Perro de prensa

En el origen de Perro de prensa está la "coleante", "rabiosa", "candente" actualidad; pero lo mismo que su autor se remonta hasta el Antiguo Egipto para buscar el sentido último de la publicidad, el ruido y las furias de la actualidad son en este libro irónico y mordaz, profusa y profundamente ilustrado, el disparadero desde el que proyectar iluminaciones sobre el presente.
El aire adocenado de los tiempos, su opción por la Seguridad o la Salud, de espaldas a los riesgos de la soberanía individual; la derogación de las leyes de la hospitalidad, con sus valores de respeto hacia la diferencia; el brillo de lo falso en unos escenarios regidos por las reglas del espectáculo; la trivialidad del mal bajo la lógica de la mercancía; la fecha de caducidad de los mitos y ritos del Pop; la sacralidad del automóvil, el turismo o la televisión, son los asuntos "de actualidad" en cuyo fondo entra Perro de prensa.
Y en un presente que niega la sustancia trágica del dolor, la vejez y la muerte, este libro se detiene en formas más valerosas y aventureras de estar en el mundo: las que incitan a observar el cine de John Ford o Vasujiro Ozu; las de viejos indoblegables como Oteiza, Canetti o Jünger; las de impecables perdedores del rock; las del escepticismo y el humor, cosa que Javier Eder no deja de aplicar a aquello en lo que reconoce haber pecado como el que más: el periodismo.
Perro de prensa reúne artículos publicados en los periódicos y otros inéditos. De él, ha escrito Jorge Oteiza: Su metafórico humor y veracidad me encantaron, me hicieron bien, lo explica todo.