En Relato cruento se traza una historia unitaria alternando dos episodios similares en dos guerras civiles separadas por medio siglo de distancia, la carlista de 1874 y la de 1936.
Pablo Antoñana ha sido un precursor, un faulkneriano demasiado temprano, antes de que surgiera Juan Benet, y un testigo de la historia de su pueblo, de las guerras carlistas o franquistas, un estudioso de la lengua del pueblo y un poeta en prosa de una intensidad desgarradora. Sus libros son de lectura fascinante y fascinada.
Rafael Conte