La verdad es que tiene su miga venirse hasta Cochabamba para ver una película tan ambientada en las fiestas de San Fermín de Pamplona que hace que el guión sea por completo innecesario… Eso despierta a un muerto… Americano… No pude resistirme … Me pareció positivamente cochambrosa, por la película en sí y por la fiesta que en ella aparece, tal y como aparece… No se ahorran un solo lugar común y sobre ellos todas las licencias que pueden excitar a los jóvenes norteamericanos al viaje iniciático sanferminero: una necedad solo buena para borrachos… En el Casino, al hilo del “baile de la alpargata” los protagonistas se comen una lengua y unas bolas de toro con rasgos más simbólicos que gastronómicos… pero ya lo pistonudo es que sale Eduardo Laporte de camarero… y esto en Cochabamba es muy fuerte, y enseguida sale Dennis Hopper, y a uno que lleva barba a lo Hemignway, pero en joven, lo tiran por un tubo… y la película sanferminera se hace esotérica, pero esotérica total, como de cosas de porros… Ah, sí, y el que hace de americano, que lo es, encima, lleva una bota al hombro y se la cuelga al busto de Hemignway, y le echa a la jeta de bronce el aliento a vinazo y le consulta qué hacer en la vida… En Cochabamba, Bolivia… Y luego toda la cuadrilla se va, bien mocos, cuesta abajo, por el Portal de Francia, en bici, y en lugar de escrismarse, llegan por media Navarra Turística, camino de Santiago incluido, tan iniciático o más que el vinazo sanferminero… Así hasta el momento cumbre en que una jotera nos regala lo del pueblo que canta no muere…
Decir que somos pintorescos es poco decir, pero con seguridad todos los somos a nada que cuelguen en algún lugar nuestros lugares comunes, nuestra mandanga, nuestro turismo, nuestras señas de identidad más ridículas que otra cosa.
Cuesta creer que las señas de identidad exportables de la tierra en la que vivimos sean vino, toros por las calles, gamberros, paisajes, truchas, más vino y jotas…
Del encierro de pit-bulls con enanos, que hablen los políticos de la derecha que aplauden esta y otras mamarrachadas.
Nunca pensé que el viaje de regreso a casa iba a comenzar de esta manera. Como Pobre de Mí, se las trae.
Miguel Sánchez-Ostiz. Sanferminera en Cochabamba
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