El volumen, en el que ha invertido 9 años de trabajo, ha sido editado por Pamiela
El autor ha descubierto en Lisboa el único relato contemporáneo de la Batalla de Noáin (1521), escrito por sus protagonistas
El historiador villavés Peio J. Monteano presentó ayer la Feria del Libro de Pamplona su magna obra titulada La Guerra de Navarra (1512-1529). Crónica de la conquista española, editada por Pamiela. Curiosamente, ayer también fue descubierta en San Pedro de la Rua de Estella la tumba del mariscal Pedro de Navarra, jefe del ejercito que defendió el Viejo Reino de la invasión.
Monteano estuvo acompañado en la rueda de prensa por Tomás Urzainqui, para el que la edición de este libro “supone un paso muy importante en el conocimiento que ahora se tiene de la conquista y la dominación española sobre Navarra y los navarros”. Entre las puntualizaciones que realiza esta obra, Urzainqui destacó “la precisión de que la conquista fue española, no meramente castellana. A este episodio trascendental de la Historia de Navarra, que ha influido en nuestra vida política hasta el presente, el libro de Monteano aporta nueva documentación que permite abordar nuestra realidad presente con un conocimiento más preciso y riguroso, sobre todo en cuestiones como derechos y soberanía”.
Peio J. Monteano explicó que La guerra de Navarra “es el resultado de unas investigaciones que ha durado nueve años y que se han desarrollado tanto aquí como fuera, fundamentalmente en Archivo General de Simancas, que es como el Pentágono de la época. La información que allí se encuentra sobre la denominada Guerra de Navarra cuenta con bastantes dosis de objetividad y permite salvar uno de los principales problemas de este momento, que es tanto la carencia de documentos como el hecho de que estén bien fechados”.
En cuanto al relato realizado por Monteano, el autor matizó que “este libro trata de marcar el suceso navarro tanto en cuestiones de sociedad, economía o mentalidades como de política o geopolítica europea de la época, ya que al margen de ser conflicto intensamente vivido en este país, fue también un escenario más del enfrentamiento europeo de la época entre las dos grandes superpotencias: Francia y España”. Un desarrollo literario en el que, según explicó el historiador, “ha primado la síntesis y está basado en preguntas como: ¿Esto es verdad? o ¿Esto se sostiene en los documentos? La respuestas a estas preguntas ha motivado que se caigan varios tópicos”.
Finalmente, en lo que respecta a las principales novedades que aporta la obra, “al margen de hacer un relato cronológico de lo más significativo que hemos podido conocer, incorpora muchos datos nuevos e interpreta muchos más. Pero más que cerrar un capítulo, el libro abre muchos más…. Esta obra explica qué paso pero queda una cuestión pendiente, intentar entender por qué pasaron las cosas”. Entre los documentos más importantes a los que ha tenido acceso Monteano, destaca sobremanera el que descubrió en Lisboa, el único relato contemporáneo de la Batalla de Noáin (1521), escrito por sus protagonistas españoles.
Artículo publicado por Noticias de Navarra
Fernando F. Garayoa – Martes, 1 de Junio de 2010
“En la conquista de Navarra, la gente se movía por lealtad al linaje”
El historiador Peio Monteano reconstruye todos los acontecimientos que rodearon a la conquista de Navarra en 1512 para revelar un proceso “complejo y virulento”, de conquista y sublevación, que transcurrió con dos reyes diferentes
Diecisiete años de guerra. Exilios, ejecuciones, represión, batallas… En 1512, el ejército castellano invade Navarra y los reyes Juan III de Albret y Catalina I de Foix parten al exilio, pero lucharán por recuperar su reino y lo harán con el ejército francés.
Después de nueve años de investigación, el historiador Peio Monteano, ex alcalde de Villava por EA, recupera toda la cadena de acontecimientos que se prolonga hasta 1529, lo que abarca un cambio de generación, movimientos en los bandos y la entrada en escena del emperador Carlos V, cuya política con Navarra fue mucho más dura que la de su predecesor, Fernando el Católico.
Entre los textos inéditos que ha recopilado, ¿cuáles son los que más luz han arrojado?
Algunos procesos judiciales que están en el propio Archivo de Navarra. Son pleitos sobre herencias, el paso de títulos…
Muchos navarros acompañaron al rey Juan al exilio, perdiéndolo todo o arriesgando su vida.
Hay una serie de personajes que tienen un perfil muy romántico, como Vélaz de Medrano, el señor de San Martín o el mariscal Pedro de Navarra. Su historia es novelesca porque fueron consecuentes hasta el final. Desde mi punto de vista, el mariscal se suicidó, cuando siempre se ha hablado de asesinato. Otros jugaron a dos bandas. Hubo linajes que colocaron un personaje en cada bando, una práctica bastante habitual en la nobleza.
Usted destaca la importancia del cambio generacional que se produjo en 1518. ¿Aquello se tradujo en cambios de bando?
En algunos casos, sí. En general, los personajes están ligados al comportamiento de su linaje. Cada cual tenía su alineamiento, sus intereses, sus redes de fidelidad o sus odios familiares. En 1512, el capitán Juanikote de Arberoa estaba luchando en el ejército castellano con Villalba y luego pasó a defender la causa del rey de Navarra. Fue ejecutado en Pamplona de manera ejemplarizante: le cortaron la cabeza y le descuartizaron. Él aseguró que nunca había jurado lealtad al rey de España.
A la hora de hablar de los navarros, se ha hecho la siguiente lectura: los beaumonteses se alían con los castellanos y los agramonteses luchan por su reino.
Ésas son lecturas que se han hecho desde el presente. El libro muestra que hay beaumonteses legitimistas y agramonteses castellanos. Incluso se les concede el perdón a los beaumonteses que habían sido desleales con el emperador Carlos V.
Más de uno se va a llevar una sorpresa leyendo este libro…
Sí, rompe muchos esquemas. Yo he intentado hacer un relato lo más honesto posible, enfrentándome al tema sin prejuicios.
El rey Fernando el Católico quiso darle a la conquista el aspecto de un cambio dinástico. ¿Se percibió realmente así?
En esa época, España se parece más a una Unión Europea que a un Estado. Cada uno mantiene su propia moneda y su propia ley, solo tienen un rey en común. El rey Fernando no era tan ajeno a Navarra, porque su padre, Juan II, ya había sido rey de aquí. Tuvo un trato de guante blanco para Navarra. Respetó la realidad institucional, fue generoso en cuestiones de amnistía y lo siguió todo muy de cerca. Además, se esmeró en que los beaumonteses no ganaran por goleada. Entre otras cosas, los agramonteses habían defendido la causa de su padre durante la guerra civil.
¿Qué diferencia supuso la entrada en escena de Carlos V?
La represión fue mucho más fuerte. La destrucción de las fortalezas se consideró una humillación, la nobleza fue relegada del control del Reino… Lo que violentó institucionalmente fue el imponer regentes y jueces castellanos.
¿Qué reflejan los levantamientos populares que se produjeron?
El relato tradicional de la conquista se reducía al paso de unos ejércitos extranjeros que acababan enfrentándose en Noáin y parecía que los navarros estaban ausentes. Ahora hemos resucitado una serie de combates y levantamientos que antes no conocíamos. En ellos participó gente de extracción social baja, pero luego pasaron desapercibidos porque no tenían patrimonio y por eso no plantearon grandes pleitos. Lo que movía a la gente era la lealtad al linaje. No había una identidad nacional de tipo moderno, ni aquí ni en ningún sitio de Europa. No se puede juzgar a aquella gente desde nuestro presente, porque vivían en un mundo muy distinto al nuestro.
¿Ese ha sido el principal error que se ha cometido?
Sí, en cada época se ha estudiado desde una perspectiva concreta. En este momento, desde el interés nacionalista, las cosas no encajan.Curiosamente, las zonas de mayor implantación beaumontesa se corresponderían con las más vasquistas, “étnicamente” hablando.
La batalla de Noáin, en Lisboa
La búsqueda de documentos inéditos, que aportaran información nueva, embarcó a Peio Monteano en una labor de nueve años de investigación le ha llevado hasta Londres o Lisboa. “El Archivo General de Simancas (Valladolid) es una especie de Pentágono de la época, al menos en cuanto a las operaciones del ejército castellano. Aquí, en el Archivo de Navarra, todo está más oculto. Después de la conquista, los linajes que no habían sido leales al emperador Carlos V quisieron echar tierra encima”, explica. Sorprendentemente, en un archivo de Lisboa encontró el único relato contemporáneo de la batalla de Noáin (1521). “En aquel momento, el rey de Portugal era aliado de Castilla por la causa de los comuneros y los gobernadores que dirigían el ejército en esa batalla le mandaron un escrito para informarle del resultado”. El historiador villavés está trabajando en otros dos libros que completan la labor realizada en torno a la conquista de Navarra: la publicación de un diccionario biográfico y la recopilación de documentos inéditos. “Manejo más de 300 personajes, de los que habrá que hacer una selección”, adelanta.
Articulo publicado por Diario de Navarra
NEREA ALEJOS Martes, 1 de junio de 2010