a incienso, a las palmas del Día de Ramos, a cirios funerarios. Y ese Cristo que, habituada la córnea, ya no se percibe como una icónica denterosa y necrofílica. Icónica que se que la Jerarquía se empecina en que presida las aulas, cuando ya se están quitando hasta de los ataúdes. Víctor olvida este detalle: no sólo son peligrosos los Obispos: son gafes.
Okupar los púlpitos
Me produce curiosidad inevitable, levemente mística, yo me entiendo, penetrar furtivo en iglesias vacías. Bajo el technicolor en haz de las vidrieras. Si están ensayando gregoriano, miel sobre hojuelas. Así, he reparado en que los púlpitos siguen allí asentados, aunque ya ningún oficiante se sube a tronar desde ellos. Alguna Encíclica recomendaría que fuesen a parar al desuso, que no al desguace.
Pues habrá que okuparlos y, una vez a la semana, o al mes, darles chance a librepensadores furibundos para que desde allí propaguen, a tandas y previa convocatoria, el sentido común didáctico, y la emprendan contra los sofismas patafísicos y desmedidos privilegios del Alto Clero. Que okupen, sí, esos púlpitos fantasmáticos, de eco no extinto, quienes sepan desmentir las opiniones jamás solicitadas a la Iglesia en torno a asuntos sexuales, biogenéticos, emocionales, pedagógicos, académicos, políticos, simbólicos y decorativos de interiores como hospitales y escuelas. Criterios, los del Clero de alto rango, que se aceptan, pese a la Constitución laica (siempre conectada a un crucifijo en las juras o promesas de ministros y presidentes, es sonrojante) como base de debate.
Exagerada tolerancia. Ya que la opinión irrebatible que les llega a través de canales parapsicológicos por voz de un Dios lego (lego es laico) en problemas humanos, un Dios muy vagaroso y polimorfo, no nos cuela.
Ocurre que si les tiendes el meñique a los obispos del talante de Rouco Varela (Víctor se ha nutrido a fondo de escritos, dicharaches y pastorales dadaístas debidas a voz y péndola de ese agrio pájaro, ‘capo di tutti capi’ en la CEE, y a su sanedrín de charlatanes convencidos de sus propios disparates) te pillan la clavícula y te reducen la cabeza a lo jíbaro.
Son, los cardenales católicos de la CEE, bien mirados en frío de crionismo, una agrupación cultural como los Amigos del Tarot, el Sindicato de Parapsicólogos o la Asociación de Videntes Estigmatizados. Sólo que con bula, subvenciones y privilegios que pecan de desmesura. Un agravio comparativo que dura en torno a los dos milenios.
Todos somos muy dueños de debatir o refugiarnos en nuestras chaladuras compartidas. Pero sin regalías. Que se registren, los que tienen hilo directo con lo Etéreo, como tales. No como depositarios exclusivos de lo ético, de la ‘com-pasión’ ni de la equidad de los seres humanos de esta Hesperia conversa según decreto-ley de las Tablas de Moisés.
“Don Tiroteo”
En mi pueblo predicaba, años de postguerra civil, un tal Don Timoteo, apéndice de monseñor Múgica, a quien se le puso el remoquete de “Don Tiroteo”. Moreno insiste en la fobia sospechosamente morbosa de la clerigalla hacia todo lo que suene a carnal. A “Don Tiroteo” le he visto emerger, hediondo espectro, sin que Víctor le cite en concreto, de las páginas de su libro de los Obispos. Negaba este presbítero la hostia a mujeres con vestidos sin mangas o con un escote que sólo él percibía. Y a las que iban sin medias (en agosto). O con tacones. Subía al púlpito y clamaba: “Ya está aquí el verano, ya están aquí las sinvergüenzas”. Algún marido o novio lo quiso linchar a la salida.
Porque, jovenzuelos, en las playas y piscinas, tras vencer Franco y sus Tradicionalistas, se estableció un control de moral pública. Los hombres debían vestir trajebaño total, como el anuncio del forzudo del linimento Sloan. Las mujeres, faldellín a modo de gregüescos y escote recto bajo la garganta. Mi tía Maruja, una trendi, se había comprado en 1932 un modelo de bañador fantasioso. ¿Renunciar a él? Jamás. Todo estaba muy caro (y muy feo). El encargado de la decencia se le acerca para multarla. “A ver, el nombre!” Y mi tía, impávida: “Ninón de Lenclos”. Le cayó multa doble por desacato. ¿Dónde coño estaba Fellini?
“Paradise Lost”
Son detalles que afloran en tu saga, sí, la suya de usted también, según vas devorando capítulos en busca del siguiente relé que te enchufe a días de rosario o pánico porque te corriste por tus propios medios y debías arrodillarse ante un kiosco a referírselo a un extraño allí sumergido en penumbra. Ahora siguen meneando lo del divorcio, escrutando las causas, concediendo licencias y separaciones según a quién. Pero bueno, si Adán y Eva eran la primera pareja de hecho.
No es un libelo este libro, conste: a Moreno se le cala la búsqueda inhallable de lo ecuánime. Así que, insisto, hay que okupar los púlpitos. Y vengarse. Motivos no faltan, hoy también, y el autor nos los enumera. Aparte de las objeciones categóricas y patológicas de los Obispos al aprendizaje mixto, a su empeño de meter con cuña en el currículo la asignatura de Religión, o sea, de Ufología Postconciliar, habiendo como hay en toda población o barriada una Catequesis a donde enviar a la chavalería (tampoco es recomendable, puede que en un futuro lo reproche) a que les insuflen Historia Sagrada o Vidas Ejemplares; aparte de todo eso, no transige el Vaticano con condones, píldora del día siguiente o de la víspera; marchatrás de Onán, células madre, ingeniería genética, sexo oral, follar para disfrutar y no para reproducirse, etc. Vale que se opongan, pero que se inmiscuyan en la privacidad inviolable de individuos y colectivos, a modo de allanamiento moralista de morada, eso se pasa de la raya.
Nos exaspera, y aterra, sobre todo, su masoquismo existencial de fallecer en agonía, sufriendo, cuando la voluntad moribunda es dejar de sufrir en limpia y aliviada eutanasia. La CEE, claro, apela al estafermo de siempre: regreso a la perversión nazi, cámaras de gas, eugenesia, etc.
Una coña de Chesterton
No es este ejemplar consuelo para ateos, ojo; elementos que, es mi parecer, no abundan. También se les tira de la oreja a ellos. Algunos disponen de sospechosísimas webs, máxime en EEUU, y a ver qué diferencia una catequesis de una red-asocial. Es como aquel Club de los Enemigos de la Superstición, de Chesterton (católico practicante, cosa de incordiar a los baronets anglicanos, y maestro de la paradoja). Para penetrar en la sede se debía pasar en el número 13 de la calle, bajo una escalera, y atravesar un descansillo poblado de gatos negros. Antes del ágape todos estaban obligados a derramar un salero sobre el mantel. Creo que también se celebraba una ceremonia de ruptura de espejos.
Lo cual no quita que este fenómeno del vaticanismo perpetuo, anclado a un sistema económico, simoniaco, que sustenta a una farándula de truchimanes narcisistas y drogadictos del poder terrenal y parte del selenítico, usurpe la muy positiva noción de mutua ayuda, la re-ligadura, mediante amenazas eternales, connivencias con las Coronas, confesiones de dignatarios que les pasaban información y los convertía en chotas privilegiados al servicio (mutuo) de los Imperios, deba erradicarse. Pero ya.
Libro que remite a libros
Señala el autor de “Los Obispos son peligrosos”, en varias mojoneras del discurso – un discurso procaz, trufado de neologismos certeros y cultalatiniparlas cachondas que a veces te parten la caja — que la Jerarquía daña a la par a creyentes y curas rasos atenazados por la obediencia. Que el ateísmo, la laicidad, el agnosticismo, no entrañan por fuerza odio o simple aversión al párroco o a los coadjutores.
La obra, entre otras calidades, tiene la de remitir, más allá de sus bibliografías de trabajo, a otras muy significativas. Tenemos a “Lázaro”, de Leonid Andréiev. A Lázaro, el Mesías le saca de la siesta eterna sin pedirle su opinión, y lo deja a merced de gente que le huye porque está a medio pudrir. Ni vivo ni muerto. Todo por hacer un numerito de taumaturgia. Pero remite también, sin citarlos, a Kropotkin, a Milton y su Árbol del Edén, ya tratado; al Burlador de Tirso y Zorrilla con su ‘punto de contrición’ – el supremo chollo del catolicismo – que le condona su vida de golferas y putero y lo manda derecho al Paraíso, con la novicia seducida de mediadora. Jauja, macho. Claro que el destino del Comendador, que se lo cepillan y después lo encarcelan en el Averno, constituye una arbitrariedad intragable. Y no olvidemos a Jardiel y su genial “La Tournée de Dios”. Búsquenlo.
Presencia en masmedia
Denuncia Víctor, otrosí, que es indignante que la prensa y masmedia les conceda a estos mandrias no sólo raudas y esquinadas gacetillas, cosa de cumplir; sino llamadas en primera o en sumario radiotelevisivo que convierten en noticia la última y nefanda parida de un purpurado con colocón de elixires benditos e indignación genuflexa.
La Iglesia Católica y la CEE deben limitarse a sus propias publicaciones y webs. Que no son escasas ni carecen de audiencia. O al ‘Osservatore’, y punto.
Cómo han logrado este tipo de dictadura espiritual en occidente, y en la España socialista, que se resigna a un Concordato leonino, sólo tiene una explicación. Una erótica – ¿casta? — del poder episcopal, más renacentista en sus formas y beata en sus hisopazos que troglodita en catacumbas con ágape. También cuenta, lo que más, la aplastante mayoría de fieles, creyentes, fanáticos y, en suma, clientelismo de turbamultas ante lo sacro, suntuoso y espectacular. La Plaza de San Pedro, las visitas del Pontífice a países en subdesarrollo animista o sumidas en catástrofe, nos dan la imagen del fenómeno. Acudan, sin ir más lejos, a la calle Postas, Madrid, y contemplen el escaparate de Casa Villasante y todo su material de penitencia, iconostasio, devoción y fetichismo. No faltan en capital alguna, y hacen caja. A esas masas no hay quien las extraiga de su hipnosis. Que “Los Obispos son Peligrosos”, cuya intención no es la de un Novísimo Postestamento, sirva de semilla de lo laico. Que nadie lo sincretice a su favor.

http://maverickpress.blogspot.com/2011/02/dios-es-ateo.html

Rafael castellano

Jueves, febrero 17, 2011

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George Carlin. El sueño americano

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Ignacio Escolar. Las siete maravillas de la economía española

otro-bancoUno. España es el país de Europa con más paro: el 20,2% de la población activa, el doble de la media de la UE. Es una anormalidad absoluta dentro del primer mundo. Es una tasa de desempleo similar a la de Mozambique (21%), Sudán (19%) o Iraq (19%).

Dos. Antes de que llegase la crisis, España era el país con mayor porcentaje de contratos temporales de toda la UE; al igual que el actual paro, la temporalidad también doblaba la media europea.

Tres. España es el país con más billetes de 500 euros de toda la UE: uno de cada cuatro está aquí. El 65% del dinero que circula en España está en billetes de 500. Las cifras apenas han bajado tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y aún suman 52.244 millones de euros. Un altísimo porcentaje de este dinero no se declara y deja al año un fraude fiscal de unos 16.000 millones. Somos medalla de bronce en economía sumergida de toda la UE con una tasa cercana al 20% del PIB; sólo nos ganan Italia y Grecia.

Cuatro. Los altos directivos españoles son los mejores pagados de Europa. En 2009, en el peor año de la crisis, sus sueldos crecieron un 15%: los altos cargos de las empresa del Ibex 35 ganaron un millón de euros de media. Un jefazo de Telefónica cobra igual que 103,5 de sus trabajadores juntos.

Cinco. El salario medio en España es de 21.500 euros brutos anuales: la mitad que en Alemania, Holanda o Reino Unido. Es una media engañosa: el 63% de los españoles es mileurista o algo peor. España es uno de los países de la UE-15 con mayor desigualdad económica, sólo por detrás de Portugal. La tasa de pobreza es del 20,8%, también de las más altas de la UE.

Seis. España es el único país de entre los 30 más prósperos del mundo cuyo salario medio real no creció en los años buenos. Entre 1995 y 2005, el salario medio real de los españoles perdió un 4% de poder adquisitivo; entre 1999 y 2006, los beneficios empresariales crecieron un 73%.

Siete. España es el único lugar conocido donde los autónomos y pequeños y medianos empresarios que pagan por módulos declaran, de media, menos ingresos anuales que los trabajadores y los pensionistas.

despido

http://www.escolar.net/MT/archives/2011/02/las-siete-maravillas-de-la-economia-espanola.html

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Miguel Sánchez-Ostiz. En qué manos estamos

Y tiro porque me toca

Txupinazo pamplona

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EL otro día fue noticia el falso testimonio levantado por un comisario de policía de Pamplona que, actuando como testigo de cargo, identificó, “sin lugar a dudas”, al agresor accidental en una pelea tumultuaria de lamentable resultado, con objeto de tener un autor de un hecho de verdad desgraciado; cosa que con el tiempo se ha revelado por completo falsa. No hubo error, hubo falsedad.

Los hechos se produjeron el pasado 6 de julio, durante el txupinazo sanferminero, cuando la Policía Municipal entró violentamente en la plaza con intención de retirar una ikurriña, que guste o no a quienes, gracias a la actuación trapacera del Partido Socialista, se han enseñoreado de Navarra, es una enseña legal, por completo legal, y no hay ley alguna que prohíba llevarla o exhibirla en espacios públicos.

El que, a causa en parte del ambiente y al calor de la trifulca, se produjera un muy desgraciado accidente no es justificación para que, gracias a un testimonio policial cualificado, durante siete meses un ciudadano haya sido imputado por unos hechos que no ha cometido.

Y todo, como digo, gracias a la palabra de un comisario de policía identificado por un número que actuó desde la prepotencia de que su palabra valía más que la de un simple ciudadano, como en el caso de abusos por ejemplo, y en clara instigación a la ocultación de un delito, tal y como se viene instruyendo a esa misma Policía según grabaciones que fueron aportadas al juzgado de guardia sin que hasta el momento se sepa en qué ha parado la denuncia ni la municipalidad haya dicho esta boca es mía.

Queda ahora por saber si, ante un hecho de esa gravedad, la fiscalía va a actuar de oficio contra el mando policial que ha testificado y acusado en falso “sin ninguna duda”. Pero no es probable que lo haga, no es acorde con los tiempos, no rima con el clima de exaltación policial a toda costa que reina en una sociedad progresivamente más autoritaria, de exhaustivo control ciudadano.

Por su parte, la autoridad jerárquica del felón nada dice. Y si en estos dos casos calla, en el de un policía al que debe indemnizar por acoso laboral grave, gracias a que el uniformado se permitió el lujo de denunciar un caso de abusos, recurre y dice que no debe pagar, que no quiere pagar, cuando jamás investigó los hechos por los que se le condena.

Nunca ha sido tan oportuna la pregunta sainetera de “¿Pero en qué manos estamos?” .

Pueden hacer con nosotros lo que les venga en gana. Está socialmente admitido. La sociedad policial es un hecho, y ciertas garantías legales una cuestión de suerte más que otra cosa. Basta con estar en el lugar equivocado en el peor momento. En este pantanoso y repulsivo terreno no hay excepciones, hay reglas.

Otrosi digo

Curioso el tratamiento que se da en algunos lugares a la Ley de memoria histórica. Por ejemplo en Pamplona y a su plaza del conde de Rodezno, primer ministro de Justicia del general Franco, que para burlar lo preceptuado en la ley, la derecha cerril rebautizó con el nombre del condado.

Hace falta ser un completo botarate o ni siquiera leer lo que está escrito en la pared o lo que escribieron a su dictado, cuando quisieron burlar la Ley de memoria histórica para decir, como el concejal Iribas: “el nombre ya no hace referencia al ministro de la etapa de Franco, sino que se refiere al título nobiliario propiamente dicho, que viene de la Edad Media, el cual carece de connotación franquista. Nos avala el TAN”.

Para el citado concejal, el año 1790 es la Edad Media. Esa sandez sería para partirse el culo de la risa, si el fondo del asunto no fuera lo grave que es. Porque quien eso sostiene no se equivoca, no puede y no debe, al estar del lado de la autoría, sino que miente, y lo hace a sabiendas para justificar la marrullería.

Además, como puede comprobar quien hasta allí vaya, la plaza sigue rotulada con el mismo nombre con que fue inaugurada, y haciendo clara y expresa referencia al primer ministro de Justicia del general Franco porque a él fue dedicada. Cambiar el nombre por el del condado es una marrullería, un juego sucio político y deshonesto, por muy amparado por el TAN que esté. Cosa que no se les habría ocultado a los juzgadores a muy poco que hubiesen estudiado el fondo de la cuestión, porque el fondo de la cuestión era eludir y burlar la Ley de memoria histórica. Nunca jamás tuvieron intención de cambiar el nombre de la plaza para cumplir la ley.

Y dicho de otro modo: de no mediar el alzamiento del 18 de julio de 1936, no hay más motivo para dedicarle la plaza a ese título nobiliario que al Cojo Manteca o a Perico de Alejandría.

Y para prueba basta repasar los asientos a Cortes del Reino de Navarra desde el siglo XVI al XIX para ver si algún conde de Rodezno estuvo en ellas, o verificar si el condado como tal prestó algún servicio al reino. No hay ninguna otra calle dedicada a un título nobiliario en cuanto tal. Esto lo saben los eruditos locales oficiales, los que en otras cuestiones le cuentan los pelos al conejo que, claro está, están del lado de quien gobierna aunque sepan que defienden una trampa propia del bachiller Trapaza. Entre trapazas anda el juego, no es limpio, y lo saben. Pero hay que estar de parte de quien reparte, y quien lo hace y nos asegura nuestra posición social es esa derecha que del derecho hace burla. No se trata de historia ni de legalidad, se trata de no dar el brazo a torcer, caiga quien caiga, aunque caiga la razón y con ella la ley en traje de burla.

Es mucho más importante mantener regüeldos franquistas que borrar ese nombre que tan emblemático ha sido y es para la derecha golpista de Navarra.

Con independencia de las personas y los nombres propios, este asunto ha sobrepasado con largueza lo personal para convertirse en un asunto de casta y clase, más incluso que político.

Digan lo que digan, el nombre de esa plaza pamplonesa sigue significando lo que significaba el año en que fue inaugurada por el motivo por el que fue inaugurada, no ya para quienes quieren cambiarlo, sino para quienes se niegan a hacerlo. Ésa y no otra es la cuestión.

Noticias de Navarra.com

Miguel Sánchez-Ostiz

Información del autor y libros en Pamiela.com

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Jose Ramón Urtasun. Pasealeku, Eguzki irratia

Pasealekua

Pasealeku del 2-02-2011

Entrevista en Eguzki irratia a Jose Ramón Urtasun de la iniciativa Autobús de la Memoria.

Conde de Rodezno: la justicia al revés

Autobús de la Memoria

Tras el golpe del 36 miles de personas fueron asesinadas por la represión franquista, en buena parte, acusadas de «auxilio a la rebelión», precisamente por los sublevados contra la II República.
La justicia al revés, así la calificó Serrano Suñer. Una operación de exterminio político puesta en marcha por un estado fascista, en el que Tomás Domínguez Arévalo fue responsable de organizarla como primer ministro de Justicia de Franco, cuyo nombre se mantiene en el callejero de Pamplona gracias a su alcaldesa, Yolanda Barcina.
Este libro trata de mostrar quién era Rodezno y su responsabilidad en la represión franquista. Para conocer mejor nuestra historia, para construir una ciudad más libre.
* * *
36ko estatu-kolpearen ondoren, errepresio frankistak milaka pertsona hil zituen. Haietako gehienen kontra hauxe zen II. Errepublikaren kontra altxatutakoen akusazioa: matxinadari laguntzea.
«Justizia alderantziz», horrela deitu zion Serrano Suñer-ek. Estatu faxistak antolatu eta abian jarritako deuseztatze politika izan zen, Tomás Domínguez Arévalo arduradun izan zuena, Francoren Justiziako ministroa baitzen, baina haren izena ez da desagertu Iruñeko kale izendegitik Yolanda Barcina alkateari esker.
Liburu honek Rodezno nor zen erakutsi nahi du, nolako erantzukizuna izan zuen errepresio frankistan. Gure historia hobeki ezagutzeko, hiri libreagoa egiteko.

Conde_de_Rodezno

La justicia al revés

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Víctor Moreno. El lenguaje de la Iglesia sobre sexualidad

Carles Santos

Que la iglesia sigue teniendo un poder inmenso lo prueba el hecho de que posee un lenguaje propio, exclusivo y excluyente. Un lenguaje que no entiende nadie. Ni siquiera los elegidos. Una gramática que nadie, con dos dedos de frente, es capaz de explicar de forma convincente. Cuando a un creyente le preguntamos qué significa la expresión “Dios existe” o “Dios es Amor” o que “Dios es nuestro Padre”, su única respuesta es que para saberlo es necesario creer en él. Ya.

Como la mayoría de las cosas que dice la iglesia son atentados contra la razón, porque ésta es incapaz de entender las “maravillas” transcendentales que aquélla suelta, se cree en la caritativa obligación de explicar y de explicarse continuamente. Esto ha sido terrible. Porque al tratar de explicar las cosas, las ha ido inventando a la medida de sus miedos, de sus obsesiones, de su ansia de poder. Ha ido construyendo todo un discurso inquisitorial cuyo único fin ha sido controlar, vigilar y castigar. En definitiva, de crear en serie sujetos dependientes de su discurso y de su control. Repasen lo último acontecido con la palabra infierno y limbo, y se caerán del guindo como un servidor.

La Iglesia es y ha sido la medida de muchas cosas desagradables que ha tenido que sufrir la humanidad. Si la iglesia hubiera hablado claro desde el principio, hace más de un milenio que habría desaparecido. Como señalan algunos analistas, el único resultado visible de la implantación del cristianismo en el Imperio romano fue la introducción de un cáncer gravísimo para la vida social: el fanatismo religioso, con todo su cortejo de miseria moral y sufrimiento humano. Hasta Voltaire, que no era ateo, lo reconocía.

Los confesores, al nombrar el sexo, lo inventaron y lo descafeinaron. Y al inventarlo crearon un código tan poco claro, tan poco transparente que, al final, necesitaron de entendidos para descodificarlo. Casi toda la función de la iglesia y de los curas se ha reducido a ese cometido: a hacer de intermediarios y de intérpretes de los designios de un Dios que nadie ha visto, que nunca ha hablado, ni nunca ha dicho esta boca es mía. Por esta razón, pueden construir todos los juegos malabares metafísicos que quieran en su Nombre, porque éste, pase lo que pase, no ha de decir ni pío.

La iglesia y sus mediadores, los curas, desde un principio se inventan una ortodoxia y una heterodoxia. Ello, los convierte en verdaderos peligros de la Historia, ya que establecen una ortodoxia sobre el plano religioso, político, sexual o social. Distinguen entre el fiel y el hereje, el creyente y el apóstata. Por todo ello, no es de extrañar que Nietzsche advirtiera que “mientras no sintamos la moral del cristianismo como un crimen capital contra la vida, los defensores de aquél tendrán todos los triunfos en su mano”.

Estos mediadores ordenan, interpretan y condenan. Con su discurso, que ellos catalogan de origen divino, niegan la autonomía civil y la autodeterminación individual en todos los terrenos, pero, muy en especial, en los del libre pensamiento y el de la sexualidad.

Conocimiento y sexualidad son las dos fuentes indomeñables de la emancipación humana. La iglesia, como poder hegemónico sobre almas y cuerpos, ha sido la más feroz enemiga de ambas fuentes de emancipación. Ignorancia y castidad son para ella los factores más potentes de las disciplinas sociales del orden establecido. El saber puede, hasta cierto punto, instrumentalizarse, domeñarse, tergiversarse. Pero el sexo, en cambio, tiende impetuosamente a romper los diques del consenso hegemónico que sostiene las estructuras de opresión.

La consecuencia más negativa y más perversa que el cristianismo ha inoculado en el ser humano ha consistido en hacer de la sexualidad un problema; en convertir el sexo en una obsesión problemática. La sexualidad para la Iglesia ha sido siempre un problema, nunca un placer. Al menos de pico y de catecismo, pues en la práctica ya sabemos que para los papas y los curas ha sido un placer nada problemático y “pederástico”.

Haciendo un examen retrospectivo de la historia, nadie negará, y menos aún un teólogo moral, que los creyentes de cualquier época se enmarañaron enseguida en la cuestión de los pecados sexuales. En esta visión, entre otras muchas cosas quedan claras las siguientes: que la organización penitencial católica nunca se abstuvo de pecar; que nadie lo supo hacer mejor que el clero; y, en tercer lugar, que toda esa coerción sexual no trataba tanto de provocar una moralidad, una ética o una enmienda del pecador, como de crear personas dependientes: “Un ego te absolvo, no impide al pecador, gozar de otro pecado que borre al anterior”, decía Nietzsche.

El clero necesita del pecado. Vive de él. Y vive especialmente bien de aquel pecado que es, con mucho, el más frecuente y constituye por ello su criatura favorita: el sexual. Este es el que esclaviza al creyente respecto a la Iglesia hasta la última fibra de su cuerpo y de su cerebro, recibiendo desde muy niño una educación hostil al instinto, al placer, inoculándole una conciencia de culpa.

La iglesia lo que ha hecho muy bien es hacer a la gente más desdichada, hacerla crecer con un complejo de culpabilidad respecto a su propio cuerpo inaudita. Para la Iglesia el sexo ha sido siempre motor de maldad.

¿Cómo es posible que alguien se avergüence de tocarse o de acariciarse su propio cuerpo, y que, para colmo, tenga que “pedir perdón” por ello? Este crimen solamente ha sido posible gracias a la Iglesia y a todos los padres putativos que le dieron fijeza y esplendor como Ireneo, Agustín, Atanasio, Cipriano, Ambrosio, y, sobre todo, Pablo.

Todos ellos auténticas cimas del pensamiento reaccionario e integrista.

Sobre el autor del artículo: Victor Moreno

Blog de Victor Moreno

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Josetxo Azkona. Pasealeku, Eguzki irratia

PasealekuaPasealeku del viernes 28-01-2011

En la sección cultural Tartean hemos hablado con el poeta Josetxo Azkona, con motivo de la publicación de su nuevo trabajo Ez naiz Fujin izan:

http://www.pamiela.com/images/stories/audio/pasealeku_fuji.mp3

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Joxemiel Bidadorri buruzko erreportajea

Joxemiel BidadorSautrela saioan Joxemiel Bidador idazle nafar gogoratuari buruzko erreportaje bat ikusteko aukera izan da. Besteak beste, Patxi Huarte, Iñaki Azkona eta Patxi Larrion ageri dira haren garrantzia eta oroimenari buruz hitz egiten. Hain gazterik hil arren, bide oparoduna izan zen Bidador, eta benetan estimatua. http://zuzeu.com/

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