(Dado que los medios de comunicación no consideran «oportuna» la publicación de esta carta, enviada el día 14 de marzo, desearía que le hicieran un hueco en su blog)
Este año el Nafarroa Oniez se hospeda en el que sigue siendo, a pesar de cierto camuflaje, el «Monumento a los Caídos» franquistas de Navarra. Así la sigue llamando la página web oficial del Ayuntamiento de Pamplona: «Sala de exposiciones Municipal Conde Rodezno (Monumento a los Caídos)».
La paz marmórea de la muerte en el monumento, es compartida con las gentes de Paz, de la Paz de Ziganda / Ikastola, y los lienzos de la denominada “Escuela de Pamplona” tapizarán durante unos días los sangrientos muros de la casa de los horrores de Navarra. La capilla sixtina de la muerte y la destrucción en Navarra, se viste de euskara. ¿Qué dirían quienes fueron asesinados por defender nuestra lengua y cultura?
¿En que estarían pensando los organizadores de esta exposición, cuando decidieron colaborar con quienes se empecinan en mantener los símbolos franquistas?
El llamado “Monumento a los Caídos” dedicado al conde de Rodezno como sala de arte (Tomás Domínguez Arévalo, ministro de Franco, firmante de decenas de miles de sentencias de muerte) serán por unos días el escenario macabro del euskara.
Vivir para ver.
La «santa Inquisisción», «Mola y compañía» son los que siguen presentes, imponiendo su presencia antidemocrática en la vida pública de Navarra. Y el «Monumento a los caídos», como así lo sigue llamando el Ayuntamiento de la sra. Barcina, sigue ejerciendo de lo que es, ya que ni los franquistas ni sus sucesores han pagado nunca por lo que hicieron.
Simplemente, han tapado algunos de los símbolos franquistas, que siguen estando ahí. Pero el problema es que todo el edificio es un insulto a la «memoria histórica» que tan frívolamente utilizas, porque todo él es el monumento franquista por excelencia de Navarra, el más importante de los construidos, después del Valle de los Caídos.
Tu sentido de la democracia es tan insignificante que, además, tienes la desvergüenza demagoga de considerar que somos de la Inquisición y «hermanos» de Mola los que nos manifestamos en contra de que el Nafarroa Oinez ocupe el interior del «Monumento a los Caídos: NAVARRA A SUS MUERTOS EN LA CRUZADA».
Hace falta tener muy poca vergüenza para, encima, salir a insultar comparándonos con unos asesinos que nunca se arrepintieron de nada. Ni ellos ni sus herederos ideológicos, que manipulan y se aprovechan de una justicia cómplice, que les permite todas las triquiñuelas posibles para que todo siga igual.
Lo tuyo, por lo que se ve, es más de «democracia orgánica»…
Pues a mí tu me recuerdas a la santa Inquisición. Todo el que no este de acuerdo con las chorradas que decis son acusados de pesebreros barcinistas. Una cosa es tener memoria histórica y otra lo que hace gente como tú, que os pareceís más a Mola y compañia que ningún otro.
Está claro que a ti, Pedro, no te sientan bien… los bocadillos.
No saber diferenciar la ciudadela y el penal de Ezkaba del mamotreto franquista (a mayor gloria de la mugre falangista y carlista), no es porque seas tan corto como aparentas, sino por todo lo contrario.
A poco que te lo propongas, la Barcina te hace un sitio en su pesebre de propaganda y papillas para lelos y amapolos.
Tú sí que sabes de churras y merinas…
Para ser coherente y seguir mezclando churras con merinas ahora que en la Ciudadela se inaugura la exposición del 72 debería escandalizarse de nuevo ya que es bien sabido que en la ciudadela se fusilaron a muchos…Por cierto, una vez fui a San Cristobal y me comí un bocata en el monte. No había caido, pero supongo que eso me convierte en un franquista culinario y, como me moló, en un seguidor de Mola…
Las gentes de Orden tienen un concepto muy “tradicional” de la ridiculez.
Exponer el Oinez en el monumento franquista por excelencia, que la propia Barcina dedica al ministro de inJusticia de su excremencia, carlistón firmante de decenas de miles de sentencias de muerte, y que el propio Ayuntamiento aclare en su web oficial que se trata del «Monumento a los Caídos», explica muy bien la falta de decencia de quienes consideran una “ridiculez” dejar constancia de ello. España es un país empapado en el franquismo y Navarra, doblemente, empapada de la grasienta caspa carlista. Sí la misma caspa que en Estella le han puesto luces de neón para sacarle brillo a la peineta.
El arte capaz de entrar en los Caídos como un rebaño sumiso, es un arte de pesebre.
Estoy de acuerdo en lo que me toca.
Mola
Es lo más ridiculo que leído en los últimos años. un saludo